Capítulo 354
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Capítulo 354
Fue idea del abuelo. Dijo que, antes de la boda, no deberíamos dormir juntos. ¡Es una tradición de su generación!
Según aquellos preceptos, los novios incluso procuraban no verse en los días previos a la ceremonia. Miguel ya había sido bastante indulgente, exigiendo únicamente que pasaran las noches separados.
Alejandro torció los labios:
-¿Qué clase de costumbre es esa? ¡Estoy seguro de que el abuelo lo hace
para fastidiarme!
-Jajaja… —A Luciana le causó gracia su reacción-. Si no estás de acuerdo, díselo a él. Yo no
me atrevo.
–
-¿Tú no te atreves? -preguntó, fingiendo indignación, y se lanzó a hacerle cosquillas en los costados—. Él te quiere más que a mí. ¡Claro que te haría caso a ti antes que a mí! ¡A mí nadie me hace caso! ¡Ven acá, ya verás!
—¡Jajaja…! —Sintiendo las cosquillas, Luciana no podía parar de reír y se retorcía para zafarse
— ¡Basta, por favor, me rindo!
-¿Lo harás otra vez?
-¡No, no! ¡Prometo que no lo haré! —dijo, suplicando entre risas.
-Está bien, esta vez te perdono -musitó Alejandro con aire de triunfo, dándole un leve pellizco cariñoso en la mejilla antes de entrar finalmente al vestidor.
Salió vestido para salir a cenar, pero en ese momento sonó su teléfono. Al ver el nombre que aparecía en la pantalla, se quedó inmóvil. Luego de unos segundos de duda, deslizó para
contestar:
-¿Mónica…? —dijo con un tono indescifrable. 1
-Alex… -se escuchó la voz de Mónica, entre sollozos-. Pasado mañana es tu boda.
Alejandro no supo cómo responder, y guardó silencio.
–
-Alex… —repitió ella, con un llanto ahogado—. Me siento tan mal, estoy tan triste… Necesito verte. Alex, te extraño… te extraño muchísimo.
El ceño de Alejandro se frunció. Algo en la voz de Mónica sonaba alarmantemente mal.
-¿Qué sucede? ¿Dónde estás? ¿Qué haces?
-¿Yo? -ella balbuceó y soltó un hipo-. Vine… a verte, pero no me dejan pasar. -Volvió a
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Capítulo 354
sollozar-. ¿Por qué no me dejan entrar? ¿Qué derecho tienen?
El semblante de Alejandro se tornó tenso.
-¿Mónica? ¿Quieres decir que viniste a…?
-Sí… ¿acaso esta no es Isla Minia?
Se quedó pasmado. Efectivamente, Mónica estaba afuera del Hotel Minia, que la familia Guzmán había reservado por completo y donde no aceptaban a más huéspedes durante esos días previos a la boda. Y para colmo llovía torrencialmente esa noche. Pensar que Mónica, aún convaleciente tras perder a su bebé, estaba bajo la lluvia lo perturbó.
-Mónica, no te muevas de ahí. ¡Voy enseguida!
***
Alejandro salió del vestidor y encontró a Luciana lista, esperándolo.
-¿Nos vamos? -preguntó ella.
-Luciana -él la tomó de la mano, mirándola con urgencia—. Surgió un imprevisto y tengo que salir.
-¿Un imprevisto de trabajo? —indagó Luciana, sorprendida por la premura.
-Sí–mintió Alejandro, incapaz de confesarle la verdad-. Lo resolveré rápido y volveré en cuanto pueda. Mejor acuéstate temprano.
—De acuerdo… —musitó ella, un tanto perpleja al verlo tomar el saco y salir con tanta prisa.
Cuando Luciana aún estaba asimilando la situación, su propio teléfono comenzó a sonar. Al ver quién llamaba, arrugó el ceño.
-¿Sí, Ricardo? –contestó con un tono de impaciencia—. No creo que tengamos nada que hablar. No me llames más.
-Luciana -se oyó la voz de Ricardo, indecisa-. Sé que te casas pasado mañana.
-¿Y? ¿Me estás llamando para felicitarme? -replicó con desdén.
Él suspiró con amargura.
-Luciana, ¿qué harías si te pidiera que no te cases con Alejandro?
-¿Qué? -exclamó ella, atónita, soltando una carcajada fría—. ¿Quieres que no me case para que tu hija adorada sea quien lo haga?
-¡No, no es eso! -protestó Ricardo con un dejo de aflicción. No me refería a eso.
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Capítulo 354
Hubo una pausa de un par de segundos. Luego, Ricardo continuó en voz baja:
Sé
que no vas a cambiar de idea, pero quería advertirte. Mónica se fue a Isla Minia.