Capítulo 431
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—Señor Guzmán, no necesita alarmarse tanto -comentó Alondra, revisando el informe de los exámenes―. Hasta donde podemos ver, la mamá y el bebé están bien por ahora. Además, la nutrición intravenosa está surtiendo efecto; el bebé ha crecido y ya se ajusta a las semanas de gestación.
Alejandro alzó las cejas, extrañado. «¿Entonces qué problema hay?»
-Pero… -Alondra señaló con el dedo los resultados-. Tengo entendido que, al inicio del embarazo, su esposa sufrió varios episodios de desmayos, ¿verdad?
-Sí–respondió él, con el corazón dándole un vuelco.
-El caso es que, aunque de momento no hay complicaciones de gravedad, en la etapa final del embarazo no podemos asegurarlo todo. Como doctora, debo exponer todos los escenarios. Si se lo dijera directamente a ella, quizá le afecte el ánimo y podría perjudicarla a ella y al bebé. Por eso preferí informárselo primero a usted.
-Lo comprendo
asintió Alejandro-. ¿Qué podría llegar a pasar más adelante? ¿Cuál sería la consecuencia más severa?
-Gracias por entender -añadió Alondra-. En el peor de los casos, podrían verse en la situación de elegir entre la salud de la madre o la del bebé.
-¿Cómo dice…? —Alejandro se estremeció, con la respiración contenida. «¿Tan grave?»
-Insisto, estamos hablando del peor de los escenarios y, por estadística, no es muy probable. Haremos lo necesario para supervisar con regularidad y que no lleguemos a ese punto -se apresuró a aclarar la doctora, deseando calmarlo-. También espero que en casa puedan cooperar para cuidarla debidamente y garantizar un embarazo tranquilo.
Pasó un rato hasta que Alejandro logró encontrar la voz:
-De acuerdo… colaboraré en todo lo que haga falta.
-Lo superaremos juntos, protegiendo tanto a su esposa como al bebé -concluyó Alondra, sonriéndole para infundir confianza.
***
Tras la revisión prenatal, Luciana salió con una sonrisa de oreja a oreja. Alejandro la estrechó entre sus brazos:
-¿Te veo muy contenta?
-Sí -respondió ella con el semblante radiante-. El bebé ya está creciendo al ritmo esperado.
Capítulo 431
Eso me tranquiliza mucho.
+25 BONO:
-A mí también me alegra -agregó Alejandro, posando la mano sobre su vientre, notando el incremento de tamaño-. “La criatura” está haciéndose grande… y se está portando muy bien…
De pronto, se quedaron inmóviles. Algo ocurrió. Se miraron a los ojos con sorpresa y se quedaron mudos un segundo.
-¿Eso fue…? -murmuró Alejandro, con la garganta seca, agrandando los ojos.
-¿Se movió? -dijo Luciana, tan desconcertada como él, negando con la cabeza—. No… no estoy segura.
Casi como si el bebé respondiera, Luciana sintió un leve salto bajo la mano de Alejandro.
—¡Se movió otra vez!
-¡Sí, se está moviendo! -repitieron los dos al unísono, con la emoción a flor de piel.
Se quedaron contemplando el vientre de Luciana, conteniendo la respiración, esperando otro signo. Pero no llegó nada más.
-Dejó de moverse -dijo Alejandro con un suspiro de leve decepción.
Luciana sonrió:
-No es tan malo. Si se moviese sin parar, también sería un problema -explicó con un gesto profesional-. A veces significa falta de oxígeno o que algo no está bien.
-Ya veo… -asintió él-. Entonces es un bebé obediente, así está bien.
Hablando, pasaba la palma con suavidad por la barriga:
-Duerme tranquilo, mi pequeñito…
Durante un instante, Luciana se quedó ensimismada. «En verdad parece que él es el padre biológico de esta criatura…» pensó, con el corazón retumbando.
Al notarla, él alzó la mirada con una sonrisa:
-¿Por qué me miras así?
-Nada… -ella desvió la vista, un poco avergonzada.
-No hace falta que lo digas -murmuró Alejandro, rodeándola con un brazo y acercándose a
su oído. Estás pensando que seré un gran papá, ¿verdad? s
El corazón de Luciana dio un brinco; ¡había dado en el clavo!
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Capitulo 431
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-Tienes razón —añadió él, inclinándose para besarle la frente-. Te lo voy a demostrar. Seré un excelente padre. 9
<<Y tú y el bebé estarán bien», pensó para sus adentros. 6
