Capítulo 341
Alejandro condujo a Luciana y a Martina hasta la boutique de alta costura, pero no podía quedarse. Tenía muchos pendientes, ya que la boda estaba próxima y debía dejar todo en orden.
La encargada guio a Martina para tomarle medidas de inmediato. Mientras tanto, Alejandro se dirigió a Luciana, metiendo una mano en el bolsillo de su pantalón:
-Respecto a Pedro… ¿prefieres acompañarlo tú, o crees que sea más fácil enviar a alguien para que lo traiga?
Luciana se quedó callada un instante. ¿Alejandro aún insistía en que Pedro acudiera a la boda? Al ver su expresión, él continuó:
-Ese día voy à encargarme de que haya alguien pendiente de él en todo momento. Pedro es muy tranquilo; dudo que surja algún problema. Al fin y al cabo, eres su única hermana. ¿Cómo no estaría presente el día de tu boda? Además, Martina estará como dama de honor, y también vendrá Vicente. Entre los dos, seguro lo cuidarán bien.
Llegados a ese punto, Luciana se sintió incapaz de rechazar la propuesta sin
-Está bien -cedió-. No hay necesidad de mandarle a hacer medidas, puedo llevarlo a probarlo y ya.
parecer obstinada.
un traje especial. Conozco sus
-Perfecto -asintió Alejandro, dejando ver una ligera sonrisa en su rostro-. Me voy, entonces. Tómense su tiempo para elegir.
Mientras buscaba algo en su bolso, Luciana frunció el ceño.
-¿Pasa algo?-preguntó él.
-Creo que olvidé mi celular en el asiento del auto. Lo saqué para contestar unos mensajes y lo dejé allí.
-¿Y eso amerita que bajes tú sola? -respondió Alejandro, apretándole suavemente el hombro –. Puedo ir a buscarlo.
-Bueno… gracias -murmuró ella, dudando un instante antes de aceptar. Lo acompañó hasta la puerta para despedirlo.
-¡Luciana!
Apenas vio bajar a Alejandro, Luciana se dispuso a entrar de nuevo a la boutique. Sin embargo, se encontró de frente con dos chicas que rondaban los veintitantos, más o menos de su edad.
Luciana frunció el ceño.
-¿Nos conocemos? -preguntó, sin recordar haberlas visto antes.
¡Ya decía yo que eras Luciana!
La aludida ladeó un poco la cabeza, extrañada.
-Sí, soy Luciana. ¿Necesitan algo?
-¡Hmph! -bufó una de ellas, alzando la barbilla con arrogancia-. Luciana, si sabes lo que te conviene, mejor renuncia a Alejandro antes de que se celebre la boda.
-¿Qué…? -Luciana no daba crédito. ¿Quiénes eran estas desconocidas para venirle con ese tipo de advertencias?
Entrecerró los ojos y, con un ligero atisbo de sonrisa, inquirió:
-¿Qué relación tienen con Mónica? ¿Les pidió que vinieran?
-¡No! -replicó la otra con un claro tono de rencor-. ¡Somos fans de Mónica! Y estamos hartas de verte… ¡eres una intrusa en esa relación!
Fans… Eran sus admiradoras, dispuestas a “defenderla” como si fuera un asunto personal. Luciana no pudo evitar preguntarse si de verdad la gente llevaba la devoción a estos extremos. —¿Y qué pretenden hacer? -preguntó Luciana con calma.
El modo tranquilo en que ella reaccionó solo pareció encender aún más a las dos chicas.
-¿De qué te ríes? ¡Eres una oportunista! Todo el mundo te desprecia… Alejandro y Mónica hacen la pareja perfecta.
-¿Crees que te saldrás con la tuya por mucho tiempo? ¡No tendrás un final feliz!
Eran tan solo dos jóvenes furiosas. Luciana no tenía ganas de perder el tiempo discutiendo, así que fue directa:
–
-¿Saben qué? Hagan lo que gusten para que Alejandro no se case conmigo. A mí también me irrita bastante, así que sería un alivio.
- Con fans descabelladas. Alzó la mano,
Si no fuera por él, jamás se habría indicando que no quería seguir hablando, y se dio media vuelta
-¡Detente! -gritaron ellas, aferrándo
***
para marcharse.
por el brazo.
Mientras tanto, en la escalera, Alejandró ya Mientras tanto, en la escalera, Alejandro ya había recogido el celular de Luciana y se dirigía de vuelta a la boutique. Justo en la vuelta del pasillo, se encontró con Mónica y su manager, Eileen, que venían en dirección
contraria.
-Señor Guzmán… -se sorprendió Eileen, esbozando una sonrisa a la vez incrédula y alegre.
Mónica, en cambio, lo miró con los ojos enrojecidos, sin llegar a pronunciar palabra.
La mirada de Alejandro se oscureció un poco.
¿Qué haces aquí? ¿Ya te has recuperado?
No hacía mucho tiempo de su pérdida, y él sabía lo delicado que podía ser para el cuerpo de una
2/3
Capitulo 341
mujer pasar por un aborto espontáneo.