Capítulo 104
Juan y Simón se miraron, desconcertados. ¿Se iría así, sin esperar que Luciana lo agradeciera?
-Fernando–Alejandro se detuvo de repente, su tono era frío-. No le digas a Luciana lo que
pasó.
Fernando lo miró, sorprendido, pero antes de que pudiera responder, Alejandro ya se había marchado.
Mientras caminaba, una ligera sonrisa amarga apareció en los labios de Alejandro. Ella le había pedido que no fuera bueno con ella. Así que no necesitaba saber nada.
***
Luciana encontró a Fernando a mitad del camino, con Pedro dormido sobre su espalda.
-¡Pedro! -exclamó, aliviada.
Rápidamente lo revisó. Todo parecía estar bien. Respiró hondo, sus hombros finalmente relajados.
—Fernando, gracias. Esta vez realmente te di muchos problemas.
Fernando, con el peso de la verdad en su mente, abrió la boca para decir algo. Vaciló instante, su mirada se oscureció. Pero finalmente, decidió guardarse el secreto. No era momento de sumar complicaciones. Alejandro era un rival que no quería enfrentar.
—No hay de qué. Para mí no fue ninguna molestia -respondió, sonriendo con ternura, aunque sus palabras escondían más de lo que Luciana podía ver.
Luciana, distraída con Pedro, no percibió el doble sentido.
-Vamos a la habitación. Pedro necesita bañarse, comer algo y tomar su medicina.
Fernando asintió.
-Sí, vamos.
A pesar del incidente, el viaje a Arroyo de los Lirios había resultado agradable. Se quedaron un día más, y el domingo por la tarde llevaron a Pedro de regreso al Sanatorio Cerro Verde.
Justo cuando Luciana se disponía a marcharse, Pedro la tomó de la mano. Sus grandes ojos suplicaban.
-Pedrito, ¿no quieres que me vaya? –le dijo con una sonrisa―. Tranquilo, la próxima
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Capítulo 104
semana vendré a verte.
Pedro, con esfuerzo, tartamudeó:
—Ma… ma… mági… mágo.
Luciana frunció el ceño, confundida.
-¿Mago? -preguntó-. ¿De qué hablas, Pedrito?
No habían asistido a ningún espectáculo de magia durante el viaje, así que no entendía a qué se refería. Y Pedro, como siempre, no podía explicarse mejor.
Le acarició la cabeza con cariño, sonriendo al imaginar lo que él podría querer.
-La próxima vez te llevaré a ver un mago, ¿de acuerdo?
Los ojos de Pedro brillaron, emocionados, y asintió, más tranquilo.
Luciana, aliviada por su reacción, se despidió con una sonrisa. Pero cuando ya se marchaba, alcanzó a escuchar a Pedro susurrar:
-Mago… mago… mago.
Luciana se detuvo por un instante, confundida. ¿Qué quería decir Pedro con eso? ¿Hermano? Se quedó pensativa unos segundos, pero decidió no darle más vueltas por el momento. Siguió caminando, la duda aún latente en su mente.
***
De vuelta en la Casa Guzmán, aún era temprano. Luciana estaba realizando un chequeo a don Miguel.
-Abuelo, todo va bien. Si seguimos así, pronto estarás listo para la operación.
Miguel sonrió con su habitual calma.
-Perfecto, todo lo que Luci diga.
Esa noche, Alejandro no regresó a casa. Al día siguiente, Luciana se levantó temprano para su turno en el hospital. Decidió no desayunar en casa y, al llegar al hospital, compró unos tacos en la cafetería. Justo cuando salía, se encontró con Martina, que acababa de terminar su turno nocturno. La expresión de Martina fue de total sorpresa.
-¿Luci? ¿Hoy trabajas?
Luciana frunció el ceño, extrañada.
-Sí, claro. ¿Por qué lo preguntas?
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Capítulo 104
+25 BONU!
Martina parecía más alterada a cada segundo.
-¡Hoy es el día de la primera ronda de entrevistas para las becas de investigación! -dijo, con impaciencia, golpeando el suelo con el pie-. ¿Cómo es que estás aquí?
Luciana se quedó inmóvil, como si el tiempo se detuviera.
¿Entrevista? No he recibido ninguna notificación -respondió en un susurro.
Martina la miró, incrédula.
-¡Pero pasaste la primera etapa! Tienes el mejor perfil para esto. Algo no cuadra…
Sacó su teléfono rápidamente y marcó un número.
-¡Hola, profesor! Una consulta: ¿Luciana no está en la lista de candidatos para la primera entrevista de la beca?
Luciana, con el estómago revuelto, apenas escuchaba la conversación.
-Entiendo, gracias por su tiempo.
Colgó el teléfono, pero su expresión era sombría. Respiró hondo antes de decir:
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