El Secreto de Mi Prometido 70

El Secreto de Mi Prometido 70

Capítulo 70 

Por supuesto que, dos viejos ya entrados en años, al ver a una joven tan bonita, abrieron los ojos sorprendidos

Uno de ellos, un jefe algo corpulento, la miró de forma lasciva y preguntó: -¿Y esta señorita quién es

Ricardo, de manera discreta, le hizo un gesto de desprecio a Luisa, girando los ojos

Luisa sacó enseguida el contrato y lo dejó sobre la mesa, sonriendo y dijo: -Presidente Adrián, presidente Javier, soy Luisa, abogada de Consultores Legales Rivera. Estoy aquí para 

hablar con ustedes sobre la firma de un contrato

Luisa se sentó cómoda en un sofá individual cercano y continuó exponiendo: -Presidente Adrián, que el contrato de consultoría legal con su anterior despacho está a punto de caducar, ¿verdad? Pueden considerar firmar con nosotros; Consultores Legales Rivera es la primera firma en Puerto Bella. Nuestros abogados en derecho civil y comercial, penal, propiedad intelectual y administrativo son muy reconocidos en el sector

-Además, he oído que la empresa del presidente Javier está involucrada en una disputa por incumplimiento de marca. En nuestra firma, nuestros abogados de propiedad intelectual han manejado miles de casos de infracción de marcas, así que no se equivocarán al elegirnos

El presidente Adrián de manera déspota tomó el contrato de consultoría que Luisa le había entregado, hojeó solo dos páginas con indiferencia y luego lo tiró a un lado

Con una mirada fija en Luisa, sonrió de forma inquietante y, lasciva diciendo: Consultoría legal, bueno, eso se puede luego discutir, pero primero acompáñame a beber unas copas. Si me haces feliz, todo se puede hablar

El otro presidente, Javier, también la miraba lascivamente, con una mirada lujuriosa:Abogada Luisa, eres bastante joven y bonita, realmente es una pena que simplemente seas abogada. ¿Qué te parece si te vienes conmigo? Así no tendrás que seguir esforzándote en salir a negociar casos. Te pagaré 15,000 dólares al mes. ¿Qué tal

Luisa, sonriendo despectiva, respondió: -Lo siento mucho, presidente Javier, estoy aquí para hablar de negocios, no para vender mi cuerpo

-Lo entiendo, queda claro,—dijo el presidente Javier, aun sonriendo.Las jóvenes de hoy en día son temperamentales. No te preocupes, no tienes que decidir ahora

El presidente Javier sacó una tarjeta de su bolso y se la dio a Luisa: -Aquí tienes mi tarjeta. Cuando cambies de opinión y no quieras seguir esforzándote como hasta ahora lo has hecho, puedes llamarme en cualquier momento

Capitule 70 

273 

Luisa, al ver la situación, intuía que la copa de vino tenía algo raro

Sacudiendo la cabeza, dijo: -Lo siento mucho, presidente Adrián, no bebo alcohol

El presidente Adrián no se molestó por eso. Sonrió de forma astuta, dejando la copa a un lado, y se levantó lentamente para acercarse a Luisa

-Abogada Luisa, me agrada que eres una mujer con principios

De repente

El tipo levantó la mano y agarró la muñeca de Luisa, gruñendo: -Tan temperamental, no sabes nada de las reglas no escritas en los negocios. ¿Verdad? ¡Hoy voy a enseñarte

Con esas palabras, el viejo sucio, que olía a cigarro y alcohol, se lanzó como fiera hacia Luisa

Luisa, reaccionando con rapidez, se levantó y, con un hábil movimiento, inmovilizó al hombre, doblándole las manos detrás de la espalda

El hombre, herido, dejó de sonreír, apretó con fuerza los dientes y gritó asustado: -¡Maldita perra! ¿Cómo te atreviste a tocarme

El presidente Javier, al ver la caótica escena, se puso furioso y se levantó exaltado para intervenir: —¡Vamos por ella

Luisa, sin dudarlo dos veces, les dio una patada a ambos, apuntando a sus puntos débiles. Aprovechando el momento de distracción de los dos, corrió despavorida

Uno de los viejos gritó furioso, con voz aterradora: —¡Esa perra se atrevió a patearme! ¡ Persíganla! ¡Esta noche voy a enseñarle a esa perra arrogante quién manda

Ricardo fue el primero en correr detrás de ella

Los otros dos lo siguieron de inmediato

Luisa salió del privado, sin esperar el ascensor, y corrió a toda prisa escaleras abajo

Con tacones puestos, no le era fácil correr, pero cuando llegó al primer piso y salió del pasillo, chocó con alguien

Luisa cayó en un cálido y amplio abrazo, sintiendo un aroma refrescante a madera

Al levantar la vista, sus ojos se encontraron justo con los de Andrés, llenos de preocupación

Andrés la abrazó con fuerza. —Luisa, ¿qué ha pasado? ¿Por qué estás corriendo así? Andrés… 

Respondió ella, justo en el momento cuando los perseguidores llegaron hasta allí

Ricardo, al ver que la situación no era favorable, de inmediato intentó disimular, adoptando la postura de un simple transeúnte, y se alejó de manera discreta de Luisa

Capitulo 70 

3/3 

-¡Maldita perra

a ver a dónde crees que vas! ¡Yo!el presidente Adrián maldijo mientras corría despavorido tras ella, pero al levantar la vista vio a Luisa en brazos de un hombre, y detrás de él, cuatro imponentes figuras musculosas. En ese instante, se quedó sin palabras

¡Ese tipo era el presidente del Grupo Financiero Martínez

El presidente Adrián, atónito, no pudo articular palabra

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