Capítulo 289
a
Sin perder tiempo, Luciana tomó su teléfono y llamó a Alejandro.
Como temía, no respondió.
Inmediatamente marcó a Sergio, pero tampoco hubo respuesta.
Su angustia crecía con cada minuto.
Luciana apretó los labios y mordió su dedo pulgar, tratando de calmarse. La situación no podía ser peor. Si no respondían, era porque algo malo había sucedido.
<<¿Qué hago?»>
Sentada ahí, sintió que su ansiedad era inútil. No podía quedarse esperando.
Sin dudarlo más, tomó su bolso y salió apresuradamente hacia el Hotel Mavis.
El camino estuvo lleno de tensión. A cada minuto, su preocupación se hacía más intensa.
Cuando llegó al lugar, sus temores tomaron forma: el caos era absoluto.
El fuego seguía consumiendo el edificio, mientras el humo espeso cubría el cielo nocturno. Las voces de la multitud se mezclaban con las sirenas de las ambulancias y los bomberos.
Luciana respiró hondo, tratando de mantener la calma. Sacó su teléfono y volvió a llamar a Alejandro.
El resultado fue el mismo: sin respuesta.
Con frustración, bajó el teléfono y apretó los labios. Su desesperación crecía.
<<Alejandro… ¿Dónde estás?»>
El perímetro del hotel estaba cercado con cintas de seguridad, y las autoridades seguían evacuando a más personas.
En medio de la multitud, Luciana buscaba a alguien que llevara uniforme del hotel.
Ansiosa, agarró del brazo a un hombre rubio de ojos claros.
-Disculpe, ¿trabaja usted en el hotel? -preguntó con urgencia.
-Sí, ¿en qué puedo ayudarla?
<<<¡Perfecto!>>>
-Mis amigos están alojados aquí. ¿Cómo puedo saber si están a salvo?
Capítulo 289
P
+25 BONUS
El hombre dudó un instante antes de señalar hacia un punto cercano.
-Allí, bajo esa sombrilla. Es una mesa de recepción temporal que montamos. Algunos de los empleados están registrando a quienes han salido o han sido rescatados.
-¡Gracias, muchas gracias!
-No hay de qué.
Sin más demora, Luciana soltó al hombre y corrió hacia la zona indicada.
Había una fila considerable de personas, todas igual de angustiadas que ella. Aunque la desesperación le carcomía, esperó su turno pacientemente.
De repente, una voz fuerte captó la atención de todos.
-¡Señoras y señores! Ya tenemos una lista preliminar. Pueden ingresar al enlace que está en esta página web. La estaremos actualizando constantemente.
—¿En serio?
-¡Qué alivio! Por favor, pásenos el enlace.
Luciana, con el teléfono en la mano, copió rápidamente el enlace desde el celular de una mujer
cercana.
-Muchas gracias.
-De nada. Espero que encuentre a sus amigos.
Con el enlace abierto, Luciana empezó a leer la lista línea por línea, deslizando el dedo por la pantalla mientras murmuraba en voz baja:
-Por favor, que estén bien… por favor…
De repente, sus dedos se detuvieron en seco.
<<Alejandro…>>
Ahí estaba su nombre.
Alejandro estaba en la lista de heridos o fallecidos.
<<¿Herido o… muerto?» La confusión y el caos del momento no permitían detalles claros.
Luciana bajó el teléfono lentamente y, con el corazón en la garganta, comenzó a abrirse paso entre la multitud.
-Disculpen, con permiso… ¡Gracias!
2/3
Capítulo 289
+25 BONUS
-Señorita, ¿a dónde cree que va? -intentó detenerla alguien.
-Perdón, necesito pasar…
Cada paso era más difícil, pero finalmente logró llegar al frente de la recepción improvisada.
Sostuvo el celular en alto y, con la voz temblorosa, se dirigió a uno de los empleados del hotel.
-Disculpe, ¿puede decirme dónde están los heridos o fallecidos?
—Si alguien fue rescatado, probablemente ya lo trasladaron al hospital o están recibiendo atención en una ambulancia.
-Entendido. Muchas gracias.
Agradeció rápidamente y salió corriendo hacia las ambulancias estacionadas cerca.
Ahí, detuvo a una enfermera.
-¡Por favor! ¿Puede decirme si tienen a un hombre llamado Alejandro? Es mexicano. ¿Sigue aquí o ya lo llevaron al hospital?
-Espere un momento, voy a revisar.