Capítulo 526
-Gracias —dijo Victoria, despidiéndola.
Cuando la enfermera se fue, Diego suspiró largamente.
-Pues, parece que Luciana ha sido de gran ayuda.
A pesar de que ellos no entraron la noche anterior, habían permanecido observando todo tras
la ventana de cristal, viendo cómo Luciana no se separaba de Fernando.
-Sí–coincidió Diego, con el ceño fruncido-. Hablando con sinceridad, Fernando y Luciana hacían una pareja excelente… Eran muy compatibles.
Si uno ignoraba la diferencia de clases y el asunto de Pedro -el hermano con autismo—, parecían la pareja ideal.
-Ya no vale de nada lamentarse -murmuró Victoria, después de unos segundos-. Nosotros mismos los separamos… y arruinamos la vida de nuestro hijo.
Guardaron silencio un instante, hasta que Victoria añadió de pronto:
-Escuché que el hermano de Luciana no padece un simple autismo, sino que resulta ser un genio, una de esas mentes excepcionales que a veces se dan en el espectro. 1
Diego arqueó las cejas, sorprendido.
-¿En serio?
-Sí. Tengo entendido que fue Fernando quien se dio cuenta primero. Y, al parecer, han admitido a Pedro en el Instituto Wells, en Canadá. 2
-Vaya… -murmuró Diego, asombrado-. Quién lo hubiera pensado. Ojalá lo hubiéramos sabido antes. Tal vez, de haberlo sabido hace tres años, no habríamos obligado a Fernando a dejarla…
Se interrumpió para soltar una risa amarga y sarcástica.
—¿Para qué revolverlo ahora? Las cosas llegaron a este punto… ya no pueden volver a estar juntos.
-¿Por qué no? -replicó Victoria, arrugando el entrecejo-. ¿Quién dice que no pueden?
-¿Eh? -Diego la miró sin entender-. ¿No es evidente? Luciana está casada.
Además, se había unido nada menos que a la familia Guzmán, la más influyente de Muonio.
-Claro, pero tengo entendido que la relación entre ellos no va muy bien -murmuró Victoria
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Capítulo 526
–. Alejandro tiene a otra mujer, y a Luciana se la impusieron, por lo que se escucha, por orden de don Miguel.
-¿Algo así? -repitió Diego, sorprendido.
-Sí —afirmó Victoria-. Lo oí de refilón en una reunión con otras señoras. No sé más detalles porque no pregunté demasiado.
Señaló hacia el baño con un leve gesto, bajando la voz:
-Mira lo que pasó anoche. Está clarísimo que Luciana aún siente algo por Fernando.
Atónito, Diego tomó a su esposa de la mano y se la llevó a un rincón de la habitación, hablándole en voz baja.
-¿Qué estás pensando? ¿Qué pretendes?
-Diego, ¿no lo ves? –Victoria dejó escapar una risa cargada de amargura-. Fernando está al borde de la muerte por Luciana. Si él prefiere morir antes que vivir sin ella, ¿por qué no darle lo que tanto desea? 2
Pero… -Diego estaba desconcertado. ¿No eras tú la que más se oponía a esa relación?
-Cierto. Victoria soltó un hondo suspiro-. Pero las cosas han cambiado. Nada es más importante que la vida de mi hijo. Si Fernando ya no está, ¿de qué sirve todo lo que antes me importaba?
-Sigo sin verlo claro -insistió Diego, sacudiendo la cabeza-. Para empezar, ella ahora es la señora Guzmán. Se casó, y además está embarazada.
-¡No me importa! -replicó Victoria con determinación—. Solo quiero salvar a mi hijo. Y si eso significa ignorar esas barreras… pues las ignoraré. 1
-Pero… -Diego sintió un fuerte dolor de cabeza. Estaba al tanto de que la familia Guzmán no era cualquier cosa, meterse con ellos podría acarrear graves consecuencias. Sin embargo, tampoco podía negar que, por Fernando, contemplaba la posibilidad-. ¿Crees que podamos ” arrebatarles” a Luciana? 3
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