Capítulo 542
+25 BONOS
Para su sorpresa, no estaba solo. Lo acompañaba una mujer muy bonita, y por lo que veía, Salvador era todo gentileza con ella: le cargaba el bolso, las bolsas de compras…
-Vaya, con que tiene novia -murmuró Martina-. Y, caray, ¡qué guapa se ve!
Se le ocurrió tomarles una foto para, llegado el caso, fastidiar a Salvador con ese descubrimiento“. Sacó el teléfono, amplió la imagen y…
-Nada mal, es realmente guapa. Y con un “click“, guardó la evidencia.
Después, guardó el celular en el bolsillo y frunció el ceño, ladeando la cabeza.
<<¿Por qué me parece conocida? ¿La habré visto antes en algún otro lado?»>
***
Mientras tanto, Luciana despertó en su departamento, calentó el desayuno que Martina le había dejado y se dispuso a comerlo tranquilamente, hasta que su teléfono sonó. Era Victoria.
-¡Luciana, Fernando despertó!
-¿En serio? —se alegró genuinamente—. ¡Eso es fantástico! ¿Cómo se siente?
-Bien, muy bien. El doctor dice que ha mejorado mucho de ánimo.
Luciana dejó escapar un suspiro de alivio.
-Gracias al cielo… -musitó en voz baja.
—Oye, ¿por qué darle las gracias al cielo? -rio Victoria al otro lado. La persona que más ayudó fuiste tú, Luciana.
Hubo una corta pausa antes de que Victoria soltara su propuesta:
-Luciana… ¿tendrías tiempo? ¿Te gustaría venir a ver a Fernando?
El recuerdo de la charla con Martina la noche anterior hizo que Luciana vacilara un instante. Pero al final, aceptó:
-Sí, hoy estoy libre. Voy ahora.
-¡Excelente! -exclamó Victoria con entusiasmo-. Te esperamos.
-De acuerdo -colgó, sumida en sus pensamientos, y se cambió antes de salir.
Al llegar al hospital, Luciana se encontró con Victoria en la puerta de la habitación, claramente esperándola.
1/3
+25 BONOS
Capitulo 542
—¡Luciana, qué gusto verte! -exclamó, tomándola del brazo con familiaridad y examinando sus gestos con atención-. Oye, sobre lo de ayer… ¿pudiste aclarar todo con el señor Guzmán? ¿ Está todo bien con ustedes?
El tono de su voz era obvio: quería averiguar qué tanto sabía Alejandro. Luciana, percibiendo la maniobra, decidió no confesar la verdad:
-Todo bien–respondió sin mucho entusiasmo.
-Oh… -soltó Victoria, intentando disimular la decepción-. Bueno, perfecto. Pasa a verlo, no le dije que vendrías, seguro se va a poner muy contento…
–Señora Domínguez–la interrumpió Luciana con suavidad, sin moverse de la puerta.
-¿Hmm? -Victoria frunció el ceño. ¿Por qué me llamas así de pronto? Anda, entremos, Fernando te está esperando.
Al notar que Victoria mencionaba a Fernando casi a cada palabra, Luciana confirmó sus sospechas.
-Señora Domínguez, antes de pasar… hablemos un momento.
-Bueno… -replicó Victoria, con un ligero titubeo, adoptando un gesto que denotaba cierta inquietud. De acuerdo.
Las dos se dirigieron a la sala común, sentándose frente a frente. Sin darle tiempo a Luciana de decir nada, Victoria se apresuró:
-¿Sigues molesta por lo de ayer? Lo lamento en serio, pero de verdad no sé cómo sucedió todo aquello.
Luciana permaneció en silencio. Si Victoria no lo admitía por su cuenta, no había nada hacer.
que
-Luciana… -prosiguió Victoria-. ¿Me sigues llamando “señora Domínguez” porque no me perdonas?
Luciana se limitó a mirarla sin confirmar ni desmentir.
Señora Domínguez, discúlpeme la franqueza, pero… ¿a qué se debe este repentino interés por mí? Por favor, no me salga con que “aprendió a quererme“. Desde el primer día me dejó claro que le desagradaba, así que no finja ahora que de pronto me aprecia.
Victória se mostró visiblemente incómoda.
-Yo… bueno…
-¿No será más bien por Fernando? -inquirió Luciana, con una leve sonrisa al ver la cara de
+25 BONO!
Capitulo 542
sorpresa de Victoria-. Como madre, entiendo que él lo es todo para usted.
-Tú… lo sabías. -Victoria se mostró aturdida.
-No ha sido difícil deducirlo. Para usted, Fernando es lo más importante–respondió Luciana, con un tono firme-. Ahora que está despierto, ya puede estar tranquila, ¿no?
El subtexto era claro: “No hace falta que me trates tan bien“.
-¡No es eso! -exclamó Victoria, tomándole la mano a Luciana con cierta desesperación-. Fernando regresó, sí, pero su depresión no ha sanado. Te necesita a ti, Luciana.
Apenas había comenzado a hablar y ya se le humedecían los ojos.
-Por favor, te lo ruego… ¡Ayuda a Fernando! Solo tú puedes salvarlo.
3/3