Capítulo 207
Capítulo 207
Luciana se quedó paralizada. Era Ricardo.
¿Qué estaba haciendo allí? ¿Tan fuera de lugar estaba que ahora intentaba incomodar también a Pedro?
Ricardo, visiblemente frustrado por la falta de respuesta de su hijo, sacó un caramelo de una bolsa de golosinas y se lo mostró.
-Mira, Pedro, ¿ves lo que traje para ti?
Pero Pedro no le prestaba atención; lo ignoraba por completo.
-Pedro…
-¡No te esfuerces! -Luciana dio un par de pasos hacia adelante, con una sonrisa sarcástica, y miró a Ricardo. Su tono estaba cargado de desprecio―. Pedro no acepta cosas de extraños.
-¿Cómo que extraño? ¡Soy su…! -Ricardo se detuvo a mitad de la frase, con el rostro pálido.
Luciana soltó una risa fría, sin compasión alguna-. ¿Cuántos años lleva Pedro aquí? En todo este tiempo, ¿cuántas veces has venido a verlo? Para él, tú eres un desconocido.
Ricardo se quedó sin palabras, alternando entre pálido y enrojecido, murmurando entre
dientes.
-Tienes razón, todo ha sido culpa mía…
¿En serio? Luciana frunció el ceño. ¿Qué estaba tramando Ricardo? ¿Acaso ahora pretendía reconocer sus errores?
Sin rodeos, le disparó la pregunta.
—¿Qué pretendes?
-¿Qué? -Ricardo la miró, desconcertado.
Luciana se burló.
-Has estado actuando raro últimamente. Primero te preocupas por mí, luego me das dinero, y ahora vienes a ver a Pedro. ¿Qué buscas con todo esto?
Sus miradas se cruzaron, en un duelo silencioso entre padre e hija. Tras un largo momento de tensión, Ricardo soltó una sonrisa amarga.
-¿Si te digo que no tengo ningún propósito, me crees?
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-No. -Luciana negó con la cabeza sin pensarlo-. Si no quieres decir la verdad, no tengo por qué preguntar más. Pero te pido que no vuelvas a buscarnos, ni a mí ni a Pedro. Estamos bien así.
Luciana levantó la mano, señalando la puerta.
-Ahora, por favor, vete.
-Luciana…
-¡Sal ya! -Luciana frunció el ceño, conteniendo su enojo-. Ya bastante educada he sido contigo. Vete antes de que pierda la paciencia.
Ricardo quedó paralizado, sin saber cómo reaccionar.
-Está bien… volveré a verlos algún día…
-¡Fuera! Luciana le dio la espalda, dejando claro que no estaba dispuesta a escuchar más.
Sin otra opción, Ricardo se dirigió hacia la salida. Al pasar junto a una mesa, notó un sobre que Luciana había dejado ahí al llegar. En él se leía “Instituto Wells“.
Ricardo salió finalmente, pero Luciana aún sentía el enojo latente. De pronto, sintió un tirón en la
pernera del pantalón. Miró hacia abajo y encontró a Pedro, aferrándose a ella.
-Hermana, hermana…
—Pedro. —Luciana cambió de expresión al instante, sentándose en la alfombra junto a él con una sonrisa cálida.
-Hoy te traje muchas cosas. Mira, aquí tienes tus palomitas favoritas. ¿Qué te parece si comemos palomitas y vemos caricaturas juntos?
-Sí, me gusta.
Luciana pasó todo el día con Pedro. Al atardecer, regresó al departamento de Martina. Al llegar, notó que Martina aún no había vuelto, así que se encontraba sola. Luciana se sentó y tomó nuevamente la carta del Instituto Wells.
Siguiendo las indicaciones de contacto, marcó el número. La llamada no tardó en ser atendida.
-Buenas tardes.
Hola -respondió Luciana con algo de nerviosismo-. Soy familiar.de Pedro. Recibí la carta de aceptación que nos enviaron y quisiera saber qué debo hacer para completar el proceso.
-Claro
contestó la persona del otro lado de la línea y le explicó detalladamente los pasos a seguir. Al final, añadió―: Solo necesita preparar el pago y presentarse aquí antes de que
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Capítulo 207
termine diciembre. 1
¿Pago? Luciana se quedó atónita. ¿Requería pago?
-Entiendo, muchas gracias–dijo antes de colgar. En cuanto terminó la llamada, una idea comenzó a tomar forma en su cabeza. Todo indicaba que el Instituto Wells no iba a aceptar a Pedro gratuitamente.
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