Capítulo 351
Al final, Luciana cedió, y confirmaron que Pedro sí iría a la boda. Cuando llegó la hora de probarle el traje, Alejandro se ofreció a acompañarla.
Ella no pudo contener su extrañeza:
—¿Tú… vendrás también?
-¿Por qué te sorprendes? -respondió él con una ligera sonrisa-. A fin de cuentas, aún no conozco oficialmente a mi cuñado. Sería bueno saludarlo antes de la boda, ¿no crees?
La lógica de Alejandro resultaba difícil de rebatir, así que Luciana aceptó. Llegaron justo a la hora en que Pedro salía de clases. Él se alegró mucho al ver a su hermana, aferrándose a su mano mientras charlaba sin parar. Alejandro lo observó con atención y pensó que, en efecto, parecía bastante espabilado. «Mi cuñado es todo un genio», se dijo.
-¿Hermana? -Pedro notó la presencia de Alejandro y lo miró con curiosidad.
Antes de que Luciana pudiera presentarlos, Alejandro se adelantó y extendió la mano:
-Hola. Soy Alejandro Guzmán, el esposo de tu hermana. O sea, tu cuñado. Nos casaremos muy
pronto.
-¿Cuñado…? -repitió Pedro, con los ojos muy abiertos. Volteó hacia Luciana, buscando confirmación.
Luciana sonrió con paciencia y le explicó con voz suave:
-Significa que vivirá conmigo, Pedro. Y también… —iba a añadir algo más, pero Alejandro se adelantó:
-También cuidaré de ti junto a tu hermana -añadió con firmeza.
-Ah… -Pedro lo miró con curiosidad, y de pronto lo reconoció. ¡Eres el «<hermano mago»>! -gritó con entusiasmo, sin disimular su emoción.
Luciana no entendía nada:
-¿Hermano mago? ¿De qué hablan? ¿Se conocían de antes? ¿Cuándo ocurrió eso?
Se trataba de la ocasión en que Alejandro buscó a Pedro en Arroyo de los Lirios. Pedro tenía muy buena memoria, y aquella experiencia le había quedado grabada. Con una sonrisa, Alejandro le dedicó a Luciana una mirada cómplice:
Lo siento, es un secreto que tengo con Pedro… No podemos contártelo..
-¡Secreto! -repitió Pedro, entre risas, mirando a su hermana con aire travieso.
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+25 BONOS
Luciana se quedó perpleja un instante y, de pronto, soltó una ligera risa.
-¿Así que ahora tienes secretos que no puedes compartir conmigo? Bueno, está bien. Significa que ya creciste–dijo, acariciándole el cabello con cariño.
En realidad, le alegraba ver que Pedro por fin confiaba en alguien más aparte de ella misma. Que tuviera un lazo con Alejandro, aunque fuera pequeño, era un paso positivo.
***
De regreso del Sanatorio Cerro Verde a Rinconada, Alejandro y Luciana llegaron con las maletas y los trajes. Apenas entraron, Alejandro le hizo señas al mayordomo:
-Felipe, necesitaremos arreglar una habitación más en la casa.
-¿Ah, sí? -preguntó Felipe, asintiendo. Luego, con curiosidad-. ¿Para quién la preparamos?
Alejandro miró de reojo a Luciana y respondió:
-Para mi cuñado. Es un chico de catorce o quince años, pero bastante alto, casi de mi estatura.
—¡Ah! —exclamó Felipe, dándose una palmada en la frente. Claro. Teníamos que previsto.
haberlo
No es que Felipe lo hubiese pasado por alto; era consciente de que Pedro requería atenciones especiales. Sin embargo, no sabía exactamente cómo tratar a ese «pequeño cuñado» ni qué planeaba Alejandro para integrarlo. Por eso, no quiso tomar decisiones por su cuenta. 1
-Descuide, me encargaré de todo -aseguró Felipe-. Quédese tranquilo.
-Muchas gracias -replicó Alejandro.
Le dio algunas instrucciones más a Felipe, luego se volvió hacia Luciana y le apretó la mano.
-Tengo que irme. Intentaré llegar temprano esta noche.
–Sí, está bien contestó ella, acompañándolo hasta la puerta.
Necesitaba descansar un poco; por la tarde tenía que volver al hospital. Había asuntos que coordinar en su trabajo, y también hablar con el médico tratante de Miguel para organizar su salida. El abuelo necesitaba continuar el tratamiento en casa y contar con un equipo médico de apoyo. Luciana pasó toda la tarde sin parar, tan ajetreada que apenas tuvo un minuto para sí misma.
Al regresar a casa, Felipe se le acercó con otra noticia:
– Luciana, ya envié a la cuidadora de Pedro directamente al centro de rehabilitación.
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-¿Qué dices? -se sorprendió Luciana-. Pero Pedro ya tenía a alguien cuidándolo en la clínica.