Capítulo 133
-¿Qué? -Luciana abrió los ojos como platos, incapaz de creer lo que acababa de oír.
El rostro de Alejandro se ensombreció de inmediato.
-Somos una pareja legal. La boda ya está en marcha y tú misma aceptaste. ¿No es lógico que durmamos juntos?
-Sí,
Sí, es… lógico
lógico -respondió ella, aunque con cierta torpeza.
-Entonces, a la cama. —La expresión de Alejandro se suavizó y una sonrisa leve curvó sus labios. Ve adelantándote. Yo tengo un par de cosas que hacer en el estudio.
-Ah, está bien–contestó ella, intentando ocultar su nerviosismo.
Apenas él salió, Luciana se quedó mirando la enorme cama durante un buen rato, dudando si debía sentarse. Finalmente, lo hizo, pero con una sensación extraña.
No era la primera vez que dormía en esa cama, pero hacerlo junto a él… era algo completamente diferente. Aunque ya habían compartido momentos íntimos, dormir juntos le parecía demasiado cercano, demasiado real.
Aún no terminaba de procesar todo. Ella y Alejandro estaban a punto de convertirse en esposos de verdad. La pregunta que no dejaba de rondarle la cabeza era: ¿por qué lo hacía?
¿Fue por lo que pasó anoche? ¿O… por el deseo del abuelo Miguel?
Su mente era un caos. Se tumbó en la cama, incapaz de conciliar el sueño. Se revolvía una y otra vez entre las sábanas, como si buscara una respuesta que no llegaba. ¿Qué significaba todo esto?
No sabía cuánto tiempo había pasado cuando la puerta del cuarto se abrió.
Luciana se tensó de inmediato, cerrando los ojos rápidamente.
Escuchó los pasos de Alejandro acercándose, luego dirigirse al vestidor, y después al baño. El sonido del agua corriendo llenó el silencio; Alejandro estaba en la ducha.
El agua dejó de correr. Los pasos resonaron de nuevo, esta vez acercándose más. Luciana sintió cómo la colcha se levantaba ligeramente. Luego, él se acostó junto a ella, rodeando su cintura con su brazo cálido. El corazón de Luciana se aceleró, y no se atrevió a moverse ni un centímetro.
Pero él no parecía satisfecho con solo eso. La atrajo aún más hacia su pecho, inclinándose para besar la suave piel de su cuello.
1/3