Capítulo 736
Vanesa levantó la mano y, sin pensarlo dos veces, le dio un par de bofetadas a Dan. Él apenas pudo reaccionar, su rostro sintiendo el ardor, mientras su mente se quedaba en blanco por el impacto.
-Tú… -Dan intentó hablar, pero Vanesa no le dio tregua. Alzó la mano de nuevo, dispuesta a continuar con su ataque, pero esta vez Dan logró detenerla.
-¿Estás loca? ¿Qué te pasa? —gritó Dan, su voz llena de furia y confusión. No podía entender por qué Vanesa, ahora sabiendo que Yeray era el responsable, seguía atacándolo a él.
Vanesa lo miró con una intensidad que hizo que Dan se estremeciera. -¿Así que eres el heredero de Lago Negro? -dijo con una sonrisa burlona-. ¿Te atreviste a engañarme?
El rostro de Dan se tensó al sentir la amenaza en el aire. -¿Ya lo sabes? -preguntó, intentando mantener la calma.
Vanesa no respondió de inmediato. En su lugar, se acercó peligrosamente a él, sus manos atrapando el cuello de Dan con una fuerza que lo dejó sin aliento. La habitación se llenó de una tensión helada.
-Te acercaste a mí en aquel entonces por mi padre y por el negocio con InnovWorld, ¿verdad? -Vanesa escupió las palabras, cada una cargada de un resentimiento contenido durante años.
Dan recordaba bien aquellos días. La relación con InnovWorld había terminado abruptamente poco después de su supuesta muerte, un desenlace que ahora cobraba un nuevo sentido en su mente.
-Dime, ¿cómo fue que todo esto se mantuvo en secreto? -Vanesa insistió, sin soltar su presa.
Dan, sintiendo la presión en su garganta, apenas pudo susurrar -Después de mi “muerte“, Lago Negro comenzó a trabajar con InnovWorld. Todo fue planeado desde el principio.
Vanesa lo miró con unos ojos que parecían atravesarlo. -Jugaste muy bien tus cartas, Dan. Pero te subestimé –dijo, bajando la voz, pero sin disminuir la intensidad-. Todo este tiempo, pensaste que podías manipularme.
Dan intentó defenderse, aunque sabía que cualquier argumento sería inútil ante Vanesa. -¡No era solo eso! ¡Yo…!
-¡Ya basta! -Vanesa lo interrumpió, soltándolo finalmente-. No quiero oír tus excusas. Ahora, pagarás por todo lo que
hiciste.
La promesa de venganza quedó flotando en el aire, clara y peligrosa. Dan supo en ese momento que no había escapatoria. Vanesa no descansaría hasta verlo caer.
…
Horas más tarde, cuando el sol apenas comenzaba a asomarse por el horizonte, Zack se tambaleaba al levantarse del suelo. Aún aturdido por el ataque de Vanesa, se aferró a la pared
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para no caer de nuevo.
-Señorita Allende, -murmuró para sí mismo-, esta vez ha ido demasiado lejos.
Pero en el fondo, Zack sabía que Vanesa no se detendría. Ella era una fuerza de la naturaleza, ahora que había descubierto la verdad, no habría nada que la frenara.
Zack miró hacia la puerta de la habitación donde Dan estaba. Sabía que su lealtad hacia Dan se pondría a prueba como nunca antes. Tendría que estar preparado para lo que viniera, porque Vanesa no se detendría hasta que obtuviera su venganza.