Capítulo 632
Sin mediar más palabras, le sujetó con fuerza la muñeca a Enzo, apretando los dientes.
-¡Suéltala!
El aura agresiva de Alejandro puso en guardia a Enzo, quien no quiso soltar a Luciana por temor a que resultara lastimada. Con un español inseguro, le dijo:
-¿Quién eres tú? No le hagas daño.
Por desgracia, Alejandro no entendió ni una sola palabra. Pero lo que sí captó fue la negativa de aquel hombre a soltar a Luciana.
-¿Así que no quieres soltarla, eh? -Alejandro soltó una risa helada-. Entonces, no me culpes por lo que pase.
Acto seguido, levantó el puño con clara intención de golpearlo.
-¡Alejandro! -exclamó Luciana, sobresaltada, aferrándose a él para detenerlo. ¿Qué demonios estás haciendo?
Con el rostro encendido de ira, Alejandro respondió casi rugiendo:
-¿Quién es este tipo? ¿Por qué vino a buscarte?
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Por supuesto, él ya sabía que ese día era la reunión de excompañeros de Luciana. Aunque ella no se lo hubiera contado, entendía la situación lo bastante bien como para suponer que, ahora, ella no querría involucrarlo en nada. Aun así, se las había arreglado para hacerle un espacio en su agenda y acompañarla, pero, al llegar, encontró a Luciana con ese hombre… ¿un hombre bastante mayor, además?
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¿Pensaba ella ir con ese sujeto a la reunión? ¿Y bajo qué condición? ¿Acaso como su acompañante oficial“? Mientras lo meditaba, la indignación lo consumía cada vez más, hasta rozar la desesperación. Completamente fuera de sí, soltó de pronto:
-¡Luciana! ¿Qué clase de gusto tienes? ¿De verdad me descartas a mí para fijarte en él? ¡Podría ser tu padre de tan viejo!
-¿Qué? -Luciana se quedó atónita ante aquella escena tan conocida y repetitiva. Cada vez que Alejandro la veía con algún hombre, parecía pensar que había algo entre ellos.
-¡Basta! -exclamó, harta de la situación.
Antes, cuando seguían casados de manera estable, soportaba el modo en que Alejandro la controlaba, pero ahora… ¿con qué derecho él pretendía seguir haciéndolo?
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Con la mirada fría y sin ocultar su molestia, soltó:
-Alejandro, estoy cansada de ti. ¡Ya basta de que me persigas! ¿No te es suficiente?
“Cansada de mí…”
Alejandro se quedó rígido, procesando sus palabras. ¿Acaso Luciana de verdad pensaba eso?
Enzo, por su parte, captó enseguida que la relación entre ellos no era nada sencilla.
-Luciana, ¿seguimos o… prefieres que lo dejemos para otro día?
-¿Cambiar la fecha? ¡Ni hablar! -replicó ella con un feroz destello en los ojos. Luego fulminó a Alejandro, dio media vuelta y, como para hacerlo rabiar, tomó del brazo a Enzo-. Vámonos.
-¡Luciana! -gritó Alejandro, con una furia gélida reflejada en su mirada—.
-. ¡Detente!
Ella, por supuesto, no le hizo caso.
-Tch… Él dejó escapar una risa amarga. ¿Pensaba ignorarlo? Siguiera o no siguiera buscando el divorcio, él seguía siendo su marido. No iba a permitir que se fuera con ese “tipo mayor” a la reunión de excompañeros. Si fuera preciso, jreventaría la dichosa reunión!
Se subió a su auto y ordenó al chofer:
-Sigue a ese Maserati.
MELAN
Sí, señor Guzmán.
Llegaron a Macroplaza casi al mismo tiempo que Luciana y Enzo. Alejandro se mantuvo siempre unos pasos tras ella. La situación resultaba muy incómoda para Enzo, mientras que Luciana, con el ceño fruncido, prefería fingir que Alejandro no existía.
La reunión de la Facultad de Medicina se llevaba a cabo en un sitio llamado Windy Vista, mientras que la de Idiomas tenía lugar en el Mirador de las Olas. Primero, Luciana acompañó a Enzo hasta el Mirador. Se detuvo frente a la entrada y le dijo:
-Espéreme aquí un momento, por favor. Voy a buscar a mi compañera.
-De acuerdo.
Luciana se adentró en el Mirador. Alejandro hizo el ademán de seguirla, pero ella se volteó con brusquedad.
-¡Ni se te ocurra entrar!
-Luciana… —protestó él, claramente reacio a quedarse afuera mientras ese señor entraba.
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Capítulo 632
Ella, exhausta de la discusión, trató de mantener la calma.
-Vuelvo en un instante. ¡Espera aquí!
Alejandro quiso preguntar más, pero Luciana ya se había esfumado tras la puerta. Fue entonces cuando él notó el letrero que decía “Mirador de las Olas” y recordó el mensaje de Rosa, que le indicaba que la reunión de la Facultad de Medicina sería en Windy Vista.
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