Capítulo 459
Luciana se quedó helada, apretando el celular con fuerza. «¿Hotel Real? ¿El hombre de esa noche…?>>
Era un tema que siempre trataba de no recordar, pero ahí estaba, clavado como una espina. ¿Y Mónica decía que lo sabía? De inmediato, Luciana devolvió la llamada.
Mónica contestó al primer timbrazo.
-¿Sabes algo de esa noche? -exigió Luciana, ansiosa—. ¿Quién era?
—Tranquila… —respondió ella con tono suave. Estoy rumbo a la cafetería de la calle trasera de la UCM. Hablemos en persona, te contaré lo que sé.
-De acuerdo -accedió Luciana sin dudar.
A esa hora, salir del departamento implicaba que Simón iría con ella, pues la escoltaba a todas partes. Con la ubicación que Mónica le pasó, llegaron a un pequeño café en la parte trasera de la UCM. Aparentemente no era para “comer,” sino un sitio con reservados, ideal para conversaciones privadas.
Luciana entró sola a la sala que Mónica había indicado y Simón se quedó afuera, en la puerta. No tardó mucho en ver a Mónica acercarse, con una sonrisa en el rostro.
-Señorita Soler… —soltó él, rascándose la nuca-. ¿Fue usted a quien Luciana vino a ver?
-Simón. -Mónica se quedó junto a él y levantó una bolsa-. Te traje una bebida. Andaba estacionando y aproveché para comprar algo. Quise comprar tres, pensando en ti también.
-Yo… no hace falta, ¿no? -Simón estaba desconcertado.
-Anda, acéptalo. Si no lo tomas, lo tendré que tirar. Sería un desperdicio -comentó ella con una sonrisa.
Así que él, para no verse descortés, terminó recibiéndolo:
-Bueno… gracias. 2
-No hay de qué. -Con otra sonrisa, Mónica tomó dos bebidas más y se internó en el reservado con Luciana.
Simón, bebiendo de la pajilla, sentía un ligero escalofrío. «¿Para qué querrían verse Luciana y Mónica?>> Se preguntaba si no terminaría en algún problema, pero, bueno, eran solo dos chicas. <<Si llegan a discutir, Luciana no se dejará vencer». Entonces ¿le tocaría ayudar a Mónica? Pensar en esas cosas lo ponía nervioso…
ser
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Capítulo 459
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En el reservado de la cafetería, Mónica tomó asiento y, con gesto indiferente, puso frente a Luciana un vaso de bebida:
-Toma, bébelo.
Luciana ni siquiera miró el vaso. «¿Acaso había venido a tomar algo con ella?»
-Tch… -bufó Mónica, soltando una risa helada-. Descuida, te pedí leche pura.
<«<Leche pura…>> El detalle encendió las alertas de Luciana. «¿Significaba que sabía de su embarazo? ¿Cómo se habría enterado?>>
De todos modos, Luciana tenía otras prioridades: descubrir qué información tenía Mónica sobre aquella noche en el Hotel Real.
Observó a Mónica, quien bebía de su taza con toda la calma del mundo. Luciana frunció el ceño:
-¿Qué sabes de lo que pasó en el Hotel Real? ¡Habla de una vez!
-Tranquila… la otra alzó la mirada con parsimonia-. Primero, tómate eso. Luego te lo contaré.
-¿Bromeas? -replicó Luciana, con un deje de impaciencia-. ¿Tan importante es que beba?
Pero su impaciencia por saber la verdad podía más, así que tragó el contenido de un tirón. Por fortuna, no estaba caliente, sino a una temperatura agradable. 2
Al terminar, Luciana dejó el vaso en la mesa. Un leve rastro de espuma quedó sobre sus labios:
-Ya está. ¿Satisfecha? Ahora, ¿quieres explicarme?
Mónica esbozó una tenue sonrisa:
-Veamos… ¿no recuerdas nada de esa noche? El tipo era joven, con un cuerpo bastante… notable…
Luciana se tensó. «Sí, efectivamente se veía así.»
-¿Quién era? ¡Dímelo!
-Él está mucho más cerca de lo que imaginas -murmuró Mónica, con una especie de sonrisa misteriosa-. De hecho, lo conoces.
-¿Eh? -Los ojos de Luciana se agrandaron. «¿Quién de su círculo era tan cercano y no se había dado cuenta?»>
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Capitulo 459
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En el reservado de la cafetería, Mónica tomó asiento y, con gesto indiferente, puso frente a Luciana un vaso de bebida:
-Toma, bébelo.
Luciana ni siquiera miró el vaso. «¿Acaso había venido a tomar algo con ella?>>
-Tch… -bufó Mónica, soltando una risa helada-. Descuida, te pedí leche pura.
<<Leche pura…>> El detalle encendió las alertas de Luciana. <<¿Significaba que sabía de su embarazo? ¿Cómo se habría enterado?»
De todos modos, Luciana tenía otras prioridades: descubrir qué información tenía Mónica sobre aquella noche en el Hotel Real.
Observó a Mónica, quien bebía de su taza con toda la calma del mundo. Luciana frunció el ceño:
-¿Qué sabes de lo que pasó en el Hotel Real? ¡Habla de una vez!
—Tranquila… —la otra alzó la mirada con parsimonia-. Primero, tómate eso. Luego te lo contaré.
-¿Bromeas? -replicó Luciana, con un deje de impaciencia—. ¿Tan importante es que beba?
Pero su impaciencia por saber la verdad podía más, así que tragó el contenido de un tirón. Por fortuna, no estaba caliente, sino a una temperatura agradable. 2
Al terminar, Luciana dejó el vaso en la mesa. Un leve rastro de espuma quedó sobre sus labios:
-Ya está. ¿Satisfecha? Ahora, ¿quieres explicarme?
Mónica esbozó una tenue sonrisa:
-Veamos… ¿no recuerdas nada de esa noche? El tipo era joven, con un cuerpo bastante… notable…
Luciana se tensó. «Sí, efectivamente se veía así.>>
-¿Quién era? ¡Dímelo!
-Él está mucho más cerca de lo que imaginas -murmuró Mónica, con una especie de sonrisa misteriosa-. De hecho, lo conoces.
-¿Eh? -Los ojos de Luciana se agrandaron. «¿Quién de su círculo era tan cercano y no se había dado cuenta?»>
