Mi multimillonario 583

Posted by admin, ? Views, Released on April 5, 2025

Capítulo 583

Alex, ¿no crees que esto es demasiado? Dejarías casi sin tiempo ni para dormir.

-No importa respondió Alejandro, moviendo la cabeza-. Déjalo así. Si necesito descansar, puedo tomar una siesta en los huecos libres. Mientras más rápido terminemos, antes podremos regresar.

-¿Tienes tanta prisa por volver?

Alejandro hizo una pausa y asintió:

-Sí. Mi abuelo está solo en el hospital. Llevo demasiados días fuera de Muonio y me inquieta dejarlo así.

Sergio pensó que aquello no sonaba muy convincente, pues el abuelo de Alejandro estaba bien atendido por médicos y enfermeras. Además, aunque Alejandro estuviera en Muonio, tampoco podría pasar cada minuto con él. Pero no dijo nada más.

Mientras tanto, llegó el día de la fiesta de celebración. Todo el personal del área, desde médicos y enfermeras hasta internos y personal de apoyo, iban a asistir. Antes de partir, se reunieron en el departamento para organizarse.

-¡Luciana! -Rosa se acercó y la tomó del brazo-. ¿Te parece si vamos juntas?

-Claro aceptó Luciana con una sonrisa-. Gracias por acompañarme.

-No hay de qué -Rosa giró los ojos de manera pícara y preguntó-. Dime, tú y el señor Guzmán… ¿arreglaron las cosas?

-¿Eh? -Luciana se sorprendió-. ¿Cuál es el problema entre él y yo?

–No lo niegues… -iba a continuar Rosa cuando el celular de Luciana empezó a sonar.

Al mirar la pantalla, Luciana vio el nombre de “Alejandro” y deslizó para contestar:

-¿sí?

-¿La fiesta de celebración es hoy en la noche?

-…Sí.

-¿Dónde será?

Confundida, Luciana frunció el ceño.

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Capitulo 543

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-¿Por qué quieres saberlo?

Tú solo dime.

Con cierto recelo, ella respondió:

-En Casa Bellavista.

-Entendido.

Y, sin más, la llamada terminó. Luciana se quedó mirando la pantalla, desconcertada.

Rosa, que estaba junto a ella y había escuchado algo de la conversación, preguntó con curiosidad:

-¿Qué pasó? ¿Piensas que el señor Guzmán vendrá?

-No lo sé–contestó Luciana algo confundida-. De verdad no me queda claro.

-¿Por qué no le preguntaste? -insistió Rosa, haciendo un leve puchero y sin ocultar cierta decepción.

-¡Luciana! ¡Rosa! ¡Vámonos ya! -gritaron algunos compañeros desde la puerta.

-¡Sí, vamos! -respondió Luciana, mientras Rosa se sujetaba de su brazo-. Tranquilas, sin prisa.

El Aeropuerto Internacional de Muonio.

Alejandro guardó su teléfono mientras Sergio, detrás de él, soltaba un gran bostezo con los ojos llorosos de sueño. Llevaba dos días siguiendo el frenético ritmo de Alejandro y, como era de esperarse, tampoco había podido descansar bien.

Sin embargo, después de “escuchar” la última llamada de Alejandro, Sergio lo entendió todo: la razón de tanta prisa por regresar era Luciana. ¡Vaya sorpresa!

Aun así, Alejandro insistía en usar la excusa de que Miguel (el abuelo) lo necesitaba en Muonio.

El chófer acercó el auto, y Sergio, junto con Alejandro, puso las maletas en la cajuela. Una vez en el vehículo, Alejandro dio la orden con prisa:

-Llévanos a Restaurante Casa Bellavista. ¡Conduce rápido!

**

Comparado con Cozyroom, Casa Bellavista no se acercaba ni de lejos al glamour al que solía

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invitar Alejandro, pero para la mayoría seguía siendo un buen lugar. Cuando llegó la comida, a Luciana le encantó, especialmente las costillas de cordero al horno. Con esa primera porción que se estaba terminando, hizo un cálculo rápido y pensó que quizás quedaba una más para repetir.