Capítulo 242
Afuera, en el pasillo, Alejandro, Fernando y Bruna esperaban en un incómodo silencio.
De repente, el teléfono de Bruna sonó.
-¿Mamá? Sí, ya terminó todo. Pronto estaré de regreso.
Colgó, luego miró a Fernando con ojos esperanzados.
-Fernando, mi mamá quiere que regrese a casa.
Fernando permaneció inmóvil, sin siquiera responder..
Era evidente que no pensaba irse. No se movería hasta que Luciana saliera.
Bruna suspiró y, viendo que no obtenía respuesta, agregó:
-Entonces me iré sola.
-Está bien…
Fernando asintió levemente, incapaz de desviar su atención de la puerta del salón. No podía dejar a Luciana, no en este momento.
Pero entonces su propio teléfono comenzó a sonar. Era Victoria.
-¿Mamá?
La voz de Victoria llegó firme y preocupada.
-Fernando, ya es tarde. ¿Por qué no has llevado a Bruna a casa? Qué bueno que se lleven bien, pero no deberían quedarse fuera tan tarde. Sus padres estarán preocupados.
Fernando miró a Bruna y frunció el ceño.
-Es tarde, hijo. Llévala a casa con seguridad, ¿me oyes?
Cerró los ojos un momento, claramente frustrado, antes de responder con voz tensa:
-Entendido.
Colgó y, dirigiéndose a Bruna, dijo:
-Vamos. Te llevaré a casa.
-¿Eh? —Bruna lo miró, sorprendida, señalando la sala de reuniones—. ¿Es lo correcto?
-Viniste conmigo.
1/4
Capítulo 242
+25 BONU
Fernando suspiró y, en un tono serio, añadió:
-Lo correcto es que me asegure de que llegues a casa sana y salva.
Estaba convencido de que podría explicarle todo a Luciana más tarde. Sabía que ella era una persona razonable y que entendería.
-Vamos.
-De acuerdo.
A un lado, Alejandro los observaba con una mano en el bolsillo de su pantalón, con una expresión que destilaba puro sarcasmo.
Su preocupación se había confirmado. Fernando no era alguien en quien se pudiera confiar.
Cuando Fernando dio un paso hacia adelante, Alejandro avanzó también, con sus largas piernas interponiéndose en su camino.
Con una sonrisa irónica y una ceja alzada, Alejandro lo miró fijamente.
—¿A dónde crees que vas?
Antes de que Fernando pudiera responder, la sonrisa de Alejandro desapareció al instante. Sus ojos se entrecerraron y su tono bajó a una advertencia cargada de furia.
-Hoy, mientras
yo esté aquí, ¡no vas a ninguna parte! ¡Vas a quedarte quieto y esperar!
Fernando frunció el ceño, tratando de mantener la calma para razonar.
-Señor Guzmán, tengo que llevar a mi amiga a casa.
-¡Eso es una estupidez! -espetó Alejandro, incapaz de contenerse, con la ira pintada en el rostro. Luciana está a punto de salir. Si te largas ahora, ¿qué crees que va a pensar? ¡Atrévete a dar un solo paso y verás lo que pasa!
-¡Alejandro!
Fernando, que también estaba lleno de rabia, lo enfrentó con una mirada gélida.
-Lo que yo haga no es asunto tuyo. ¡No tienes derecho a meterte!
-¡Fernando Domínguez!
Alejandro lo agarró por el cuello de la camisa y lo jaló con fuerza hacia él. Su puño derecho ya estaba apretado, levantado en el aire, listo para descargar el golpe.
-¡Te juro que te voy a romper la cara!
2/4
Capítulo 242
+25 BONUS
-¡Ah! -Bruna lanzó un grito ahogado, completamente aterrada.
Ella había visto a Alejandro golpear a Fernando antes, y sabía de lo que era capaz. Desesperada, no sabía qué hacer para detenerlos.
-¡Por favor, no peleen!
Antes de que pudiera decir algo más, la puerta de la sala de reuniones se abrió de golpe.
Luciana salió, sosteniendo su mochila con tranquilidad. Había tardado poco en entregar los documentos.
-¡Gracias al cielo! -exclamó Bruna al ver a Luciana, como si acabara de encontrar a su salvadora-. ¡Diles algo, por favor! ¡Van a pelear!
Luciana no necesitó más explicaciones. Su mirada captó la escena en un segundo.
Frunció el ceño mientras se acercaba con pasos firmes.
-Alejandro, ¡suelta a Fernando de una vez! ¿Es que nunca puedes hablar sin recurrir a los golpes?
-¿Qué? -Alejandro se quedó atónito, como si las palabras de Luciana le hubieran clavado una espina en el corazón. ¿Este tipo te está molestando y tú aún lo defiendes?
-¡Te dije que lo sueltes! —insistió Luciana, con una expresión que no admitía discusión.
Aunque visiblemente frustrado, Alejandro no tuvo más remedio que obedecer. Lanzó una mirada entre furiosa y herida a Fernando antes de soltar su camisa.
-Está bien -gruñó con sarcasmo, dando un paso atrás—. Pero, Luciana, más te vale no venir llorando después.
Luciana negó con la cabeza, agotada emocionalmente, y miró a Fernando.
-Luciana, yo…
Fernando estaba visiblemente incómodo, con las facciones tensas por la incertidumbre.
No sabía cómo explicarse para no empeorar las cosas.
Pero antes de que pudiera decir algo, Luciana sonrió, para sorpresa de todos.
-No hace falta que digas nada. Ya escuché todo lo que dijeron hace un momento.
Fernando la miró, confundido.
-Está bien. Ve y lleva a tu amiga a casa.
3/4
Capítulo 242
+25 BONU
-¡Luciana! -El primero en reaccionar fue Alejandro, su rostro lleno de incredulidad y desdén
–. ¿Te volviste loca? ¡Está clarísimo que ellos dos no son solo amigos!
–
Today’s Bonus Offer