Capítulo 615
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La pregunta de Alejandro la tomó por sorpresa, dejándola momentáneamente sin respuesta.
-Te he dicho que no necesitas hacer nada por Mónica…
-¡No es por ella! -exclamó él, visiblemente alterado-. No la nombres más. Estoy aquí contigo, pero siempre la sacas a colación. ¿Quieres que me dé por vencido? 2
“¿Darse por vencido?” Luciana repitió esas palabras en su mente, aún más inquieta que antes. Su corazón empezó a palpitar con fuerza. Al fin, musitó:
-No sigas. No quiero escuchar nada más.
Buscó con la mano las llaves en su bolsillo para poder entrar.
-Terminemos esta conversación adentro.
Antes de que pudiera girarse, Alejandro la sujetó de la muñeca con suavidad, pero con determinación. Su voz se tornó grave, con un matiz de autoridad.
-¿De veras no entiendes, o lo haces a propósito para castigarme? ¿No te das cuenta de lo que en realidad siento?
-¿Qué se supone que debo saber? -inquirió Luciana, con el corazón martillándole en el pecho.
Que me gustas. 5
Soltó aquellas palabras y en ese instante el ambiente pareció detenerse por completo. El silencio era tan profundo que se podía oír el eco de la respiración de ambos.
Luciana abrió ligeramente los labios, paralizada por la sorpresa. Sus ojos reflejaron una mezcla de incredulidad y confusión. Alejandro, con la mirada fija en ella, volvió a pronunciar esas mismas palabras:
-Luciana, me gustas. (1)
Lo dijo despacio, acentuando cada sílaba:
-Luciana, te estoy conquistando.
A sus 27 años, era la primera vez que Alejandro confesaba sus sentimientos de forma tan directa. No podía ver si su rostro se había sonrojado, pero sentía un calor inusual en las mejillas y notaba cómo su corazón latía con una fuerza descomunal. Estaba más nervioso que cuando, a sus 16, se enfrentó por primera vez a los negocios familiares. En el amor, todos quedaban al mismo nivel, sin importar que fueran millonarios o no tuvieran ni un centavo.
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-Luciana… susurró con la voz algo áspera por los nervios, mientras le tomaba la mano con cuidado. ¿En serio no lo has notado? Te estoy buscando, quiero darte la oportunidad de que me conozcas. ¿Podrías hacerlo?
Luciana lo contempló, fijándose en las facciones marcadas y la intensa mirada de Alejandro. De pronto, soltó una risita.
-¿Estás bromeando? ¿Te parece gracioso?
-Hablo totalmente en serio -murmuró él, con la voz grave-. No es ninguna broma, Luciana.
El sudor frío que le recorría la espalda evidenciaba su tensión, y no sabía si ella lo estaba rechazando o sencillamente no le creía. Luciana dejó escapar una sonrisa forzada, confusa ante esta declaración tan repentina. ¿No estaban a punto de divorciarse? ¿Por qué ahora él decidía ” conquistarla“? Ni siquiera en el tiempo que habían estado juntos le había dedicado palabras tan dulces. Y, para colmo, su corazón latía sin control… ¡Era imposible disimularlo!
Existe un puñado de cosas imposibles de ocultar: la pobreza, un estornudo… y los latidos provocados por el amor.
Luciana abrió la boca para responder, pero no consiguió articular palabra. Su mente y su corazón eran un completo caos. Alejandro, haciendo acopio de valor, continuó con su confesión:
-Es la primera vez que intento enamorar a alguien. Si algo no te agrada, dímelo. Puedo mejorar lo que sea necesario, hasta que te sientas cómoda.
En cuanto terminó de hablar, vio cómo un tenue brillo en los ojos de Luciana se apagaba. Ella soltó un suspiro sarcástico.
-Vaya… por poco y caigo de nuevo en una tontería.
Alejandro alzó las cejas, sin entender su reacción.
-¿Luciana…?
-Solo faltó un poquito. -Ella se mordió el labio con una sonrisa enigmática que no llegaba a iluminarle la mirada-. Casi te creo.
-Pero es la verdad…
-¿La primera vez? -lo interrumpió Luciana, con frialdad-. ¿Estás seguro?
-Yo…
-¿Y entonces Mónica? -continuó ella, intensificando un deje de amargura en su voz—. ¿No era tu “Mariposita“? ¿No se conocieron desde que eran unos adolescentes? ¡Incluso dijiste que
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Capitulo 615
la habías esperado por años!
El tono de Luciana se volvía cada vez más punzante.
-Ella fue tu gran amor de juventud, tu primer amor inolvidable, ¿no es así? Pero ahora vienes
y me dices que es la primera vez que conquistas a alguien. ¿Dónde la dejas a ella?
