Capítulo 50
Luciana sonrió:
Que a alguien le gustes siempre es algo agradable. Pero, Jhonny, no pierdas tu tiempo conmigo.
Fue directa, sin darle espacio para más. Ella lo había citado aquí precisamente para rechazarlo.
El rostro de Jhonny se desplomó.
-¿Por… por qué?
Luciana no quería decirle que simplemente no le gustaba, que a sus ojos, él no era más que un amigo común. Rechazarlo estaba bien, pero herirlo innecesariamente no. Alejandro, quien estaba de espaldas, suspiró aliviado y esbozó una sonrisa. Lo sabía, Luciana no se fijaría en ese tipo. Pero entonces escuchó a Luciana decir, después de pensarlo un momento:
-Porque… ya hay alguien que me gusta.
-¿Qué? -Jhonny no podía creerlo-. ¿Cómo es que nunca lo mencionaste? ¿Quién es? ¿Lo conozco? ¿Es algún compañero de clase?
Luciana negó con la cabeza:
-No lo conoces, no es nuestro compañero.
-Pe–pero… -Jhonny aún no se rendía-. ¿Por qué nunca lo hemos visto? ¿Por qué nunca te ha venido a buscar? Además, Martina dice que no tienes novio. ¿Me estás mintiendo?
Luciana tosió un poco, sorprendida de que Martina estuviera «complicando las cosas».
-No te estoy mintiendo, es solo que, por ciertas razones, él no puede estar conmigo en este momento. Martina tampoco lo ha visto.
Con esas palabras, Jhonny comprendió que no tenía ninguna oportunidad.
-Entonces, ¿tú lo amas? -preguntó Jhonny, con un tono de desesperación.
Alejandro, al oír la pregunta, enderezó su espalda y afinó el oído.
-Sí, lo amo–dijo Luciana, mordiéndose el labio, y agregó-, lo amo mucho, lo amo
muchísimo.
-Ah… entendido… -Jhonny asintió con la cabeza, perdido en sus pensamientos.
Alejandro sintió que su corazón se hundía. ¡Tres veces «lo amo»>! Era evidente que lo decía en serio, jle gustaba de verdad! ¡Le gustaba tanto que se le notaba en cada palabra! Seguramente
1/3
+25 BONU!
Capitulo 50
no quiso abortar porque seguía esperando a ese hombre.
<<¿Será tan bueno ese tipo?» se preguntó Alejandro en silencio. «Debe estar completamente enamorada de él para decidir tener este bebé, aunque él no esté aquí. Dicen que una mujer solo soporta los nueve meses de embarazo por un hombre cuando está profundamente enamorada. ¿Profundamente enamorada? Ja.»>
Alejandro se levantó y se dirigió a la barra.
-Leche caliente, por favor. Y póngala en un termo.
-Claro, en un momento -respondió el empleado.
Luciana y Jhonny permanecieron en silencio mientras esperaban, hasta que finalmente les trajeron el café que habían pedido.
-Disfruten -les dijo el camarero.
Jhonny, aún abatido por el rechazo, no tenía ánimo para nada.
-Luciana, mejor me voy–dijo, con un tono desanimado.
-Está bien.
Luciana miró las dos tazas de café frente a ella, sintiendo un leve dolor de cabeza. No podía beber café, así que pidió una bolsa para llevarlo. Al salir de la cafetería, alguien le arrebató la bolsa de las manos, sobresaltándola.
-¡Oye…! -exclamó.
Al voltear, vio que era Alejandro. Luciana abrió los ojos de par en par.
-¿Qué haces aquí?
–Vine a comprar un café, ¿o no puedo? -Alejandro frunció ligeramente el ceño, mirándola fijamente.
Le tendió la taza que llevaba en la mano.
-¿Qué es esto?
Alejandro no respondió de inmediato. Miró la bolsa de café que acababa de arrebatar con una expresión severa.
-No me digas que lo bebiste.
Las mujeres embarazadas no deben tomar café.
2/3
Capitulo 50
+25 BONUS
-Claro que no respondió Luciana, parpadeando confundida.
-Así está mejor. -Alejandro asintió, satisfecho, y señaló la taza que le había entregado-. Es leche caliente, tómala.
Luciana se quedó atónita. «¿Él realmente la compró para mí?» se preguntó.
-¿Qué esperas? –Alejandro la apuró. Bébela antes de que se enfríe, porque fría tampoco puedes tomarla.
-Oh. —Luciana tomó la taza, y al sostenerla entre sus manos, el calor se extendió por todo su
cuerpo.1
–Vamos, te llevo a casa -dijo Alejandro.
-Está bien.
Caminaron uno al lado del otro, y Luciana no pudo evitar levantar la mirada para observarlo de reojo. Reflexionó: «Señor Guzmán, realmente es una buena persona. Aunque tiene un temperamento difícil, no es sin motivo. Además, él estaba dispuesto a cuidarme así, incluso después de que lo obligué a rechazar el divorcio y supo que estaba embarazada. Mónica realmente tiene suerte.>>
De repente, sintió un nudo en el corazón, una mezcla de tristeza y algo más.
-¿Me estás mirando? -Alejandro bajó la cabeza de repente, atrapando su mirada.
-Ah… —Luciana se sobresaltó y bajó la cabeza apresuradamente, sintiendo que su corazón se aceleraba. Buscando algo que decir, soltó-: ¿No vas a tomar tu café? Sería un desperdicio…
-Uf–Alejandro soltó una risa sarcástica. Se acercó a un basurero y, sin pensarlo dos veces, arrojó la taza y la bolsa de café dentro. «¿Por qué debería tomar lo que compraste para ese idiota?>> pensó con amargura.
Luciana se quedó sin palabras. ¡Ya estaba enojado otra vez! Qué impredecible es.
3/3