Capítulo 213
Capítulo 213
¿Algo relacionado con Luciana?
Alejandro guardó silencio por un momento antes de preguntar, con voz más suave de lo habitual:
-¿Qué pasa con ella?
Nathan soltó una pequeña risa. No sabía si Alejandro se daba cuenta, pero solo al mencionar a su futura exesposa, el tono de Alejandro se tornaba más calmado.
-Luciana me pidió que te informara que prefiere ir al registro civil a firmar cuanto antes. Todo lo demás, puede esperar.
Alejandro se quedó inmóvil, sorprendido por un instante. ¿Era solo por eso? ¿Por qué esa urgencia de Luciana? Sintió una punzada amarga, como si su corazón se sumergiera en un pozo de hiel. Inmediatamente, su pensamiento fue hacia Fernando.
«Es por él, seguramente,» pensó. Si estaban juntos, Fernando no iba a aceptar que el nombre de Luciana siguiera en los registros de la familia Guzmán. Alejandro apretó el teléfono, como si al hacerlo pudiera retener lo que quedaba de su vida con ella.
Con voz baja y resignada, respondió:
-De acuerdo, Nathan. Haz los arreglos según lo que ella pide.
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No quería obstaculizar su felicidad; ya le había fallado bastante. Al menos, permitiría que ella pudiera rehacer su vida cuanto antes.
-Entendido, señor Guzmán.
***
Esa misma noche, a las diez, Fernando llegó al departamento de Martina con una bolsa de comida en la mano y tocó la puerta. Fue Martina quien abrió, y al ver que no era Luciana, Fernando dejó escapar una ligera expresión de decepción mientras miraba hacia el interior.
-¿Buscas a Luciana? -preguntó Martina, levantando una ceja-. Señor Domínguez, ¿acaso se puede ser más obvio? –Señaló hacia dentro y añadió: Está en la ducha. Apenas entró, así que si quieres esperar, será un rato largo.
Fernando dudó, un poco incómodo. No quería que se malinterpretara su visita.
-Mejor no. -Extendió la bolsa-. Les traje algo para cenar. Disfrútenlo.
-¡Oh! -Martina sonrió y tomó la comida. Muchas gracias, señor Domínguez. -Luego, sin
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Capítulo 213
más, cerró la puerta de inmediato.
Luciana salió del baño justo en ese momento, con el cabello aún húmedo, y miró a Martina con ojos grandes y expectantes.
-¿Se fue ya?
-Sí. -Martina puso la bolsa de comida sobre la mesa, abriéndola con interés-. Fernando prácticamente te organiza las tres comidas y hasta la cena, igual que en la universidad. —La miró de reojo-. Sabes, dejando de lado los problemas de su familia, Fernando es un muy buen tipo.
Luciana frunció ligeramente el ceño, sin responder.
Martina suspiró, tanteando el terreno:
-Yo estoy de tu lado, eso lo sabes. Pero, ¿estás segura de que no podrías darle una oportunidad?
Luciana se quedó pensativa. Ella y Fernando ya tenían una historia llena de heridas que no se borraban tan fácilmente. Tres años habían pasado, y en ese tiempo, ambos habían cambiado
demasiado.
Martina la miró, notando su silencio, y sonrió levemente.
-Tus dudas son normales. Después de tres años, es lógico preguntarse si siguen siendo compatibles y si él es realmente confiable. Mejor deja que las cosas fluyan y el tiempo lo dirá concluyó.
—
Mientras tanto, Fernando, que no había logrado ver a Luciana, decidió regresar a su residencia en la villa de Playa Plata. Durante el trayecto, recibió una llamada de su padre, Diego Domínguez.
-¿Papá? -respondió, notando cierta urgencia en su voz.
-Fernando, ¿estás ocupado? -La voz de Diego sonaba tensa, como si algo anduviera mal.
-No, dime, ¿qué pasó?
-Es tu madre, está en el hospital. ¿Puedes venir?
Al escuchar esas palabras, Fernando sintió como si le hirviera la sangre. Cortó la llamada y giró el volante de inmediato, acelerando rumbo al hospital.
Al llegar, se encontró con su padre en la puerta de la habitación. Diego tenía el rostro sombrío y agotado.
-¿Qué le pasó, papá?
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-Tu mamá estaba en la cocina, preparando una sopa para llevártela… cuando, de pronto, se desmayó -explicó, con un suspiro lleno de angustia-. La trajimos de inmediato al hospital y, tras hacerle un CT, descubrieron una sombra en el cerebro… creen que podría ser un tumor.
Fernando cerró los ojos un momento, tratando de asimilar la noticia. Un tumor cerebral… Eso
no era poca cosa.
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