Capítulo 206
Juan sonrió con cortesía.
-Debo regresar, Alex me necesita.
-De acuerdo.
-Hasta luego.
Después de cerrar la puerta, Luciana suspiró de alivio. Menos mal que Juan no aceptó la invitación; temía que se diera cuenta de que en realidad era la primera vez que estaba ahí.
Abrió los maletines, uno por uno. Como había imaginado, Alejandro había incluido la ropa y accesorios que él mismo le había comprado. Luciana miró los objetos con una expresión indescifrable, luego separó las pocas cosas que realmente eran suyas y guardó el resto. No era cuestión de orgullo, sino de sentido común: las prendas y bolsos eran demasiado caros para ella, y ahora que ya no estaban juntos, no tenía dónde usarlos. Su vida volvería a ser simple.
En ese momento sonó su teléfono,
-¡Marti!-contestó Luciana, sonriendo-. ¿Ya llegaste?
-¡Ábreme!
Al abrir la puerta, no solo encontró a Martina, sino también a Vicente, quien la miraba con reproche.
Luciana lo miró, sorprendida.
-¿Qué miras? -Vicente frunció el ceño-. ¿Pensabas que ibas a seguir ocultándome las cosas? -Señaló las cajas-. ¿Es esto todo?
-Sí… Luciana admitió con un poco de vergüenza.
No le había contado a Vicente sobre su separación con Alejandro para no incomodarlo, considerando su amistad con Fernando.
Vicente resopló, fulminándola con la mirada.
-¿Crees que no me iba a enterar? Con Fernando rondándote como mosca, era cuestión de tiempo. -Negó con la cabeza y suspiró-. En fin, no es mi asunto, ni quiero meterme.
Se puso a cargar las cosas con determinación, y Martina y Luciana intercambiaron una sonrisa cómplice.
A coro, dijeron:
1/3
Capítulo 206
+25 BONUS
-¡Vicente es el mejor!
-¡Ya cállense y sigan cargando! -protestó Vicente, pero con una media sonrisa.
Gracias a Vicente, el trabajo fue rápido. En poco tiempo, terminaron de trasladar todo a la casa de Martina. Vicente, cansado pero satisfecho, se despidió y se fue en su auto. Mientras conducía, reflexionó un momento y sacó su teléfono. Le escribió un breve mensaje a Fernando:
[Luciana y Alejandro terminaron.]
4.4.4.
Casa Guzmán.
Juan regresó de hacer la entrega.
-Alex, ya entregué las cosas.
Alejandro asintió levemente y, como si fuera un comentario casual, preguntó:
-¿Luciana… está bien?
Juan Vaciló un poco, sin saber cómo responder.
-Parecía estar bien. Me sonrió y fue muy amable conmigo, como siempre. No noté ninguna
diferencia.
Eso quería decir que estaba tranquila. Alejandro se sintió algo aliviado, pero, al mismo tiempo, una sensación amarga le invadió el pecho.
Le hizo un gesto a Juan para que se retirara.
-Vete a descansar.
-Claro.
***
A las siete de la mañana, Luciana ya estaba en pie. Hoy iba a visitar a su hermano Pedro en el Sanatorio Cerro Verde. Debido a las hospitalizaciones de Alejandro y de ella misma, no había podido ir la semana anterior. Esperaba que Pedro no estuviera molesto por su ausencia.
Llegó al sanatorio antes de las ocho. El día estaba soleado, y el aire fresco le daba una sensación de paz. Al entrar en el área de hospitalización, una enfermera se le acercó y le entregó una carta.
¿Eres la hermana de Pedro? Vino desde Canadá hace tres días. Estaba a punto de llamarte si no venías hoy.
2/3
Capitulo 206
+25 BONU
-Gracias. —Luciana sonrió, agradecida, y tomó la carta.
Provenía de la “Institución Wells“, la misma que Fernando había contactado por ella para ayudar a su hermano. ¿Habían respondido ya sobre el caso de Pedro?
Luciana abrió el sobre con manos temblorosas y leyó rápidamente.
-¡Ah!
Cubrió su boca, ahogando un grito de emoción. ¡Pedro había pasado las evaluaciones! La institución había aceptado recibirlo. Después de tantos días grises, por fin llegaba una buena noticia que iluminaba su día.
Aceleró el paso, con la carta aún en las manos, y se dirigió a la habitación de Pedro. Al abrir la puerta, escuchó una voz que no esperaba.
-Pedro, mírame. ¿Recuerdas a papá?
3/3