Capítulo 576
Dirigió una mirada casi imperceptible al vientre de Luciana.
–Necesitas mantener un buen estado de ánimo, relajarte.
Ella asintió, mordiéndose suavemente el labio.
-Sí, entiendo.
-Bueno, entonces me voy.
Alejandro se levantó para marcharse. Apenas caminó un par de pasos, se detuvo y volteó a
verla.
-Eres bien desconsiderada… Vengo a verte y ni un vasito de agua me ofreces.
-Yo… -Luciana se sintió algo apenada-. ¿Tienes sed? Puedo traerte uno ahora…
-No te preocupes -contestó él, sonriendo para tranquilizarla—. Lo dejamos para la próxima. Ya recibirás buenas noticias de mi parte.
Luciana lo acompañó hasta la puerta.
-Cuidate… Nos vemos.
-Sí.
Ella se quedó allí un rato, respirando hondo antes de cerrar. Dejando de lado la parte dolorosa de su matrimonio, había que admitir que Alejandro… se portaba bastante bien con ella.
Aquella misma noche, Alejandro regresó.
Luciana le abrió y lo invitó a pasar. Con la queja de la mañana presente, se adelantó:
-¿Quieres que te sirva un vaso de agua? Aunque no tengo hielo, ¿te parece bien?
Sabía que él solía beber agua con hielo.
-No te preocupes, hoy no hace falta -respondió Alejandro con una leve sonrisa. ¿Ya cenaste? Muero de hambre, ¿vamos a comer algo juntos?
Luciana estaba a punto de decirle que prefería no ir porque ya había comido. En realidad, con tantos pendientes en la cabeza, apenas había cocinado unas empanaditas congeladas para salir del paso. Sin embargo, él continuó:
-Tengo algo que contarte.
-¿Sobre la tesis? -preguntó Luciana.
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-Así es.
No tuvo más remedio que asentir.
-Está bien, dame un minuto; solo tomo mi celular y las llaves.
-Perfecto.
Salieron juntos y bajaron por la escalera del edificio. Al llegar al tramo de escalones que daba a la calle, Alejandro giró instintivamente y le ofreció la mano para ayudarla.
Luciana se detuvo un segundo, pero luego bajó la mirada como si no hubiera visto ese gesto. En su lugar, se apoyó cuidadosamente del pasamanos y fue descendiendo escalón tras escalón con calma.
La mano de Alejandro quedó en el aire. Él se quedó en silencio un par de segundos, la retiró con algo de incomodidad y cerró el puño. ¿Sería que se había precipitado?
Total, seguían siendo esposos de manera oficial. Además, solo intentaba evitar que ella tropezara, no es que todavía sintiera algo por Luciana…
Cuando se subieron al auto, ella preguntó:
-¿Dónde cenaremos?
-En Áurea Restaurante -dijo él sin vacilar.
A Luciana siempre le habían encantado los platillos mexicanos, los desayunos en Restaurante Brisa de Primavera y, para la cena, nada como Áurea Restaurante.
La comida fue abundante y llena de sus platillos favoritos, así que Luciana comió con muy buen ánimo. Por contagio, Alejandro también se sintió más motivado a comer.
-¿Y bien? ¿Encontraste algo hoy? ¿Algún avance? -preguntó ella mientras saboreaba la cena.
-Sí–respondió Alejandro con un leve asentimiento, al tiempo que le quitaba la cáscara a unos camarones para ella-. Dime, ¿te imaginas por qué Luisa querría hacerte daño?
-No tengo idea -admitió Luciana. Era algo que no podía explicarse.
-La verdad es que esto, de cierta forma, es culpa mía -dijo él, y luego le preguntó-: ¿Te sirvo más bistec?
-Sí, por favor.
-Perfecto -asintió, cortando con habilidad el filete antes de retomar la conversación—. Luisa es sobrina de Leticia.
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-¿Cómo? -Luciana se quedó atónita, tanto que se le olvidó masticar.
-Entonces, ¿lo hizo para vengar a Leticia?
-Uf… -Alejandro soltó un resoplido incrédulo-. Ni que fuera tan altruista. Más bien, Leticia le prometió algo a cambio. Leticia actúa por venganza; Luisa, por puro
interés.
Así que de eso se trataba. Luciana no pudo evitar fruncir el ceño y suspirar ante lo retorcido que puede llegar a ser el comportamiento humano.
-¿Y Luisa ya lo admitió? -quiso saber Luciana. Con eso, tal vez todo podría llegar a su fin.
-Ni siquiera necesitamos que confiese–contestó Alejandro con una ligera sonrisa, colocando los trozos de bistec en el plato de Luciana-. Si se la pasa inventando chismes, le presentaremos evidencia contundente para callarle la boca. ¡A ver si así se atreve a seguir molestando!
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