Mi multimillonario 383

Posted by Adminh, ? Views, Released on February 7, 2025

Capítulo 383

-¡Mónica, por favor, entiende! -insistió Eileen-. Esto es lo que el director Mendoza está sugiriendo. Ahora mismo tú sigues en su proyecto, y en el futuro dependerás de su apoyo… Hablaba sin importar que Alejandro estuviera escuchándolo todo al otro lado de la línea..

-Señor Guzmán, usted mismo acompañó a Mónica a la película de Mendoza en su momento. Ya sabe cómo es este medio: la gente busca quién está en la cima y se aleja de quien pierde respaldo.

Eileen hizo una pausa leve y prosiguió, con un tono ansioso:

-Ahora se rumorea que usted se ha casado, así que muchos creen que Mónica ya no cuenta con su protección. Hoy es el estreno de la película de Mendoza y él quiere contar con su presencia, para “ver” si de veras ya no la apoya. Si no va…

¡Basta! —exclamó Mónica, queriendo arrebatarle el teléfono a Eileen-. ¿Por qué insistes en molestar a Alex? ¡Te pedí que no lo hicieras!

Eileen ignoró sus protestas y siguió hablando:

-Señor Guzmán, Mónica no quiere incomodarlo. Pero… ¿ni siquiera puede pedirle este pequeño favor? ¿No va a ayudarla a salvar las apariencias?

Pero la llamada se interrumpió de golpe. Sin duda Mónica había forcejeado por quitarle el celular a su representante y había cortado la comunicación.

Alejandro dejó el teléfono en la mesa, con semblante serio. Se tomó varios segundos para procesar la situación antes de marcarle a Luciana. Originalmente, pensaba ir a recogerla para llevarla a casa, pero al final tendría que dejarla plantada.

-¿Sí?-contestó Luciana-. ¿Llegaste temprano?

Él dudó un segundo, sintiéndose algo culpable:

-Luciana, surgió un imprevisto. Hoy no podré recogerte. 3

-¿Ah…? -pudo notarse un leve bajón en su voz-. Bueno, no pasa nada. Ve primero con lo tuyo. Yo volveré por mi cuenta.

Sabiendo que Simón estaba allí para llevarla, Alejandro se calmó un poco, pero igual se sintió

mal:

-Trataré de no tardar demasiado…

-Está bien. Te veo luego.

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Capítulo 383

Terminada la llamada, Luciana soltó un suspiro y se dio cuenta de que necesitaría pedir ayuda a Martina para regresar. Marcó el número y, con la rapidez habitual, su amiga contestó:

-¡Ya voy! -dijo Martina, sin vacilar.

Al llegar, Martina advirtió el desánimo en el rostro de Luciana y no perdió la oportunidad de bromear:

-¿Tan triste porque tu marido no puede venir? ¿Ya lo echas de menos?

Luciana parpadeó y, lejos de negarlo, lo admitió en parte:

-Supongo que sí. Ya me había hecho ilusión…

Martina quiso animarla:

-No te angusties. Él es un gran empresario; es normal que esté cargado de trabajo.

-Lo sé. -Luciana se recompuso-. En fin, mejor nos apresuramos. La doctora Benítez me va a regañar si llego tarde.

-¡Cierto! Vámonos ya.

Simón las llevó en auto hasta la clínica de maternidad privada. Mientras Luciana hacía sus chequeos, él se quedó a distancia prudencial, dando espacio a las chicas.

Al cabo de un rato, la doctora Benítez revisó los resultados y chasqueó la lengua sin mucho agrado:

-Está un poco mejor que la última vez, pero… desvió la mirada hacia Martina-. ¿Por qué de nuevo viene la jovencita a acompañarte? ¿Dónde está tu esposo?

Luciana se sintió apenada:

-Él está ocupado…

-¿Ocupado? -repitió la doctora, poniendo mala cara-. ¿Tan poco tiempo tiene para acompañarte a un control prenatal? ¿No se supone que debe ser parte activa del cuidado?

Luego giró la conversación:

-¿Y lo que hablamos la vez anterior, sobre el suplemento nutritivo por vía intravenosa? ¿Han reflexionado al respecto?

Luciana se quedó en completo silencio. Benítez, al notarlo, le espetó con descontento:

-¿Por qué no dices nada? ¿O acaso tu esposo ni siquiera está al tanto? -preguntó con el ceño fruncido. ¿Es que ustedes no valoran la importancia de este embarazo? ¿O qué, teniendo un