Capítulo 554
-¡Genial! -exclamó la joven, acercándose con cuidado-. Prometo ser suave.
Y, en efecto, la punta de sus dedos rozó la barriga con total delicadeza.
-¡Wow! ¡Es asombroso! Tener un bebé debe ser algo increíble. ¡Eres toda una heroína, de verdad!
Luciana se rió en voz baja y cambió de tema:
-Bueno, cuéntame, ¿buscas a alguien o tenías algún pendiente en el hospital?
-¿Yo? -repitió la chica, dejando el bolso que llevaba al hombro en el suelo. Vine a buscar a Mario Rivera. Él me dijo que viniera aquí.
-¿Mario Rivera? -repitió Luciana con curiosidad-. Él está en cirugía.
-¿De veras? —la chica se quedó perpleja por un segundo, y después soltó una carcajada, aplaudiendo-. ¡Genial!
Entonces tomó de nuevo su mochila y se la echó al hombro, con prisa:
-Doctora, por favor, cuando Mario regrese, avísele que vine… pero como no lo encontré, me voy de una vez.
Sin darle tiempo a contestar, la desconocida salió corriendo a toda velocidad, como si escapara de un lugar peligroso. O
-Eh… está bien–respondió Luciana, desconcertada, mirando cómo desaparecía. ¿Será que cree que esto es una cueva de fieras?
No pudo evitar sonreír para sus adentros. “¿Quién será esa chica?“, pensó. “¿Algún familiar de Mario? No se parece en nada a él… Bueno, salvo que ambos son muy agraciados.”
Alrededor de las dos de la tarde, Mario terminó la cirugía. Al verlo, Luciana lo llamó con un
ademán:
–Mario, ya dejé las indicaciones para el paciente tal como me pediste. Ya le administraron la medicación.
-Muchas gracias -agradeció él con una sonrisa, pasándose la toalla por el cabello húmedo, tras haber salido del quirófano.
De pronto, Luciana recordó lo sucedido:
1/3
Capítulo 554
+25 BONOS
—Oye, esta mañana vino una chica buscándote. Pero como estabas en cirugía, se fue.
-¿Se fue? -repitió Mario, con el ceño fruncido-. ¡Ay! Esa cabezota nunca sigue indicaciones … –se quejó, dejando la toalla a un lado. Luciana, si no hay nada más, me tengo que ir. Si Delio pregunta, dile que tengo un asunto familiar.
-De acuerdo contestó Luciana, viéndolo marcharse de prisa.
***
En la unidad de quemados, la jornada había finalizado pronto, así que Alejandro llegó más temprano de lo acostumbrado. Encontró a Mónica en el balcón, atendiendo las macetas de mariposas que él mismo había llevado.
-Llegaste–comentó ella al verlo, sin dejar de mover los tiestos.
-Sí–respondió Alejandro con gesto serio-. ¿Cómo te encuentras hoy?
-Bien -adivinando su semblante algo pesado, Mónica arqueó las cejas-. ¿Pasó algo? Te noto … ¿cansado?
Alejandro se sorprendió de que ella lo notara tan rápido. Sacudió la cabeza.
–Nada en especial. Estoy agotado, eso es todo. Dame esa pala, yo te ayudo.
-Claro -dijo Mónica.
Él se quitó el saco y se remangó para remover la tierra y abonar. Mónica lo contempló de perfil, con una ligera sonrisa.
-Si estás tan cansado, no es necesario que vengas todos los días. Estoy estable.
-No importa lo cansado que esté, tengo suficiente energía para verte -respondió Alejandro, agachándose para esparcir fertilizante-. Pásame la palita. 2
-Toma -respondió ella, colocándose a su lado para ayudarlo a su modo. Le sorprendía la habilidad de él. Oye, ¿acaso todas estas plantas que me trajiste… las sembraste tú?
-… –Alejandro se quedó callado un segundo, y luego asintió―. Sí.
Mónica se quedó quieta, sintiendo cómo el corazón se le aceleraba. Tenía una sospecha:
-¿Por casualidad… las cultivaste pensando en mí?
Alejandro alzó la vista hacia ella, sin estar seguro de si contestar o no.
-¿Sí o no?-insistió Mónica, deseosa de una respuesta clara.
2/3
Capitulo 554
+25 BONOS
Tras un breve silencio, Alejandro acabó asintiendo.
-Sí -admitió al fin.
Para Mónica, eso fue un instante de felicidad; los ojos se le llenaron de lágrimas.
-Alex…
Estuvo a punto de decir algo más, pero el teléfono comenzó a sonar en ese preciso momento, rompiendo la atmósfera. Era Clara:
-Mamá, ¿qué pasa? -respondió Mónica, mostrando su disgusto por la inoportuna llamada.
-¡Mónica! Es sobre tu papá…
3/3