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Capitulo 384
Capítulo 384
B
-Ah, ya veo dijo la doctora, asintiendo con un poco de alivio-. Entonces te prescribiré tres aplicaciones y vemos cómo evoluciona.
-Gracias.
Mientras escribía la orden, Benítez no se privó de seguir rezongando:
-La próxima vez, dile al señor Guzmán que venga. No vaya a pensar que un bebé no percibe nada; cuando los padres se llevan bien, el pequeño crece mejor.
—Sí… Le haré caso -accedió Luciana con una sonrisa.
En su fuero interno, pensaba contárselo a Alejandro esa misma noche, y esperaba que pudiera acompañarla en futuras revisiones.
Terminado el control, todavía no era tarde, así que Luciana se volvió hacia Martina con una
propuesta:
¿Te animas a comer fuera? Tengo antojo de un buen sancocho.
—¡Sí, perfecto! —aceptó Martina con entusiasmo—. De paso podríamos ver una peli.
-Hecho.
Salieron rumbo a la zona céntrica, y en cuanto se sentaron en el restaurante, Martina empezó a escanear el lugar con curiosidad. Luciana se rió:
-¿Qué tanto miras?
-A tu guardaespaldas -respondió Martina, haciendo una mueca—. ¿Dónde se metió? ¿Ya no está?
-Sigue aquí, pero pasa desapercibido. Simón se dedica a esto: no lo ves a menos que lo necesites explicó Luciana—. Déjalo hacer su trabajo, si no se pone incómodo.
—
-Vaya, es como un ninja o algo así -bromeó ella.
Mientras reían y charlaban, Luciana compró en su celular los boletos para el cine. Martina se inclinó para preguntar:
-¿Para cuál película?
-La nueva de Javier. Se estrenó hoy.
Javier era un director de renombre, reconocido por producciones de gran calidad, así que la cinta prometía.
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-Seguro estará buena -admitió Martina.
El cine estaba en el piso 13 del mismo edificio. Terminaron el sancocho y subieron de la mano, conversando animadas. Pero al llegar notaron un revuelo inusual en la entrada.
-¿Qué pasa? Hay un montón de gente y parece todo un evento -comentó Martina.
Buscando aclarar la situación, se acercó a una chica del lugar para preguntarle.
-¿No sabían? Hoy se estrena «El Sospechoso X». El director Mendoza y todo el elenco están aquí. -explicó la chica a la que Martina le preguntó.
—¿En serio? —Martina revisó el celular con entusiasmo, luego miró a Luciana y la agarró del brazo. ¡Luciana, acabas de oírlo? ¡Es la premiere!
Significaba que ellas habían comprado, sin saberlo, boletos para la función con alfombra roja.
-¡Qué suerte la tuya, Luciana! -agregó Martina con una risita-. Compraste los tickets al azar y resultaron ser para la premiere. Con razón te casaste con el hombre más poderoso de Muonio; te acompañan la suerte y la fortuna.
Luciana no pudo evitar reírse ante semejante comentario. Tomó de la mano a su amiga y avanzaron a la zona de entrada para validar sus boletos. El auditorio, mucho más grande de lo normal, parecía diseñado para grandes eventos y ofrecía una amplitud notable.
Encontraron sus asientos, mientras sobre el escenario colgaba una enorme lona promocional de la película, flanqueada por arreglos florales a ambos lados.
-¿Saldrán los actores en un rato? -preguntó Luciana, sin mucho conocimiento de estos protocolos.
-Supongo que sí -replicó Martina, mirando con curiosidad la fila de asientos-. Me pregunto si con esta entrada podré pedir algún autógrafo después. ¡Oh!
Se detuvo al ver una bolsa sobre su asiento. Al abrirla, descubrió una sudadera de la película, parte del merchandising oficial:
-¡Mira esto! ¡Trae merchandising!
La gente empezó a acomodarse y, tras unos minutos, el recinto quedó casi lleno. De pronto, el bullicio se calmó y las luces se atenuaron. Martina le apretó la mano a Luciana:
-Ahora sí, seguro veremos al gran director… y a las estrellas.
Por una de las puertas laterales ingresó el equipo de seguridad, abriendo paso. Javier, el reputado director, encabezaba la comitiva. Sin embargo, no entró de inmediato al auditorio, sino que se hizo a un lado, en actitud de respeto hacia alguien que venía tras él.
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Evidentemente, se trataba de una figura muy influyente.
—¿Quién será? ¿Algún inversionista importante? -susurró Martina con curiosidad.
La respuesta no tardó en dejarse ver: se trataba, nada menos, que de Alejandro, el hombre más poderoso de Muonio.