Capitulo 212
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Capítulo 212
Mostró su tarjeta del comedor con una sonrisa.
Fernando, sabiendo que ella prefería mantener las cosas informales, aceptó. Fueron juntos a la cafetería; él se encargó de servir la comida mientras Luciana buscaba una mesa.
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-Para ti dijo él, poniéndole otra porción de sus bolitas de carne favoritas-. Come todo lo que quieras; lo que dejes, me lo termino yo.
Gracias respondió ella con una sonrisa, tomando una papita frita mientras lo miraba con una mezcla de ternura y resignación. Finalmente, suspiró-. Fernando, dejando de lado tu situación familiar, tú sabes cómo es mi vida. No deberías…
-¡Para! -Fernando frunció el ceño-. Soy un adulto y sé bien lo que estoy haciendo. —Hizo una pausa, antes de agregar con tono firme-: Si tienes tanto valor, enfréntame cada vez que me veas o llámale a la policía y dime que te estoy molestando, però no puedes evitar lo que
siento.
Luciana se quedó helada. Sabía que no podría hacerle eso.
-Come tranquila dijo Fernando al notar su expresión aturdida y casi infantil. La sonrisa en sus labios denotaba cierta ternura-. Mírate, estás tan delgada… y con un bebé en camino, ni siquiera se te nota la barriga.
Luciana sintió un nudo en la garganta y bajó la mirada rápidamente. Después del almuerzo, Fernando la acompañó de vuelta al departamento de Martina. Su auto estaba estacionado cerca
de la entrada trasera de la UCM.
Al mismo tiempo, Alejandro, quien acababa de visitar a su abuelo Miguel en el hospital, caminaba hacia su auto para regresar al trabajo. De repente, vio a Luciana y Fernando caminando juntos frente a él. Sin darse cuenta, sus pasos se hicieron más lentos.
Sergio, Juan y Simón se miraron en silencio, sin atreverse a decir nada.
Alejandro observaba a Luciana con una mezcla de nostalgia y amargura. Esa figura esbelta y decidida, que alguna vez había sido suya, ahora parecía tan distante. 1
-Fernando, dame un minuto dijo Luciana de pronto, señalando hacia el edificio
administrativo-. Voy al baño.
Fernando asintió, tomando su bolso mientras ella se alejaba. Mientras él esperaba, Alejandro se acercó, avanzando decidido hacia él.
-¿Crees que Alex va a pelearse? -murmuró Simón.
Sergio y Juan intercambiaron miradas de tensión, pero guardaron silencio.
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Capítulo 212
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A unos pasos de Fernando, Alejandro lo saludó con una leve inclinación de cabeza. No había cortesías ni introducciones; fue directo al punto.
-¿Sabes que Luciana está esperando un bebé?
Fernando parpadeó, claramente sorprendido, y asintió.
-Sí, lo sé.
Alejandro exhaló aliviado, notando que Fernando parecía genuino y sereno al respecto. Pero algo en él no le daba paz, así que continuó, con vez entre seria y suplicante:
Solo te pido que no la juzgues por eso. Cuando ella más te necesitó, ni tú ni yo estábamos ahí. Luciana pasó momentos muy duros.
Suspiró, sintiendo cómo las palabras le pesaban en la garganta, casi como una confesión.
-Fernando… cuídala, ¿sí? No la dejes sola.
Antes de que Fernando pudiera contestar, Alejandro se dio media vuelta y se alejó rápidamente, dejando a Fernando en silencio, observando su espalda con una mezcla de emociones complejas.
Por un instante, Fernando sintió una extraña conexión con Alejandro, como si algo más allá de las palabras le dijera que él realmente amaba a Luciana. Pero entonces, ¿cómo había sido capaz de dejarla ir?
Ya en el auto, Alejandro cerró los ojos y apoyó la cabeza contra el asiento. La imagen de Luciana y Fernando juntos, tan cómplices, no dejaba de martillarle el pecho.
Entonces, el teléfono sonó.
-Nathan. -Alejandro contestó con voz cortante. Espero que sea algo importante.
Nathan soltó una risa incómoda.
-Vaya humor. Dígame, señor Guzmán, ¿la situación de su futura exesposa cuenta como algo importante?
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