Capítulo 671
Al oír que tenía que llamar a Vanesa, Yeray le lanzó una mirada tan penetrante a Oliver que este se sintió incómodo.
Oliver, notando la intensidad de la situación, replicó nervioso: -No, no voy a llamar… pero, espera, ¿no estarás pensando en confesarle a la Bruja Allende, verdad?
Para un tipo, hacer algo así y luego huir es bastante vergonzoso si sale a la luz. Pero no tenía otra opción, escapar era lo único que podía hacer…
Si hubiera sido otra mujer, el asunto se podría manejar, pero siendo Vanesa… ¿quién se atrevería a provocarla? Esa mujer, hasta el más mínimo cabello suyo, rezuma peligro.
Al escuchar que Yeray podría confesarle a Vanesa, las caras de Nina y Axel se pusieron aún más pálidas.
-Hermano, por favor, no nos metas en líos -suplicó Axel.
Ellos fueron quienes eliminaron las grabaciones de seguridad y alteraron la información de registro. En resumen, manipularon todo para borrar cualquier pista que Vanesa pudiera encontrar. Si el gerente del hotel y el personal de seguridad aguantan la presión, pero Yeray confiesa ahora… eso sería un desastre total.
Oliver sugirió: -Déjame tantear el terreno primero.
Confesar directamente sería como buscar la muerte. Así que Oliver decidió llamar a Vanesa para evaluar su estado de ánimo.
Al contestar el teléfono, Vanesa soltó una voz que tronaba: -¿Qué quieres?
-Cuñada, soy Oliver -respondió él.
Vanesa, que estaba pensando en quién de sus conocidos podría haber cometido tal acto, escuchó a Oliver llamándola “cuñada” y sintió cómo su frustración de dos días se acumulaba.
-¡Cuñada tus chanclas! ¿Estás aburrido o qué?
Con el ánimo alterado, no podía soportar que alguien del círculo de Yeray se le acercara. Su furia estaba a punto de estallar.
Oliver tragó saliva, sintiéndose la tensión: -Mira, mi hermano está conmigo, estuvimos juntos toda la noche, ¿qué pasa?
Con malicia, Oliver afirmó que Yeray había estado con él para protegerlo.
Vanesa, sin mucho interés en lidiar con Yeray en ese momento, respondió: -No pasa nada, pero no me vuelvas a llamar si no es necesario. Me fastidian ustedes, los de la familia Méndez. Traen mala suerte.
Ayer, justo después de casarse con Yeray, ocurre este lío. ¿Acaso Yeray le trae mala suerte?
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Capitulo
La rabia de Vanesa aumento…
Oliver quedó en silencio, sorprendido por el grado de desagrado hacia la familia Méndez. Cada palabra de Vanesa destilaba desdén.
Cuando la llamada se cortó, Oliver notó que su mano estaba empapada en sudor.
-Hermano, ¿todavía piensas confesar? -preguntó tembloroso.
Por el tono de Vanesa, era evidente que buscaba al responsable de la noche anterior. Si Yeray se presentaba ante ella ahora, las consecuencias serían desastrosas.
-Hermano, mejor no te arriesgues -aconsejó Nina-. Cuida tu pellejo.
Enfrentarse a Vanesa era jugarse la vida. Yeray no respondió, pero sus ojos mostraban una pizca de frustración al recordar el tono de Vanesa.
No había rastro de las grabaciones del hotel. Vanesa estaba tan enfurecida que sentía que su hígado iba a explotar. Mientras regresaban en el carro, ella intentaba averiguar quién había
sido tan descarado.
-¡Maldito! ¿Quién se atreve a hacer esto? Es un cobarde, ¿verdad?
¿Acostarse con alguien y luego huir?
Isabel, mientras tanto, enviaba mensajes. Aunque Vanesa había dicho lo suyo, Isabel decidió investigar las cámaras de seguridad exteriores del hotel. Si sospechaban que era alguien conocido, eso era lo que buscarían.
Ni Vanesa ni Isabel consideraron la posibilidad de que hubiera sido un error de habitación…
Ante la ira de Vanesa, Isabel murmuró: -Sí, es un cobarde.
-Ese cobarde, mejor que se esconda bien, porque si lo encuentro, lo mato.
Era su primera vez… Al recordar lo ocurrido, Vanesa rechinaba los dientes de frustración, especialmente porque sus piernas aún le dolían.
El equipo de Isabel trabajaba rápido. Apenas llegaron al castillo de la familia Allende, comenzaron a recibir fotos. La primera imagen que vieron fue de Dan.
Isabel revisó las fotos rápidamente y, al ver a Dan subiendo a un carro en la entrada de un club nocturno, se las mostró a Vanesa, quien estaba furiosa cuando Isabel le entregó el celular.
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