Capítulo 447
Alejandro sostuvo el teléfono con fuerza, lanzando una mirada de reojo al balcón, donde Luciana y Pedro conversaban amenamente. Dudó un instante:
-Mónica, lo siento, no podré ir. 3
-¿Cómo? -El desconcierto de Mónica era evidente. Ella no imaginó que él podría negarse. Por lo general, con ella, Alejandro solía ser muy accesible, y más considerando todo lo que compartieron de jóvenes.
-Discúlpame–insistió él-. Pedro acaba de salir del hospital y todavía no se encuentra bien; Luciana también está bastante sensible, y no quiero dejarlos solos. 4
-Ah… -murmuró ella con un dejo de sarcasmo apenas disimulado. «¿Tanto tiempo necesita para “acompañarla“?» Luciana y Alejandro ya eran marido y mujer, vivían juntos, estaban todo el tiempo juntos. ¿Ni siquiera podía destinar un rato para ella?
Apretó el puño, disimulando con una sonrisa:
-Entiendo… es lógico, no te preocupes.
-Ese día mandaré a Sergio para representarme -añadió Alejandro-. No te angusties, con ese respaldo, nadie en el medio se atreverá a menospreciarte.
-Bien–accedió Mónica, y en cuanto colgó, lanzó el teléfono con frustración sobre la cama.
¿“Está sensible“? -repitió en voz baja con un bufido—. ¡Como si la única con problemas fuera ella! Ella siempre se apoya en Alejandro… ¿Y yo, qué…?
La impotencia retumbó en su pecho, sintiéndose más desplazada que nunca.
***
Los días transcurrían en calma.
Una tarde, casi a la hora de salir del hospital, Luciana recibió un llamado para ir a la oficina de Delio.
-¿Profesor Delio? —preguntó, asomándose.
-Pasa, Luciana, pasa. -El doctor Delio se veía de excelente humor, e incluso con un brillo de excitación en la mirada—. ¡Toma asiento! Tú, embarazada y todo, si te pasa algo por mi culpa, luego ¿cómo se lo explico a señor Guzmán?
-¿Qué ocurre? -murmuró ella con gracia-. ¿Tan grave es, que me vaya a desmayar? ¿Cree que no he visto ya de todo?
1/2
Capítulo 447
+25 BONOS
-Pues precisamente, no lo has visto todo… -Delio alzó las cejas, juguetón-. O mejor dicho, a tu edad, pocas personas han vivido algo así.
Sus palabras despertaron aún más la curiosidad de Luciana:
-Doctor, deje de intrigarme. ¿Pasó algo?
-¡Te han dado un premio!
-¿Eh? -Ella se quedó con la mente en blanco-. ¿Qué premio?
Delio soltó una risa cargada de complicidad:
-Mira nada más, ni te acuerdas. ¡Es por tu tesis de graduación! Ganaste el primer lugar en un certamen nacional.
-¿Qué…? —Luciana sintió que todo daba vueltas. No atinaba a reaccionar.
-¿Sorprendida? -El maestro chasqueó la lengua con satisfacción-. Normalmente esto te lo informaría tu profesor asesor, pero como ya estás graduada y trabajando, me enteré en la reunión del comité académico. ¿No estás contenta? 4
—Sí… -balbuceó Luciana, tapándose la boca con la mano para no gritar. Temía soltar un grito eufórico que resonara por todo el pasillo. ¡No lo puedo creer!
—Ja, ja. —Delio se rio con ternura-. Y eso no es todo: tu artículo y otro más fueron elegidos para publicarse en una prestigiosa revista de medicina.
La emoción la sobrepasó. Luciana sintió que se quedaba sin aire, con los ojos enrojecidos por las lágrimas. <<¿De verdad todo ese esfuerzo había valido la pena?»>
-Niña tontita añadió Delio con un dejo de cariño-. Esto es fruto de tu talento, de tu constancia. Los sacrificios rinden frutos, ¿ves?
-Gracias… -susurró ella, con la voz ahogada por la emoción.
Delio, conmovido también, guardó un breve silencio antes de proseguir:
-Tenía pensado esperar un poco más para decírtelo, pero ya que te veo tan feliz, suéltalo todo de una vez. Quiero proponerte para un posgrado con pase directo. 1
-¿Posgrado… directo? -repitió Luciana, con un nudo de nervios y emoción. ¿De veras es posible, doctor?
-¿Por qué no?-soltó él con una sonrisa-. Mira, aunque seas muy joven y embarazada, tu nivel es excepcional. No te lo prometo, claro: yo te propongo, y ya se verá. Pero si no resulta, no podrás reclamarme, ¿eh? 10
2/2
