Capítulo 465
Los médicos de urgencias empezaron a revisar sus signos vitales; afortunadamente, todo parecía estable. Sin embargo, por estar embarazada, requería una evaluación adicional del equipo de ginecología.
Durante este tiempo, Alejandro aguardó afuera, sin apartarse de la puerta. Decidió aprovechar para hablar con Simón y enterarse de los detalles:
-Simón —dijo con tono serio.
-¿sí?
-Cuéntame qué sucedió exactamente.
Simón se disculpó antes de narrar:
que
-Lo siento, primo. No protegí a Luciana como debí… -Luego pasó a describir lo recordaba: la reunión de Luciana con Mónica en la cafetería, la bebida que Mónica le obsequió, la forma en que se desmayaron y el tiempo que pasaron inconscientes en un congelador, hasta que fueron rescatados.
Al escuchar todo, Alejandro frunció el ceño, recapitulando la parte clave:
-¿Así que tomaste la bebida que te ofreció Mónica y luego te desmayaste?
—Sí —asintió Simón, con frustración—. Fui ingenuo, supuse que al venir de la señorita Soler, no habría problema.
Simón se apresuró a aclarar su postura:
-Ojo, no digo que ella lo haya planeado. También secuestraron a Mónica, y por lo que sé, salió peor herida que Luciana. Seguramente la usaron de intermediaria o algo así…
El hombre reflexionó. Suponiendo que Mónica también fue secuestrada, carecía de sentido acusarla de ser la autora intelectual. El semblante de Alejandro denotaba una profunda incertidumbre.
<<¿Qué tipo de persona conocía tan bien su entorno, al punto de dañar a todas las personas importantes para él?» Los canadienses solían ser los sospechosos habituales: ya antes se habían entrometido, y causar caos era su marca. «De todos modos, no se podía descartar que hubiera alguien más…>>
Con un suspiro, pensó en la gravedad del suceso:
-Ahora, Luciana al menos está fuera de peligro. Pero Mónica… me temo que no corre la misma suerte.
1/3
Capítulo 465
+25 BONOS
El recuerdo de Mónica calcinada, o al menos gravemente herida, se clavó en su mente. Bajo esa congoja y con el ceño fruncido, se debatía en silencio. No sabía si debía quedarse con Luciana o ir a ver a Mónica de inmediato. Cualquiera de las dos decisiones le pesaba en el alma.
-¡Alex! -exclamó Juan, acercándose con el rostro lleno de preocupación-. La señorita Soler despertó… pero está muy alterada y los médicos no consiguen calmarla.
Alejandro se sobresaltó. Dio un paso al frente, pero se detuvo de inmediato: «<Luciana seguía inconsciente». ¿Y si despertaba y no lo encontraba allí?
Pero por otro lado, Mónica estaba en una condición más crítica. ¿Podía desentenderse de ella? Con el ceño fruncido y el corazón en vilo, miró a Sergio:
-Tú y Simón quédense aquí con Luciana. Si despierta, me avisan de inmediato.
-De acuerdo.
***
Poco después, Luciana recobró el sentido.
-Señora Guzmán, al fin despertó. Avisaré de inmediato a señor Guzmán -dijo la enfermera, saliendo con prisa de la habitación.
Al minuto, alguien entró, haciendo que Luciana se girara con expectación. «Seguramente era Alejandro…>>, pensó. Pero su mirada se quedó atónita al ver a Sergio. Bajó un poco la cabeza, desilusionada.
-¿Sergio? -murmuró, intentando incorporarse—. ¿Dónde…?
-Luciana, ¿cómo te sientes? ¿Te duele algo? -inquirió él con voz amable, pero notándosele cierto nerviosismo.
-No, estoy bien… -repuso, aunque su vista buscaba a quien no estaba allí.
Sergio captó perfectamente su angustia y se explicó:
—Alejandro tuvo un… asunto urgente. Avisé que despertaste, así que no debe tardar.
—Ah… —musitó, frunciendo el ceño. «¿Qué asunto podía ser más urgente que venir a verme tras un secuestro?»>
En ese instante, la enfermera regresó con un vaso de agua para que Luciana bebiera. Con unos sorbos sintió su mente más despejada.
Recordó los instantes anteriores a desmayarse y, de pronto, se acordó de Mónica. Ella había caído primero. <<¿Dónde estaba?» Sintió un escalofrío y preguntó:
2/3
Capitulo 465
+25 BONO
-Sergio, ¿qué fue lo que pasó? ¿Mónica está bien?
Sergio se quedó callado unos segundos, mordiéndose el labio. «<¿Cómo decirle grave y que Alejandro se fue a atenderla?»
que
Mónica