Capítulo 454
Mónica se llevó la mano a la frente, abatida. «Otra vez discutiendo…» Sin embargo, al fijarse en los paquetes que Clara había traído del almacén, se dio cuenta de que eran… artículos para bebé.
Miró a su padre, incrédula:
-¿Papá…? ¿Me estás diciendo que en verdad hay otra…? ¿Y que además, ya hay un bebé de por medio?
Ni modo de culpar a su madre por sospechar; era extremadamente extraño que un hombre en la condición de Ricardo comprara de forma secreta artículos de bebé.
—¡Mónica, hija mía! —–sollozó Clara—. ¿Ves la desgracia de tu madre?
-No seas dramática -contestó Ricardo con el ceño fruncido-. ¡No hay nada de eso!
-¿Entonces para qué compraste todo esto? -preguntó Mónica, intentando mantener la calma. <<La actitud de papá es muy extraña…>>
-Los compré para regalar -replicó él, algo evasivo.
-¡Mentira! -Clara lo señaló con el dedo-. Las relaciones sociales y los obsequios siempre los manejo yo. Ninguna conocida está embarazada, ni en el círculo familiar ni en el de amistades. ¿Me tomas por tonta?
Ricardo replicó con hostilidad:
-Créelo o no, no pienso darte más explicaciones.
—¡Mónica, hija, mira cómo me trata! —chilló Clara de nuevo.
Mónica se frotó las sienes, intentando aclarar la situación.
-Papá, creo que va siendo hora de que lo cuentes todo. Si no aclaras esto, mamá no va a parar de hacerte la vida imposible y tú no vas a tener paz. 1
-¿Estás de su lado o del mío, Mónica? -rezongó Clara.
Sin responderle a su madre, Mónica se enfocó en Ricardo. Lo vio dudar, mordiéndose los labios
con incomodidad. De pronto, a Mónica se le encendió una lucecita en la cabeza:
-Papá… ¿esto tiene que ver con Luciana? -se atrevió a soltar. 1
-¿…? Ricardo se quedó de piedra. No esperaba que Mónica llegara a esa conclusión con tanta facilidad, y su silencio confirmó las sospechas de ella.
-Entonces… Mónica sintió un escalofrío recorrerle la espalda, sin poder reprimir una
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punzada de amargura. ¿Luciana está embarazada?
Acorralado, Ricardo acabó asintiendo con la cabeza:
-Si… así es.
Como abuelo del bebé, consideraba natural comprar cosas para su nieto por nacer.
25 BONOS
Mónica sintió que las piernas se le aflojaban, retrocediendo dos pasos como si le hubieran dado un golpe en el pecho. «¡Luciana… embarazada…!» Ni siquiera pudo articular palabra.
-¿Qué? Clara, que había dejado de llorar, se irguió con los ojos muy abiertos. ¿Esa mocosa embarazada? ¿De quién, pues?
—¿Qué clase de pregunta es esa? —replicó Ricardo, irritado—. Evidentemente, es de Alejandro. ¿De quién más?
-Bah. -Clara resopló, alzando los hombros-. Solo preguntaba.
Lanzó una rápida mirada a Mónica:
-¡Hija! ¿Y ahora qué hacemos? ¿De verdad no sabías que Luciana esperaba un bebé?
—Mamá… —balbuceó Mónica, con el rostro súbitamente pálido y los ojos enjugados en lágrimas. ¿Qué hago…?
—Ay, mi niña, no llores —dijo Clara, envolviéndola en un abrazo mientras trataba de secarle las lágrimas. Siempre hay maneras de arreglar las cosas. ¡No todo está perdido!
Ricardo no pudo contenerse al escuchar algo que le resultaba muy sospechoso:
-¿Arreglar qué, exactamente? Hace tiempo que Fernando y Luciana terminaron, y Alejandro y ella ya están casados. ¿Qué pretenden ahora?
-Ah, ¿y a ti qué te importa? -clamó Clara con una risa gélida-. ¡Si solo piensas en Luciana, no te preocupes por nosotras! ¿Te crees con derecho a juzgarnos?
-¡Tú…!
Ricardo sintió que era inútil seguir discutiendo y, con un gesto exasperado, se subió a la planta alta. 2
En cuanto se fue, Clara volvió a la carga:
-Así que esa condenada niña se adelantó y le dio un bebé antes que tú… ¡ni modo!
Mónica dejó caer un par de lágrimas, con la voz quebrada:
-Mamá, ¿qué hago?
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+25 BONO!
-¿Llorar? ¿Para qué? -Clara la miró con fastidio, aunque la consoló con palmadas- Escúchame, si de verdad quieres algo, lo luchas. ¿Ya se casaron? ¿Ya hay un crío en camino? Bah, ninguno de esos obstáculos es definitivo. ¿Te olvidaste cómo se impuso tu madre para ocupar su lugar? 29