Capítulo 290 parte1
La enfermera revisó rápidamente la lista que tenía en mano.
-No parece que lo hayan trasladado al hospital. Todos los enviados allí están marcados en esta lista, y su nombre no está.
Eso significaba que Alejandro seguía en el lugar.
—¡Gracias! —dijo Luciana, con las palmas sudorosas de los nervios-. Por favor, ¿puedo revisar las ambulancias? Mi amigo podría estar en una de ellas.
-Claro,
asintió la enfermera—, pero solo puede mirar brevemente. No interrumpa las labores de emergencia, por favor.
-Entendido, gracias.
El ambiente alrededor era desgarrador. A pesar de los gritos de órdenes y las sirenas, lo que más destacaba eran los llantos. El dolor y la desesperación resonaban en cada rincón.
Luciana, con el corazón encogido, comenzó a revisar ambulancia por ambulancia, esperando encontrar a Alejandro.
Sin embargo, lo extraño era que no lo encontraba. Cada vez crecía más la posibilidad de la
que enfermera hubiera cometido un error en el registro, y que Alejandro ya hubiera sido trasladado a un hospital.
Mientras caminaba, una joven acompañaba a una mujer de mediana edad que sollozaba sin consuelo. Parecían madre e hija. Al cruzarse con Luciana, pudo escuchar parte de su
conversación:
-Mamá, sé que duele, pero él ya no está sufriendo…
Eran palabras de consuelo, pero llenas de un dolor que Luciana no pudo ignorar. Cerró los ojos un momento, incapaz de soportar tanto sufrimiento a su alrededor.
De repente, la voz de la joven la sacó de su trance.
-Disculpe, ¿usted también está buscando a un familiar?
Luciana abrió los ojos. La chica tenía lágrimas en las mejillas, pero su voz era amable.
—Sí… estoy buscando a alguien.
La joven señaló con un gesto hacia el sur.
-Si no lo han llevado al hospital ni está en las ambulancias, tal vez… —se detuvo, mordiéndose los labios-. Tal vez esté en esa dirección.
1/2
Capítulo 290 parte1
+25 BONUS
No completó la frase, pero Luciana lo entendió.
-Gracias.
-No hay de qué, -respondió la joven con una pequeña inclinación de cabeza antes de seguir caminando junto a su madre.
Luciana tomó aire profundamente, intentando calmar los latidos desbocados de su corazón. Miró hacia el rincón señalado.
Allí, el sonido de los sollozós era más fuerte.
Porque en esa zona estaban los que no habían logrado sobrevivir.
Sus piernas comenzaron a temblar, y su cuerpo entero empezó a temblar como si estuviera bajo una helada intensa.
De repente, sus pies parecían anclados al suelo.
No podía dar un paso más.
No podía enfrentarse a la posibilidad de confirmar la peor de las noticias.
No se atrevía…
-¡Por favor, permiso!
se escuchó detrás de ella. Unas ruedas chirriaron contra el suelo,
seguidas de pasos apresurados. Otra camilla estaba siendo empujada por el pasillo.
Luciana se hizo a un lado automáticamente, como en un acto reflejo, dejando el camino libre. Sin embargo, las palabras de los paramédicos captaron su atención:
-¿Tenemos la información de este? (1
-Sí. Es Alejandro, mexicano…
<<¡¿Alejandro, mexicano?!>>
2/2
Capítulo 290 parte2
+25 BONUS
Capítulo 290 parte2
El impacto recorrió todo su cuerpo como una descarga eléctrica. Su espalda se tensó de inmediato, y por un segundo, el aire pareció detenerse.
Sin pensarlo, avanzó con pasos torpes hacia los dos paramédicos.
Con un hilo de voz que apenas salió de su garganta, preguntó:
-¿Dijeron que es Alejandro? ¿Mexicano?
-Así es. -respondió uno de ellos, con un tono que denotaba cansancio tras una larga noche.
Estaban acostumbrados a lidiar con situaciones así. Con profesionalismo, el otro agregó:
—¿Es un familiar suyo?
<<<¿Familiar?>>
Luciana abrió la boca para responder. «¿Familiar? Sí… ¿no?»
En lo que aún eran los ojos de la ley, ¡Alejandro y ella seguían siendo los más cercanos! No habían terminado los trámites del divorcio. Técnicamente…
-Sí, lo es.
Los paramédicos asintieron, intercambiaron miradas rápidas y, con un tono de voz que Luciana nunca olvidaría, uno de ellos dijo:
-Lo sentimos mucho. Mis más sinceras condolencias.
Sin más, siguieron adelante con su labor, dejando a Luciana frente a la camilla.
Ella se quedó completamente inmóvil, sus ojos clavados en el cuerpo que yacía a tan solo un brazo de distancia. Sin embargo, esa corta distancia se sentía como un abismo insalvable. Era como si, de un lado, estuviera la vida, y del otro, un lugar que ya no tenía retorno.
Con movimientos lentos, casi mecánicos, alzó una mano. Quería tocarlo, asegurarse de que no era cierto. Pero en el último instante, su mano se detuvo en el aire y se retiró rápidamente.
Volvió a intentarlo. Una y otra vez. Avanzaba, pero siempre se detenía antes de alcanzar la
camilla.
Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, y pronto ya no pudo contenerlas. La presión en su pecho se hizo insoportable. Finalmente, con un esfuerzo sobrehumano, dejó caer ambas
tenía. manos sobre la camilla. Ese simple contacto consumió toda la fuerza que
-Alejandro… Alejandro… -susurró. Su voz salió rota, irreconocible.
1/2
Capitulo 290 parte2
+25 BONUS
Miró hacia abajo, y las lágrimas cayeron en cascada sobre el suelo.
Fue un torrente incontrolable, un dolor que la dejó sin aire.
Su cuerpo no pudo sostenerse más. Sus rodillas cedieron, y terminó arrodillada frente a la camilla.
-Alejandro…-murmuró entre sollozos-. Alejandro…