Capítulo 517
Con ese voto de confianza, la leve sonrisa de Luciana se desdibujó. Lo miró de frente y respondió, despacio y con absoluta claridad:
–De acuerdo. Seré sincera. Acepté casarme contigo -bajo aquel contrato- por dinero, para costear el tratamiento de Pedro. Luego, cuando descubrí que eras el novio de Mónica, me negué a divorciarme para vengarme de ella, de toda su familia. Ésa… —pausó, dejando escapar un suspiro- es la razón.
Las palabras retumbaron en la cabeza de Alejandro, que quedó aturdido. ¡Así que todo se debía a la venganza! De pronto, recordó la vez en que lo apuñalaron y acabó en el hospital; cómo Luciana había dicho que podía amar a quien quisiera, que le daba igual. Muchas cosas empezaban a encajar.
Entonces, ¿qué había de esas sensaciones que él interpretó como cariño sincero por parte de Luciana? ¿Había sido un engaño diseñado para hacerlo creer que lo quería, mientras preparaba su revancha? Le aterraba profundizar en esa idea. Se limitó a esbozar una leve sonrisa, con el ceño ensombrecido.
-¿Vengarte así? ¿No te parece infantil?
-Sí, lo admito. Fue una estupidez.
Después de tanto enredo, Luciana no logró lastimar a la familia Herrera, sino que terminó fastidiándose a sí misma. Con la mirada fija en Alejandro, soltó una disculpa sincera:
-Lo siento… de verdad. Te debo un “perdón“. Antes, al negarme a divorciarme y aprovecharme de ti, no estuve bien.
Sus palabras arrojaron de pronto un tenue rayo de luz en el corazón ennegrecido de Alejandro. ¿Se refería solo al pasado? ¿Qué ocurría ahora? ¿Seguía empeñada en vengarse o… era posible que hubiera comenzado a sentir algo por él? Alejandro se quedó tenso, con ganas de preguntarlo, pero temiendo la respuesta.
Luciana no notó el dilema interno de él y fue directo al grano:
–Ahora que lo sabes… ¿qué harás? ¿Quieres divorciarte?
-¿Qué? -Alejandro quedó boquiabierto.
Por más que Alejandro luchara por mantener la calma, la furia empezó a apoderarse de él. ¿ Otra vez con el divorcio? ¿Tan fácil le resultaba mencionarlo cada vez que se presentaba un problema? Desde que todo esto había salido a la luz, él ni siquiera había insinuado algo así.
Apretó los dientes y pronunció:
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Capitulo 517
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-Luciana Herrera…
En sus ojos se agitaba una mezcla de rabia e impotencia. Luciana lo captó de inmediato.
-Ya entiendo… -murmuró-. Por lo del abuelo, no es posible, ¿verdad?
El enojo de Alejandro casi lo hizo soltar una carcajada irónica. Le dirigió una mirada cargada de
sarcasmo.
Vaya… al menos tienes las cosas claras, ¿no?
—Sí… —Luciana bajó la mirada, pensando que era mejor aceptar esa realidad antes de hundirse aún más en el desastre. Sin embargo, no pudo evitar sentir un dolor punzante en el pecho.
Tragándose ese nudo, añadió:
–Ya te dije la verdad, así que no olvides tu promesa. No le hagas daño a Pedro.
Alejandro se quedó helado. ¿De veras Luciana creía que él sería capaz de lastimar a Pedro? ¿ Acaso en su mente él era tan mezquino? Desde el incidente anterior, lo único que había hecho era trasladar a Pedro a una clínica de rehabilitación mejor; ni por asomo había atentado contra su bienestar.
Esa idea lo molestó profundamente, pero lo que sintió después fue un oleaje de impotencia. Se dio cuenta de que el corazón de Luciana estaba a años luz de pertenecerle. Aquello que él había interpretado como afecto no era más que un montaje… Una “actuación” motivada por la
venganza. (3)
Un sabor amargo le llenó la boca.
-¡Sal de aquí! -ordenó de golpe. 2
-¿Qué…? -Luciana no entendió al principio.
-He dicho que te vayas -repitió él, alzando la voz.
-Pero…
Antes de que pudiera terminar, Alejandro le sujetó la mano con brusquedad, la arrastró hasta la puerta y la empujó fuera, para luego cerrarla de un portazo. Luciana se quedó perpleja en el pasillo. ¿Qué demonios le pasaba? ¿Acaso la situación de Mónica era más grave de lo que imaginaba? Después de todo, la unidad de quemados de aquel hospital era famosa a nivel nacional… (*)
La verdad, no le importaba mucho el motivo del enojo de Alejandro. Lo que la inquietaba era haber sido expulsada así y que, en su afán de desahogarse, él tomara represalias contra Pedro. 32
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