Capítulo 346
Capítulo 346
+
Esas dos señoras debían de ser las madres de las fans que la atacaron el día anterior. Por lo visto, la policía las había detenido, y Mónica estaba convencida de que era Luciana quien los había incitado a hacerlo.
Luciana suspiró, con una media sonrisa irónica:
-Verán, yo no llamé a la policía. Están buscando a la persona equivocada.
Iba a dar media vuelta para marcharse, pero Mónica la sujetó por el brazo con mucha firmeza.
-No fuiste tú quien llamó, tal vez. Pero fuiste tú quien azuzó a Alejandro. Es obvio. Tus agresoras solo estaban jugando y cualquiera con ojos en la cara lo notaría. ¿Era necesario exagerar y mandarlas a prisión?
—
-¿Jugando? —Luciana soltó una risa incrédula Lo siento, pero si “lanzar un supuesto ácido” a la cara de alguien y amenazarla se considera un juego, pues no lo veo.
Mónica se quedó sin palabras por un segundo; la rabia le tiñó las mejillas. Entonces, volvió la mirada a las dos madres, quienes se arrodillaron de pronto ante Luciana y empezaron a suplicarle:
-¡Señora Guzmán, por favor! Nuestras hijas actuaron con inmadurez, pero le rogamos que las perdone.
-Se lo imploramos, póngase en nuestro lugar. Con esto, se arruina la vida de nuestras muchachas.
Y, para asombro de todos, se inclinaron y golpearon la frente contra el suelo, llorando
amargamente:
-¡Le pedimos de rodillas que las salve!
-¡¿Pero qué hacen?! -exclamó Luciana, anonadada, al igual que los médicos, enfermeras y pacientes que empezaban a rodearlas, sorprendidos.
Mónica no desperdició la ocasión para intensificar la presión:
-¿Ya ves? Te suplican tanto, ¿de verdad no vas a ceder? ¿No te parece muy cruel?
La escena se convirtió en un espectáculo penoso. Para los curiosos, solo se veía a dos madres humildes llorando ante una mujer bien vestida que supuestamente las quería mandar a lą cárcel. Nadie sabía lo que había sucedido realmente.
Luciana respiró hondo y supo que Mónica había venido, básicamente, a colocarla en una posición incómoda con este montaje.
-Párense, por favor. Hablaré con Alejandro sobre el tema.
Las dos mujeres intercambiaron miradas y dirigieron la vista a Mónica, buscando indicaciones.
+25 BONUS
Capítulo 346
Mónica asintió:
–Si la doctora Herrera dice que se encargará, seguro lo hará. Además, hay mucha gente aquí de testigo.
-Cierto dijeron, aliviadas, limpiándose las lágrimas mientras se incorporaban-. Señora Guzmán, de usted depende que regresen nuestras hijas a casa.
-Si ellas no vuelven, volveremos a buscarla, ¿entendió?
-Vámonos -ordenó Mónica, conduciéndolas hacia la salida.
El rostro de Mónica se iluminó con una sonrisa triunfal. Para ella, Luciana creía haber ” ganado” al convertirse en la señora Guzmán, pero no pensaba permitir que tuviera una vida tranquila, al menos mientras ella siguiera respirando.
La gente que se había acercado a mirar la escena aún no se retiraba, y Luciana se sentía como un payaso expuesto a toda clase de miradas y murmullos.
-¿No era Mónica la que estaba aquí hace un momento?
-Sí, la exnovia del prometido de la doctora Herrera.
-¿Entonces Herrera se metió en esa relación? ¿Será una roba–novios?
-¡Baja la voz! Te puede oír…
Con el ceño fruncido, Luciana se dio la vuelta y regresó al interior. Mientras caminaba por el pasillo, tomó su teléfono y marcó el número de Alejandro, quien contestó casi de inmediato, con un tono desganado:
-¿Sí? ¿Pasa algo?
Luciana respiró hondo
para
contenerse:
—¿Fuiste tú quien denunció a esas dos chicas a la policía? -Soltó la pregunta sin rodeos,
de él la entendería al instante. segura que
—Sí, fui yo -admitió Alejandro sin vacilar.
La respuesta se le clavó en el pecho como un pinchazo. Luciana parpadeó para ahuyentar el escozor de sus ojos.
¿Por qué lo hiciste?
Alejandro respondió con un deje de escepticismo:
¿No estabas molesta porque las perdoné en ese momento? Ahora que las puse tras las rejas, ¿ no deberías alegrarte?
Poco después, él mismo preguntó:
-¿Cómo te enteraste?