Capítulo 400
+25 BONOS
Capítulo 400
-¿Sabes? Te admiro: no te rindes, ¿verdad?
Ricardo, confundido, se quedó callado, mientras Luciana lo taladraba con la mirada.
-¿Crees que si vienes con tu “táctica de la ternura” y me regalas la casa, además de dinero, voy a ablandarme y voluntariamente ofrecerte mi hígado? 1.
-No es así… yo no pretendía…
-¡Cállate! -soltó ella, poniéndose de pie. No quiso alzar demasiado la voz porque había gente alrededor, pero sus ojos se encendieron de rabia mientras luchaba por mantener la compostura –. No me trago ni una sola de tus palabras. Si piensas que voy a donarte mi hígado, olvídalo. ¡ Eso jamás sucederá!
Llevó instintivamente una mano a su vientre. Debido a que aún no estaba muy grande y vestía una falda suelta, no se notaba demasiado… hasta que acomodó la tela y dejó ver, claramente, su ligera pero innegable pancita.
-¿Q–qué…? —murmuró Ricardo, boquiabierto. Luciana, tú…
—Sí, ya lo viste -replicó ella con una sonrisa helada-. Estoy embarazada. Olvídate de que haga esa cirugía. Ni aunque quisiera, ningún médico aceptaría operar a una mujer encinta para hacer un trasplante de ese tipo.
A continuación, su voz cambió de matiz, y apuntó a Ricardo con determinación:
-Y en cuanto a Pedro, ni se te ocurra ponerle un dedo encima. Si te atreves a involucrarlo, te juro que lo lamentarás.
Pedro era su hermano, pero desde niña Luciana lo había cuidado casi como si fuera su propio hijo.
-N–no… yo no… -balbuceó Ricardo, pálido, sacudiendo la cabeza sin encontrar las palabras.
Tal vez estaba más impactado de lo que él mismo admitía, ya fuera por la forma en que ella le habló o por la noticia de su embarazo. De pronto, tragó saliva varias veces mientras miraba fijamente el vientre de Luciana.
-Ese… ese bebé… ¿es de… Alex?
Luciana le lanzó una mirada de fastidio.
—¿A ti qué te importa?
La reacción de ella hizo que Ricardo se quedara pensativo.
1/3
Capítulo 400
+25 BONOS
-¿Cuánto tiempo de embarazo tienes? ¿De cuántos meses estamos hablando? ¿Cómo…?
-¿Ya terminaste? -lo interrumpió, mostrando clara molestia-. ¿Con qué derecho haces tantas preguntas?
-De acuerdo, perdóname. No te enojes, no preguntaré más -cedió Ricardo, notando que solo empeoraba las cosas. 1
Pero tras aquella discusión, a Luciana se le quitaron por completo las ganas de comer. Tomó su bolso y se marchó sin decir una palabra más. Ricardo se quedó mirándola hasta que su figura desapareció entre la gente.
«<Luciana está embarazada…»
Conocía la historia de aquella noche en el Hotel Real. Mónica había mentido sobre su embarazo, pero Luciana sí estaba esperando un hijo. Y Luciana, por lo visto, seguía sin saber que ese bebé era de Alejandro. Ni Alejandro mismo lo sospechaba. «¿Cómo reaccionaría él?»
Además, Ricardo sabía que Alejandro aún se sentía en deuda con Mónica y hasta lo estaba ayudando a gestionar un trasplante de hígado. ¿Qué pasaría si toda la verdad salía a la luz? Por otro lado, Mónica seguía siendo hija de Ricardo… y Luciana también lo era. Él se frotó la sien, abrumado. <<¿En qué momento se enredó tanto todo esto?>> 3
***
Luciana salió de la cafetería con los ojos ligeramente enrojecidos. Simón, que había estado pendiente de ella, notó la tensión en su rostro y la alcanzó enseguida.
-Luciana… -la llamó con suavidad.
-¡Déjame en paz! ¿Qué no entiendes? -respondió ella, pensando que Ricardo la seguía. Con un ademán brusco de la mano, lo apartó-. ¿No te cansas de molestar?
Simón se detuvo en seco, sorprendido.
-So… soy yo. -Solo hasta entonces Luciana se percató de que no era Ricardo, sino el escolta.
Reprimiendo un suspiro, se pasó la mano por el cabello, intentando calmarse.
-Discúlpame. No sabía que eras tú.
-No pasa nada -dijo él, haciendo un leve ademán-. ¿Te encuentras bien?
—Sí… estoy bien -musitó Luciana, forzando una sonrisa que no lograba disimular su enojo y frustración-. Solo necesito un momento a solas.
-Entendido -asintió Simón, retrocediendo unos pasos-. Me alejaré un poco.
2/3
Capítulo 400
+25 BONOS
Aun así, no se fue muy lejos. Desde una distancia prudente, vio cómo Luciana se llevaba las manos al rostro, temblando ligeramente, como si estuviera llorando. ¿Acaso ese encuentro con Ricardo la había alterado tanto?
Alarmado, Simón decidió llamar a Alejandro de inmediato. 1
3/3