Capítulo 159
Alejandro estaba molesto. Apenas comenzaba la velada, y ya el mesero había mencionado el nombre de Mónica, estropeando el ambiente. Estaba a punto de reprenderlo, pero Luciana lo detuvo suavemente.
-No pasa nada, de verdad. No es algo tan grave. Además, tengo hambre… le dijo, tratando de aliviar la tensión-. Vamos a pedir, ¿te parece?
¿De verdad no estaba enojada? Alejandro la miró con escepticismo. Conocía los celos femeninos y dudaba que Luciana no sintiera nada.
-He venido aquí con Mónica antes, sí ―admitió al final, pero… en ese entonces aún… -se interrumpió, buscando cómo decirlo.
-No tienes que explicarlo -respondió Luciana con calma, casi avergonzada por su intento de justificarlo-. Lo entiendo. 1
Su rostro era sereno, como si realmente no le molestara. Pero, ¿qué era lo que “entendía“? Luciana se mostró tan comprensiva que Alejandro, en lugar de sentirse aliviado, experimentó un malestar extraño, como un nudo en el pecho.
Ella actuó como si nada hubiera pasado y pidió la comida. Al llegar las chuletas de cordero, cortó un trozo y lo acercó a la boca de Alejandro.
-Abre la boca… le dijo con ternura.
Ese pequeño gesto le suavizó el humor. Quizás, pensó Alejandro, Luciana realmente era tan generosa de espíritu y lo comprendía de verdad.
Con renovado ánimo, Alejandro remangó la camisa y comenzó a pelar la langosta. Cuando tuvo la carne lista, la sumergió en la salsa y la colocó en el plato de Luciana.
-¿Después de cenar, hay algo que quieras hacer?
Luciana lo miró, sorprendida.
-¿Tú tienes algo en mente?
Ella había supuesto que, después de la cena, simplemente regresarían a casa. Alejandro sonrió levemente.
-Si no tienes ningún plan, me encargaré yo. ¿Qué tal una película?
Salir a cenar y luego ir al cine… sí, era el tipo de cosas que harían las parejas. Alejandro parecía un buen compañero, o al menos, lo intentaba. Claro, si no se tomaba en cuenta que en el fondo de su corazón, quizás, no fuera a ella a quien realmente amaba.
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Capítulo 159
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Luciana asintió.
-Está bien.
Después de todo, si el divorcio ya no era una opción, tendría que aprender a vivir con lo que le tocaba.
Alejandro sacó su celular de inmediato.
—¿Tienes alguna película en mente?
Luciana negó con la cabeza.
-No, la verdad no tengo idea de qué hay en cartelera últimamente.
-Echa un vistazo y elige una. -Le pasó el teléfono.
Después de un rato, Luciana seleccionó una comedia. Alejandro tomó de nuevo el teléfono y compró dos boletos.
-No hay prisa, come tranquila. Tenemos tiempo de sobra.
-Bien–respondió ella, con las mejillas llenas y concentrada en su plato.
Luciana había notado que su apetito había aumentado últimamente. Aun así, su vientre apenas si mostraba señal alguna de embarazo, y su figura se mantenía delgada. No entendía a dónde estaba yendo toda la comida que ingería.
Justo cuando luchaba con un trozo de camarón, el celular de Alejandro sonó. Él contestó sin levantarse, en plena mesa.
-¿sí?
La expresión de Alejandro se endureció a medida que escuchaba. Sus labios esbozaron una mueca de desprecio.
-¿Que no la encuentran? ¿Y por eso me llamas a mí? -Hubo una pausa, y su rostro se tensó más-. Tiene una agente y dos asistentes, ¿y vienes a decirme que la perdiste?
-¡Inútil! —exclamó antes de cortar, con tal fuerza que casi tira el teléfono.
Luciana no era ingenua; entendía que se trataba de algo relacionado con Mónica. Y, por cómo estaba él, era evidente que la situación lo había alterado profundamente.
Alejandro se volvió hacia ella, con el ceño fruncido y los ojos tensos.
-Luci… surgió un problema. Me temo que… debo irme.
Capitulo 159
+25 BONUS
Luciana parpadeó un momento, asintiendo con la cabeza.
.–Lo entiendo. -No parecía sorprendida. Con un gesto rápido, le indicó que se fuera-. Anda,
vete ya.
¿Estaba molesta? Alejandro le tomó la mano, con el rostro sombrío.
-No te enojes. Mónica estaba grabando en una zona bastante aislada y, de pronto, perdieron contacto con ella… -le explicó.
-Sí, lo sé contestó Luciana, manteniendo la calma-. Entiendo. Ve rápido. 2
Apenas terminó de hablar, un destello iluminó la ventana.
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