Capítulo 674
Se quedó sin fuerzas para seguir hablando por teléfono y simplemente colgó.
-Hermano, ¿escuchaste? No solo llevó a mucha gente, sino que también se llevó armas.
¿Qué no sabía qué había pasado?
En realidad, no tenía idea de lo que sucedió después de que se fueron, lo cual hizo que Vanesa pensara erróneamente que fue Dan.
-Ya viste la actitud de la Bruja Allende respecto a lo que pasó anoche -dijo Oliver, haciendo un gesto cortante en su cuello.
Eso reflejaba exactamente la actitud de Vanesa: estaba decidida a acabar con alguien.
Yeray se quedó callado.
El ímpetu de ir a hablar con Vanesa se fue desvaneciendo poco a poco.
Su expresión era como si hubiera tragado una mosca.
Oliver notó su incomodidad y, justo cuando iba a ofrecerle unas palabras de aliento, Nina apareció.
-Ya sé que, como hombre, salir corriendo puede herir el orgullo -comentó Nina mientras lo jalaba hacia adentro-, pero nadie dijo que como hombres no podemos cuidar nuestra vida.
Oliver asintió con entusiasmo.
-Exacto, ¿de qué sirve el orgullo?
-Si fuera otra mujer, asumiríamos la responsabilidad, pero ¿la Bruja Allende? Ella quiere tu cabeza, no una disculpa.
En resumen, esto no se podía admitir.
Axel también asintió.
-Sí, entre dignidad y vida, mejor elegimos la vida.
Yeray sentía que el corazón le dolía de la rabia.
-¿Creen que le tengo miedo a morir?
Oliver, Nina y Axel respondieron al unísono:
-Nosotros sí.
Estaban muy asustados.
-Esto no es una broma -añadió Oliver-. En la llamada mencionaron que llevaron a mucha gente para buscar a Dan.
Si Vanesa supiera que tantas personas están involucradas en su caso de violación, no dejaría
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Capitulo
escapar a ninguna.
El asunto entre Vanesa y Yeray se había vuelto un completo caos.
En la mansión de Carlos…
Paulina, medio dormida, escuchó la voz de Julien afuera.
-Hermano, ¿cómo es que la herida se te abrió tanto?
Eric intervino.
-¿Será que después de que nos fuimos, señorita Paulina hizo algo? Creo que ella es una espía del Lago Negro, quiere tu vida. Mira cómo te dejó la herida.
Cuanto más hablaba, más se emocionaba Eric.
-Cállate–le ordenó Julien.
-Estoy diciendo la verdad. Esta mujer es rara. Si quisiera matarte, podría hacerlo mientras duermes. ¿Para qué usar esos trucos de “flor blanca“?
Paulina se quedó en silencio.
¿“Flor blanca“?
Antes, cuando estaba en Puerto San Rafael, Iris usaba esos métodos con Isabel. Paulina despreciaba esos trucos.
¿Quién lo diría? Ahora, al lado de Carlos, parece que…
Con el cielo como testigo, ella no era así.
Julien continuó.
-¿De verdad crees que alguien podría matar a mi hermano mientras duerme?
-Es cierto, por eso recurre a esos métodos bajos -siguió Eric, convencido de que Paulina quería la vida de Carlos.
-Tu inteligencia…
Julien dejó la frase inconclusa, sin saber cómo describir a Eric.
-Lárgate ya.
Julien temía que Eric siguiera hablando y enfureciera más a Carlos, así que lo despidió.
Paulina se movió un poco.
-Ay…
No aguantaba más, el dolor era intenso.
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Capitulo 674
Apenas se movió un poco y sintió que sus piernas no respondían. Todo el cuerpo le dolía.
Afuera, Carlos escuchó un suave quejido desde la habitación. Miró a Julien, quien estaba vendándole.
Julien también lo oyó y rápidamente cortó el exceso de cinta adhesiva.
-Listo.
A diferencia de Eric, Julien era más astuto. Dejó todo a medio recoger y dijo:
-Hermano, me acordé de algo. Me retiro.
Al llegar a la puerta, Carlos habló con voz grave.
-Ve y arráncale la lengua a Eric.
Julien se estremeció y en su mente lamentó la suerte de Eric. No era del agrado del señor, y ahora finalmente había enfurecido a Carlos.
Julien se fue.
Carlos se levantó, caminó hacia la puerta de la habitación, la abrió y encendió la luz. Se encontró con los ojos suplicantes de Paulina.
Al ver a Carlos, Paulina se quedó boquiabierta un momento antes de empezar a sollozar.
-Me duele mucho.
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