Capitulo 332
Capítulo 332
Con cierto fastidio, agregó:
-¿No sería más práctico que alguien nos diera el programa impreso para seguirlo al pie de la letra? Con eso no habría errores…
-Luciana Herrera.
Alejandro la interrumpió con un tono severo, y su expresión era tan fría que ella sintió un nudo en la garganta.
-¿No te parece buena idea? -aventuró Luciana, sin atreverse a alzar demasiado la voz.
Alejandro soltó una risa breve y sarcástica:
-¿Todavía puedes ser más indiferente? ¿O prefieres que alguien más se encargue de tu propia boda?
Ese comentario cargado de ironía hizo que Luciana se quedara en silencio un instante, sorprendida. Pero se repuso enseguida y contraatacó:
-Mira quién habla, si tú tampoco estás dando mucho de ti.
Él se quedó mudo por un segundo.
—Sí, lo admito, estoy siendo indiferente -dijo Luciana con una sonrisa suave pero mordaz― ¿No es lo mismo que haces tú? Seamos realistas: sin la insistencia de tu abuelo, jamás habría una boda entre nosotros. Ninguno de los dos lo desea. Solo estamos cumpliendo con el trámite. Yo acepté, así que cooperaré. Solo di una sugerencia para ahorrarnos tiempo, y si no te parece bien, la retiro. No es para que te pongas así.
Cada palabra daba en el blanco, dejando a Alejandro sin posibilidad de rebatir. Ella tenía razón: él también se estaba limitando a seguir el protocolo. ¿Con qué derecho la culpaba?
Luciana apartó la mirada y volvió a su libro:
–Hagamos lo que tú dices. Arreglaré mi agenda de trabajo.
Alejandro la contempló durante diez largos segundos, con emociones encontradas bailando en sus ojos, hasta que se dio media vuelta y salió sin decir nada más.
Su cabeza estaba hecha un lío y su corazón, aún peor. Sabía que su reacción no era justa con Luciana, pero también ignoraba cómo manejar ese remolino de sentimientos.
***
La visita a Isla Minia quedó programada para pasado mañana. Antes de salir esa misma
1/3
425929
Capitulo 332
mañana, Alejandro y Luciana acordaron verse a las cuatro de la tarde para emprender el viaje juntos.
Al mediodía, Luciana y Martina fueron a comer. Luciana había recuperado bastante el apetito en estos días, pero hoy algo la hacía sentir mal.
-¿Qué ocurre?-le preguntó Martina, notándole el rostro pálido. ¿Te sientes mal?
-Si–confesó Luciana.
Señaló que, desde que despertó, tenía un leve dolor en la parte baja del vientre, y no le había cedido en toda la mañana.
-Marti, ¿me acompañas a ver al médico?
Martina, sin pensarlo dos veces, asintió:
-¿A qué esperar? ¡Vámonos ya! Nada de comer, primero es el bebé.
La ayudó a llegar a la clínica privada de ginecología y obstetricia. Como la doctora Benítez no estaba ese día, Martina solicitó una consulta de urgencia. Tras las pruebas, los resultados no mostraron nada anormal.
-¿Te sentirás muy ansiosa, quizá? -preguntó la doctora de guardia. Si es tu primer embarazo, es normal que te intranquilices. Relájate un poco.
Le recetó un remedio en base de hierbas para preparar como infusión:
-No es un medicamento agresivo, ayuda a tranquilizarte. Descansa el resto del día y no camines demasiado. También, cuando duermas, coloca una almohada debajo de tu cintura.
-De acuerdo, muchas gracias agradeció Luciana.
Mientras Martina pagaba y recogía lo recetado, Luciana se sentó en la banca del pasillo y llamó a Alejandro:
-¿Sí?-contestó él, suponiendo que quizá ella lo apresuraba―. Todavía es temprano, tranquila. Llegaré a las cuatro para recogerte. No voy a retrasarme.
–
Luciana abrió la boca, pero tardó un segundo en contestar-. No te llamo para eso. Quería preguntar si podríamos… postergar el viaje un poco.
-¿Postergarlo? -repitió Alejandro, con un tono de desagrado. ¿Por qué? Ya todo está planeado. Cambiar las fechas no es tan sencillo. ¿Tienes alguna razón de peso?
Luciana vaciló, pero al final no se atrevió a decirle la verdadera causa:
-No, olvídalo. Nos vemos a las cuatro.
2/3
Capitulo 332
Tras colgar, bajó la mirada y posó la mano sobre su vientre, que se notaba un poco más abultado.
<<Mantente fuerte, pequeño», pensó en silencio. «Mamá sabe que saldremos adelante.>>