Capítulo 379
+25 BONOS
Cuando él lo admitió sin rodeos, Luciana se quedó boquiabierta. Alejandro no era de esos hombres que van proclamando sus sentimientos por ahí, así que, para que reconociera algo así de manera tan directa, esa chica debía de ser muy especial.
Impulsada por la curiosidad, le lanzó otra pregunta:
-¿Quién es? ¿La conozco? ¿Crees que haya podido verla alguna vez?
Lo cierto era que, en todo este tiempo desde que se casaron, Luciana no le había visto compartir demasiado con más mujeres aparte de Mónica.
—Luci… —murmuró Alejandro, abrazándola con una mezcla de ternura y resignación—. No preguntes más.
-¿Cómo que
“no pregunte“? -ella frunció el ceño y le pinchó el pecho con un dedo-. No seas así, cuéntame.
-Tranquila–pidió él con una sonrisa apenada, sujetándole la mano inquieta—. Esa persona es distinta. Luciana, no te conviene saberlo… Te vas a enojar.
-¿Ah, sí? -ironizó ella-. Entonces, ¿es tu gran amor?
-Podría decirse que sí -asintió de nuevo, sin rastro de vacilación.
El pecho de Luciana se oprimió de pronto. No podría decir que estaba realmente molesta, pero sin duda sentía un pellizco extraño en el corazón. Sabía que Alejandro le tenía cierto afecto; no obstante, no parecía llegar al nivel de “amor” que en su momento pareció tener por Mónica. Y ahora… resultaba que había otra chica por encima de ambas.
Luciana parpadeó, con sus largas pestañas agitando un leve temblor:
-Si es tan importante para ti, ¿por qué no están juntos? ¿Acaso el abuelo tampoco la aprobaba, como pasó con Mónica?
-No es eso–explicó Alejandro, torciendo los labios con un matiz de tristeza en la mirada—. Perdimos contacto. Jamás volvimos a saber el uno del otro.
-¿Terminaron? -indagó Luciana.
-Ni siquiera llegó a ser una ruptura formal -suspiró él-. Éramos demasiado jóvenes. Cuando nos separamos, prometimos que volveríamos a vernos. Pero han pasado los años y ella no apareció jamás.
-¿En serio? -repitió Luciana, confundida-. O sea, ¿éramos unos niños? ¿Tú cuántos años tenías?
1/3
Capítulo 379
+25 BONOS
-Unos… trece, quizás. Ella era todavía más chica.
-¡Te pasaste, Alejandro! ¿Me vas a decir que eso no es “amor de infancia“? -bromeó ella, divertidamente indignada.
Él le dio un suave pellizco en la mejilla:
-¿Qué tiene de malo? ¿Acaso los sentimientos están sujetos a la edad?
De pronto, el semblante de Luciana cambió por completo. Se separó de él con brusquedad, mostrándose enojada:
—¿Así que de verdad eres todo un donjuán? Vas por ahí coleccionando “amores“…
Alejandro se masajeó las sienes con resignación:
-Te dije que no preguntaras, porque sabía que
e reaccionarías así.
Mientras lo acusaba de “coleccionar amores“, él volvió a estrecharla entre sus brazos,
hablándole con un matiz conciliador:
-Vamos, no te pongas así. Todo eso quedó en el pasado; es un simple recuerdo. De ahora en adelante, lo único que quiero es cuidar de ti, del abuelo, y de nuestra familia. Vivir bien, sin
más escándalos.
—¡Uf! —bufó Luciana, cruzándose de brazos. Así que, como te “enamoras” de cualquiera que veas, ¿me vas a decir cuál es mi tiempo de validez como tu esposa? ¿Cuánto me queda de garantía? 1
Alejandro rió entre dientes y apoyó la mejilla en el hueco de su cuello:
-Mi amor, ¿puedes percibir el olor?
-¿Cuál olor? -repitió ella, desconcertada, aspirando un poco de aire-. No huelo nada.
-Claro que sí -soltó él, disimulando su diversión-. Se siente un aroma fuerte, como de… vinagre añejo. Es puro “celo” añejado, un vinagre bien fuerte.
Luciana se quedó sin palabras. Luego, con el rostro enrojeciendo, le propinó un puñetazo suave en el pecho:
-¿Me estás acusando de celosa? ¡El celoso eres tú!
-Luciana… -repitió él en voz baja, aprovechando la oportunidad para estrecharla más contra sí. El calor de su abrazo la envolvió con fuerza-. Por favor, sigue a mi lado. No te vayas nunca.
Un suave viento nocturno pareció detener por un segundo la respiración de Luciana. Desvió el rostro y comentó, cambiando de tema:
2/3
Capítulo 379
-Tengo hambre.
-Entonces te llevo abajo -respondió él con complicidad.
***
+25 BONO
Al día siguiente, Luciana durmió hasta tarde. Su consulta empezaba en la tarde, así se levantó, Alejandro ya se había marchado. 3