Capítulo 478
Al oírla, Alejandro tuvo la sensación de que algo arañaba su pecho con furia. «¿Qué era esa punzada de dolor?»
Con el rostro serio, trató de forzar una sonrisa:
-¿Tú crees que “perder el tiempo” es querer a mi propia esposa? Mientras sigas siendo mi mujer, no vas a poder escapar de mí.
-¿En serio? -repuso ella, encogiéndose de hombros. Pues adelante. No me perjudicas a mí.
Cambiando el tema de improviso, Luciana tocó su cabello húmedo:
-Ya secaste mi pelo. Listo, me iré a dormir.
-Sí, ya quedó. -Alejandro dejó la toalla a un costado y, sin aviso, la cargó entre sus brazos.
-¡Oye, oye! -exclamó Luciana, algo asustada-. ¿Quieres inutilizar tu brazo o qué?
No pasa nada. Él esbozó una leve sonrisa-. Apenas es una herida superficial, y no me lastima tanto. Además, sin esto, ¿crees que te acostarías por tu propia voluntad?
Con pasos firmes, la depositó sobre la cama grande.
-Alejandro! -soltó ella, atónita, ¡Me prometiste que no dormirías conmigo!
-Tranquila. -El deslizó la mano sobre su mejilla-. No dormiré a tu lado, tú usarás la cama, yo me iré a la pequeña.
-¿Cómo? -Luciana no daba crédito. «¿El, el paciente, relegándose a la cama de acompañante?
No te gusta esa camita de hospital, ¿cierto? -comentó en voz baja-. Y si no duermes bien, no podré descansar. Anda, acuéstate.
Sinceramente, quê empeño tan absurdo, pensó Luciana. «¿Cree que así recuperaré lo que sentia?» Resoplô:
-Haz lo que quieras, Yo solo quiero dormir. -Se arropó con la cobija, dándole la espalda, con gesto de indiferencia.
Lo sintió cerrar la luz y, poco después, imaginó que él se acomodaba en la otra cama. Cerró los ojos y, pese a todo, el cansancio la venció pronto.
Durmió placidamente… hasta que, al despertar, notó algo cálido a su lado. «¿Qué era esa presión?» Con un leve sobresalto, descubrió que estaba en los brazos de Alejandro, acurrucada contra su pecho. @
Capítulo 478
+25 BONOS
El sueño se desvaneció de golpe. Luciana se incorporó de inmediato, empujando al hombre:
-¡Despierta, Alejandro, suéltame!
—¿Eh…? —musitó él, abriendo los ojos, todavía adormilado. Instintivamente, la aferró más y se inclinó para besarla.
Luciana alzó la mano, cubriéndole la boca, molesta:
-¡Hey, hey, para ahí! ¿Qué haces aquí? ¿No ibas a dormir en la cama de acompañante?
El hombre pestañeó, notoriamente confundido, y respondió con un gesto de disculpa:
-Ah… anoche me levanté al baño, volví medio dormido y… me equivoqué de cama. Lo siento, fue sin querer.
-¿“Sin querer“? -repitió ella con sarcasmo, mirándolo con recelo-. Seguro lo hiciste a propósito.
Con fastidio, se soltó y bajó de la cama. Alejandro, por su parte, ni se mosqueó. Incluso tomó la iniciativa de señalarle la bandeja del desayuno:
-Hoy hay lo que más te gusta. Anoche se lo pedí a Amy.
Luciana dejó salir una risa amarga:
害
情
-¿De verdad vas a hacer como si viviéramos nuestra vida normal aquí? ¡No me hagas reír!
-¿Qué tiene de malo? Donde sea que estemos, tú y yo seguimos siendo pareja y debemos desayunar juntos.
-No, gracias. Se me ha hecho tarde; hoy tengo un pase de turno importante.
-No te vayas sin comer algo…
-Lo haré después -lo cortó Luciana con un ademán. Ya se había vestido y agarrado su bolso. Caminó hacia la puerta.
-¡No te vayas! -Alejandro la tomó de la muñeca—. ¡En serio, primero desayuna!
-Alejandro… La puerta se abrió y Juan asomó la cabeza, con expresión de urgencia, pero en cuanto los vio forcejeando, se quedó paralizado.
Alejandro lo miró:
-¿Qué pasa? ¡Habla de una vez!
Juan tragó saliva, inquieto, y su mirada saltó de Luciana a Alejandro. Se notaba que tenía algo
2/3
Capitulo 478
que informar, pero se veía incapaz de pronunciarlo. Luciana, con un esbozo de sonrisa irónica, se adelantó: 2
-¿No es obvio? Seguro que es tu “Mariposita” reclamándote, ¿no? -Observó a Juan-. ¿Me equivoco? &
Today’s Bonus Offer
GET IT NOW
X