Helena Alpha 40

Helena Alpha 40

El Consentimiento 

Después de todo aprobado, Estefano volvió a la cocina. Helena cerraba los armarios y en la mesa había un joven hablando de la calidad de los muebles. Era uno de esos pijos que se 

creían saberlo todo. Estefano se acercó a la mesa como un leopardo. El maestro de obras llamado Baltazar percibió el peligro que corría su hijo e intervino

-Hijo, anda a recoger las herramientas que quedaron en el área exterior. Ya nos vamos

El joven entendió el mensaje al mirar al hombre fuerte, alto y con la cicatriz en el rostro. Recordó el anillo en la mano de la joven bonita y se puso de pie rápidamente

-Pasa por mi restaurante mañana. Así terminamos con tu p**o

-Sí señor. Disculpe la familiaridad de mi chico, solo es joven

-No tenía esa libertad, primero porque mi esposa es una mujer decente. Segundo porque no 

saldría vivo de aquí si hubiera sucedido

Baltazar tragó en seco y se apresuró a salir de allí antes de que fuera demasiado tarde. Cuando estuvieron solos, Estefano trancó la puerta que daba acceso al frente de la casa

eso no pasó desapercibido para Helena

-¿Qué vas a hacer

Él le guiñó un ojo

-En cualquier momento tendrás problemas, pequeña, tu educación te meterá en líos conmigo y hará que un niño de bien se quede sin dientes

-No hice nada malo. Estaba segura, porque tú estabas cerca y el chico se sentó del otro lado

-Qué suerte la suya

Él la agarró y la puso sobre la mesa

-¿Estefano

-Sí

-¿Si alguien aparece

-La puerta está trancada. Tengo que tener a mi mujer donde quiera. Te quiero desnuda, solo 

con tacones

Ella había cambiado las zapatillas bajas por los tacones, porque combinaban con el conjunto 

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< El Consentimiento 

elegido, solo ahora lo entendía

Él la ayudó a quitarse la ropa

-Estoy en desventaja. estás vestido

+8 Points

-Esa es la intención. Quiero que sepas que estás a mi disposición para hacer lo que quiera

En otro momento tendría miedo, pero la confianza entre ellos había sido fuertemente 

construida, nada la afectaría

La mujer era una tentación con tacones, con pulseras en los brazos y el cabello largo en una cola de caballo. Iba a tenerla de todas las formas posibles, había pasado tanto tiempo 

deseándola, cuidando de no asustarla. Ahora que finalmente podía ser él mismo, iba a 

disfrutar. 

-Pequeña, ¿asustada

—No, dijiste que no me causarías dolor

Sus ojos brillaron

En esos momentos, Helena tenía la impresión de que el hombre era sustituido por una fiera, 

parecía un leopardo. El cabello estaba amarrado. Como siempre, su ropa era toda negra

Se desabrochó el cinturón mientras la miraba

-Acuéstate y abre las piernas

-¡Estefano

La intensidad era tal que sintió que la respiración le fallaba

-Vamos, Helena, no me hagas esperar

Cuando lo hizo, él puso la cabeza entre sus piernas. Siempre encontraba una manera de estar allí. No sabía cuál era esa fijación suya, pero si era honesta, necesitaba admitir que le 

gustaba. Se sentía deseada como nunca antes

Pero cualquier pensamiento racional que tenía desapareció con su lengua. Estefano ya había confesado que nunca había hecho eso a una mujer, pero lo hacía con maestría. Aunque no tenía con quién compararlo, cada día lo hacía mejor y ella gimió en respuesta para su marido

Cuando tuvo el primer orgasmo, él abandonó su intimidad para besar su boca. Sentir su 

propio sabor la excitó

La mano de él era firme sobre su cuerpo

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< El Consentimiento 

La sentó

-Tócame

Helena rodeó su m*****o. Él no era un hombre pequeño, aún podía sentir una pequeña 

+8 Points

incomodidad cuando él entraba en ella, pero nada se comparaba al placer y satisfacción de la 

relación que tenían

-Más firme, pequeña. Cuando entre en ti no voy a ser gentil

Ella obedeció y él gimió en su oído

-Prometiste que no vas a limitarte más en la cama, no me alejaré cuando estés en tus días 

del ciclo menstrual. ¿Cierto

-¡Estefano

-Helena, puedo sentir tu olor más dulce, no me preguntes cómo. Pero lo siento, es un 

martirio. Estoy cediendo y voy a tomar algo a cambio. Te amo, sabes eso, ¿verdad

-Sí, también te amo

-Voy a entrar, y no voy a ser paciente, cinco días es mucho tiempo para mí

Él se quitó el cinturón del pantalón

-Dame tus muñecas

-¿Qué vas a hacer

-¿Vas a tener miedo

-No

-Entonces dame tus muñecas

Ella obedeció y tuvo sus manos atadas juntas. Él la besó. Había una alfombra nueva en la 

mesa

-Helena, si te pongo en el suelo, ¿te harás daño

Él gimió en su boca

Solo fue capaz de negar con la cabeza

-Gracias por eso, pequeña

Él la colocó sobre la alfombra en el suelo de la cocina. La sostenía como si no pesara nada. 

Cuando él entró en ella sintió que le faltaba el aire, cada día el momento juntos mejoraba. No 

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< El Consentimiento 

+8 Points

fue gentil como había avisado, pero el beso que depositó en su frente demostraba que ella era 

importante

-No me canso de tenerte, eres mi perdición. Di que eres mía

-Soy tuya, y de nadie más

Ella se mordió los labios para ahogar los sonidos que amenazaban con salir

-No, abre la boca, me gusta escuchar tus gemidos

Cuando Helena abrió la boca, él lamió el lugar

-Adoro tu sabor, en todos los lugares

Cuando él entró en ella más fuerte, se encendió de anticipación

-Dios

-¿Vas a rezar en este momento

Ella iba a reprenderlo, pero Estefano jugó con su clítoris y se deshizo

Él la admiró en ese momento. Tendida en la alfombra con las manos atadas sobre la cabeza

Helena era todo lo que él quería

Cuando ella volvió a la realidad. Él soltó sus manos

-Ponte a cuatro patas, pequeña. Si soy muy brusco avísame

Estefano tomó su cabello, lo enrolló y entró en el paraíso. Podía escuchar los gritos de placer 

de Helena, y eran música para sus oídos

Helena tuvo otro orgasmo y apretó involuntariamente el m*****o de él, lo que 

hizo que 

Estefano rugiera en respuesta. Cuando el orgasmo lo alcanzó también, le dio una nalgada

Probablemente la piel blanca quedaría marcada

Cayó sobre ella, cuidando de su peso para no aplastarla

-Pequeña, ¿todo bien

Ella permaneció en silencio

-Helena, háblame, ¿fui brusco

-Estoy bien, maravillosamente bien

-Eso es bueno, no he terminado pequeña

Ella no podía creerlo

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<El Consentimiento 

-Necesitamos irnos y tengo hambre

-Puedo pedirle a un soldado de la casa de Xavier que traiga un bocadillo

-Necesitamos irnos, dejé carne en el horno, lo puse a fuego lento, pero se quemará

+8 Points

-Rayos, voy a conseguir a alguien para que te ayude con la casa. Esta es más grande y no 

quiero que te canses

Él parecía un niño al que le habían quitado su juguete favorito. Luego la ayudó con la ropa, y

regañadientes volvieron a casa

Helena Alpha

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Score 9.9
Status: Ongoing Type: Native Language: Spanish
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