+25 BONOS
Capítulo 386
Capítulo 386
-¡Alex! -interrumpió la voz de Mónica, quien llegó corriendo y se colocó junto a él. A simple vista, parecían la pareja perfecta.
-Señora Guzmán… -Mónica, algo agitada por la carrera, sonrió con falsa cortesía-. ¿Usted viene a ver la película? ¡Si lo hubiera sabido, le habría guardado un par de boletos…!
No alcanzó a terminar la frase. Luciana, como si ni siquiera la escuchara, miró a Martina:
-Marti, vámonos.
—Sí… —titubeó Martina, siguiendo a Luciana hacia la salida.
La ignorancia absoluta que Luciana mostraba hacia Mónica le resultó bastante incómoda a esta última, obligándola a forzar una sonrisa y voltear hacia Alejandro:
-Alex, tu esposa se ve muy molesta, ¿habré dicho algo mal?
-No es eso… -murmuró él, frunciendo el ceño. De inmediato, Alejandro se adelantó para tomar la muñeca de Luciana.
Ella lo miró con la misma indiferencia que antes:
-Suéltame.
Él se negó a hacerlo, con un gesto serio:
-Ya terminé lo que venía a hacer; vámonos juntos.
-¿Ah, sí? —repitió ella, con una media sonrisa llena de ironía-. Mírala bien, ¿no ves cómo te está buscando con la mirada? No quiero arruinar la noche que tenían planeada. Tranquilos: finjan que no aparecí y sigan con sus planes.
El tono era un claro reproche.
-Luciana… comenzó a decir Alejandro.
-Señora Guzmán -interrumpió Mónica, evidentemente molesta-. ¿Por qué habla así? Sé que no le caigo bien, pero al menos podría mostrarle respeto a su esposo.
-Mónica… -intentó detenerla Alejandro.
-No, déjala hablar -soltó Luciana, con una sonrisa gélida-. La escucho.
-¡Hum! -bufó Mónica—. Vine porque aparezco en esta película. Alex me está echando una mano, ¿qué tiene de malo? ¿No puedo pedirle a un amigo que me acompañe en una noche tan importante?
1/2
Capítulo 386
+25 BONOS
Su tono, lleno de seguridad, daba a entender que se sentía con el derecho de tener a Alejandro de su lado. Luciana, impasible, contestó con un dejo de sarcasmo:
-No, no está bien. Puede frecuentar todos los “amigos” que quiera, excepto a ti. ¿No te suena lógico? ¿O finges ignorarlo?
Mónica se quedó sin palabras, sin comprender al instante:
-¿Me lo prohíbes? ¿Por qué?
-Porque tú y yo sabemos que no es solo “amistad“. Bájale a tus técnicas de “mosquita muerta“. ¡Conmigo, esas trampas no funcionan, así que deja de escudarte en la palabra amigo” para coquetear a escondidas! 2
El rostro de Mónica se puso totalmente pálido. Balbuceando, negó con la cabeza:
-No entiendo de qué me hablas…
El comentario solo avivó la sonrisa sarcástica de Luciana.
((
-¿Que te señale como “mosquita muerta” te irrita? ¿Vas a ponerte a actuar ahora también? Me pregunto si ante la cámara finges tan bien como en la vida real.
—¡Luciana! —exclamó Alejandro, intentando frenar la situación-. ¡Ya basta!
-Alex–dijo Mónica, aferrándose a su brazo con una expresión de victimismo-. Yo no lo obligué a venir, de verdad que no quería importunarlo.
–
-Lo sé asintió él con un leve suspiro. Entonces, sujetó la mano de Luciana y, con voz firme, ordenó:
Luciana, discúlpate con Mónica.
—¿Qué dijiste? –Se quedó atónita.
-Me oíste bien -insistió Alejandro, mirándola con severidad-. Quiero que te disculpes. Eres una profesional, una futura doctora, y le has lanzado acusaciones a Mónica sin pruebas. Fue un error de tu parte. Discúlpate. 1
Hubo un par de segundos de tenso silencio. De pronto, Luciana dejó escapar una risa, una mezcla de ironía y desengaño: 2
-¿Y si no quiero?
2/2