Capítulo 142
Luciana vaciló un momento antes de responder.
-Nada importante, solo cosas del hospital.
-¿De verdad? –Alejandro entrecerró los ojos, escéptico.
–
-Voy a ducharme. Ahora vengo a acompañarte. Se inclinó, besándola suavemente en los labios-. No tardo.
-Está bien–murmuró ella.
Mientras lo veía caminar hacia el baño, la sonrisa en el rostro de Luciana se desvaneció.
¿Cómo lo hacía? Hace apenas unas horas habían discutido, y ahora él actuaba como si no hubiera pasado nada. ¿Realmente quería casarse con ella? ¿O solo lo hacía por Miguel?
Alejandro salió de la ducha. Luciana ya estaba en la cama. Sin pensarlo dos veces, se metió junto a ella, rodeándola con sus brazos. La acercó a su cuerpo y, sin decir nada, bajó la cabeza para besarla.
—Luci… Luci…
El calor que emanaba de Alejandro se hacía cada vez más intenso. Luciana empezó a sentir miedo y lo apartó con suavidad.
– No.
Alejandro respiraba con dificultad.
-¿Qué pasa? Han pasado días, no hay problema. Şeré cuidadoso.
-¡No es eso!
El corazón de Luciana dio un vuelco. Tragó saliva antes de hablar.
-Estoy cansada… no quiero.
Sus palabras parecieron congelar el aire entre ellos. Luciana lo miró de reojo, temerosa de haberlo molestado. Esa noche no tenía ánimo para nada más.
Con la boca ligeramente entreabierta, respiraba de manera agitada, sus ojos llenos de una mezcla de cautela y rechazo.
Alejandro lo notó de inmediato. La rabia que había estado conteniendo comenzó a hervir de nuevo, hasta que no pudo controlarla más.
1/3
Capítulo 142
+25 BONU
Una risa amarga escapó de sus labios. En sus ojos oscuros ya no había rastro de ternura, solo un frío cortante.
-¿De verdad no me escuchas, Luciana? ¿Tu primer amor volvió y ahora piensas interpretar el papel de frigidez conmigo?
Luciana lo miró, atónita. ¿Qué?
La fuerza de Alejandro era abrumadora. Luciana no podía competir con él.
La jaló hacia su pecho, y con la otra mano sostuvo su barbilla antes de besarla con urgencia.
-Ah… Un suave gemido, casi animal, escapó de Luciana, incapaz de resistir.
El beso se volvió más salvaje.
Luciana sintió cómo todo a su alrededor se desvanecía poco a poco. Intentó golpear su pecho con los puños cerrados, pero era inútil, como intentar mover una montaña.
Cada golpe solo alimentaba más la voraz necesidad de Alejandro por dominarla.
Luciana sentía su mente nublarse, su resistencia diluirse poco a poco…
-Ah… ah… sollozó débilmente.
Alejandro bajó la mirada, observando sus ojos empañados por lágrimas. Algo dentro de él se tensó. Un profundo dolor lo invadió, pero era incapaz de detenerse.
Beso tras beso, sus labios atraparon las lágrimas que resbalaban por las mejillas de Luciana.
-¡No vuelvas a hacer nada que me enoje, Luci! ¡No vuelvas a decir cosas que me saquen de quicio, Luci!
Su voz era suave y el beso continuaba, lento y eterno.
***
Al día siguiente, Luciana y Alejandro despertaron juntos.
Luciana lo miró y sintió el calor subir a sus mejillas. ¿Cómo es que, de nuevo, había terminado así con él…?
Alejandro la abrazó antes de levantarse de la cama.
-¿De qué te escondes? Ya lo he visto todo… Tienes que acostumbrarte.
Después de arreglarse juntos, compartieron el desayuno y salieron de casa.
Alejandro la dejó en la UCM.
Capítulo 142
-Te paso a buscar más tarde.
-Está bien. Luciana asintió y lo vio alejarse.
Parecía que la pelea de ayer había quedado atrás…
De vuelta en su dormitorio, Luciana continuó empacando sus cosas.
Al mediodía, fue al comedor de la universidad para almorzar.
Mientras comía, su teléfono sonó: era Martina.
-¡Luciana! ¿Qué vamos a hacer? ¡Vicente se metió en problemas!
Luciana frunció el ceño al escucharla.
-¿Qué pasó?
Martina, al otro lado de la línea, respondió apresurada:
-¡La policía se llevó a Vicente! ¿Tienes alguna forma de ayudarlo?
-¿Por qué se lo llevaron? Explícame despacio.
+25 BONUS
3/3