Capítulo 138
La voz de Esteban resonaba claramente a través del altavoz del teléfono. Ander no pudo evitar notar el tono de afecto con que aquel hombre se dirigía a Isabel. Un escalofrío le recorrió la espalda mientras pensaba: ¿cómo era posible que la familia Galindo se hubiera atrevido a maltratar tan abiertamente a alguien tan protegida? ¿En qué estaban pensando?
-Ander… ¿por qué preguntas por él? -la voz de Esteban sonaba cautelosa.
Isabel jugueteó nerviosamente con un mechón de su cabello.
-Solo quería saber tu opinión, hermano. ¿Te parece una persona confiable?
Un silencio sepulcral se apoderó de la habitación. Cuando Esteban volvió a hablar, su voz había adquirido un filo glacial que hizo que Isabel se tensara instintivamente.
-¿A mi Isa le interesa él?
Isabel y Ander intercambiaron miradas de pánico. La pregunta había caído como una bomba en medio de la oficina.
“¿Qué rayos?“, pensó Isabel, “Solo estaba preguntando sobre su carácter, ¿cómo llegó a esa conclusión?” El disgusto en la voz de su hermano era tan evidente que se apresuró a aclarar:
-No, para nada. Solo quería saber qué opinas.
-Si no pueden manejar sus propios asuntos familiares, esa gente no es de fiar -el tono de Esteban se había vuelto cortante-. No pierdas el tiempo con eso.
Isabel se mordió el labio inferior, un gesto que delataba su nerviosismo.
-De verdad que no me gusta, te lo juro.
-Paso por ti para comer al mediodía -la voz de Esteban se suavizó ligeramente-. Pórtate bien, nos vemos.
Antes de que Isabel pudiera agregar algo más, la llamada se cortó, dejando a Ander con una sensación de inquietud en el estómago. ¿Por qué presentía que se avecinaba una tormenta?
Isabel se giró hacia él, una sonrisa sarcástica bailando en sus labios.
-¿Lo escuchó, señor Vázquez? Mi hermano no confía ni tantito en usted.
-the
-Entonces todo esto es tu culpa -masculló Ander, la frustración evidente en su voz.
-No es mi culpa -los ojos de Isabel brillaron con desafío-. Es por Camila. Mi hermano ha
visto mucho del carácter de su familia a través de ella.
La desesperación se apoderó de Ander.
-¡Nuestra colaboración no tiene nada que ver con Camila! Ella no está relacionada con la
empresa.
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Capitulo 138
-Para mi hermano -Isabel lo miró directamente a los ojos-, si alguien no puede manejar bien su propia familia, tampoco es capaz de manejar nada más.
Las palabras cayeron como una sentencia. La colaboración estaba prácticamente muerta.
Ander estaba al borde de un ataque de nervios. Tenía sentido, después de todo: si alguien no podía controlar su propia casa, ¿cómo se le podía confiar un negocio importante?
“Camila, me vas a matar del coraje“, pensó con amargura. Y ahora escuchar a Isabel llamando “hermano” a Esteban con tanta naturalidad… Era bien sabido que desde su regreso a la familia Galindo, Isabel ni siquiera se dignaba a llamar “hermano” a Valerio, mucho menos “papá” o “mamá” a los señores Galindo.
Pero era comprensible. La gente naturalmente se abre con quienes la tratan bien. Los Galindo solo tenían ojos para su hija adoptiva, nunca mostraron el menor afecto por Isabel. Era lógico que ella les pagara con la misma moneda.
