Capítulo 624
Si los resultados eran favorables, entonces Luciana se encargaría de hablar con él sobre el trasplante de hígado. De lo contrario, no habría nada que decir.
Ella creía llegar antes que nadie, pero, para su sorpresa, Ricardo ya estaba allí cuando apareció. No solo él: Clara y Mónica también se encontraban en el lugar. Fue inesperado, aunque tal vez
no tanto.
-Luciana… Ricardo se puso de pie en cuanto la vio acercarse. Clara lo imitó enseguida.
Mónica, sentada en la silla de ruedas, no se movió, pero igual la miró con una mezcla de incomodidad y ansiedad.
Luciana, por su parte, entendía de sobra lo que ocurría: no se trataba de que ellos quisieran quedar bien con ella, sino de que estaban ansiosos por el hígado de Pedro.
-Luciana -se atrevió a decir Clara con una sonrisa forzada-, gracias por esto.
—Ajá… —Luciana asintió con frialdad, pero mantuvo cierta cortesía.
Mónica, por su parte, también dio las gracias:
-Gracias… ¿Qué debemos hacer ahora?
Solo recuerden lo que les pedí: no mencionen nada sobre la verdadera identidad de Ricardo frente a Pedro. -Luciana frunció un poco el ceño-. Es más, lo mejor sería que ninguno se le acerque.
Sobre todo, porque en el pasado habían lastimado a Pedro.
-Sí, claro, no te preocupes–asintió Clara con un nerviosismo evidente-. Entendido.
—Bien —repuso Luciana, señalando la puerta de la consulta—. Voy a llenar unos formularios. En realidad, ustedes no tienen nada que hacer aquí, pueden irse cuando gusten.
Dicho eso, se dio la vuelta y entró al consultorio.
–Luciana, voy contigo -se apresuró Ricardo, siguiéndola con paso torpe.
Un rato después, ambos salieron juntos. En ese momento, el teléfono de Luciana comenzó a vibrar en su bolsillo. Vio que era Alejandro. Frunció el ceño y rechazó la llamada sin dudarlo. Había varias notificaciones de intentos previos, pero decidió ignorarlas.
-¿Y
¿Y bien? -se acercó Clara de inmediato, agarrando a Ricardo del brazo―. ¿Para cuándo quedó todo?
-El examen es el martes de la próxima semana. Luego veremos los resultados y, a partir de
+25 BONOS
Capitulo 624
eso, decidiremos los pasos a seguir.
-Ah… muy bien -Clara suspiró aliviada. Cualquier esperanza ya era un gran consuelo.
Como no había nada más que tratar, Luciana dijo:
-Me voy.
-Oye, podríamos ir a comer algo juntos… -sugirió Ricardo, inseguro.
-No, gracias rechazó ella. Entonces se detuvo de repente. A unos pasos de distancia, vio a Alejandro acercándose, con el ceño ligeramente fruncido. Su expresión pasó de la incertidumbre a una calma forzada en un segundo.
Luciana sonrió con un gesto cargado de entendimiento. Actuó como si no lo viera y avanzó de frente. Sin embargo, al pasar junto a él, Alejandro la sujetó de la muñeca.
-¿Qué haces? -murmuró ella, levantando la mirada-. Mónica te está viendo.
-Vaya, gracias por preocuparte por mí —respondió él entre dientes, imitando su tono en voz baja.
-No hay de qué -replicó Luciana con aparente ligereza.
Aun así, Alejandro no la soltó. Era obvio para cualquiera que algo sucedía entre ellos. Ricardo lo sabía mejor que nadie; Clara y Mónica los miraban con curiosidad… y cierta expectación.
-¿Ustedes…? -dijo Mónica, con un esbozo de sonrisa tensa-. ¿Necesitan que nos retiremos?
-Mónica… empezó a decir Alejandro.
-Déjame hablar a mí, Alejandro. -Luciana fue más rápida, cortándole la frase. Aunque dirigía sus palabras a Alejandro, era evidente que también iban dirigidas al resto. ¿Tienes listo el acuerdo de divorcio? Si estás muy ocupado, puedo redactarlo yo; solo que no seré tan profesional como Nathan, el abogado.
-¡Luciana! -La voz de Alejandro se tensó al pronunciar su nombre.
El
agarre de su mano alrededor de la muñeca de Luciana se hizo más fuerte. Por la manera en que sonaban sus palabras, estaba conteniéndose.
-De lo nuestro hablamos en casa -exigió, con el ceño fruncido.
Que Luciana sacara el tema frente a Mónica… ¿qué pretendía? ¿Acaso lo estaba acorralando?
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Capítulo 625