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Capitulo 641
Capítulo 641
-¡Exacto! Yo sé quién es.
Aquella confirmación le recorrió la espalda como una corriente eléctrica. Luciana sintió un temblor aún más intenso y la voz le salió entrecortada: 1
-El… él…
-¿Quieres saber quién es? -intervino la voz distorsionada con un tono burlón- ¿Tanto tiempo y no pudiste dar con él? ¿Crees que te lo voy a soltar así de fácil?
A Luciana le quedó claro que la persona buscaba algo a cambio.
-¿Qué quieres?
-Algo muy sencillo: cien mil pesos.
-¿Cien mil? -repitió Luciana, perpleja.
-¿Cómo? ¿Te parece mucho? ¿Crees que no vale esa cantidad? –La voz sonó con fastidio-. En fin. Tienes tres días para pensarlo. Te mandaré la cuenta a la que debes depositar. En cuanto reciba el dinero, te lo contaré todo.
Oiga! -dijo Luciana, aturdida, con la intención de preguntar algo más. Pero la llamada ya se había cortado.
-¿Luciana? -intervino Ricardo. En un principio, había evitado prestar atención, pero notó el cambio en el semblante y el tono de voz de su hija, así que alcanzó a oír unas cuantas palabras: “cien mil“, “él“… ¿Qué significaba eso?–. Eso que mencionaste de “diez… diez mil‘… ¿te refieres a cien mil pesos?
-No, no es eso–respondió Luciana, frunciendo el ceño y negando con la cabeza.
No deseaba contarle sobre aquel asunto, así que señaló la siguiente esquina:
-Ya es tarde, detente aquí por favor. Mejor regresa a casa y descansa.
Ricardo obedeció y detuvo el auto, pero antes de que Luciana bajara, la sujetó del brazo.
-Luciana, si tienes algún problema, sea grande o pequeño.. por favor, cuéntamelo. Haré lo que sea para ayudarte.
Él buscaba compensarla; era consciente de que la había lastimado demasiado y que nunca acabaría de enmendar
su error.
-No es nada -repuso Luciana con apatía-. Solo son cosas del proyecto del hospital. Si te lo explico, no lo entenderías.
-¿En serio?-Ricardo aún albergaba dudas, pero finalmente la soltó-. Llámame o mándame un mensaje cuando llegues a casa, ¿sí?
– Claro.
Luciana bajó del auto y comenzó a caminar con paso lento. Ricardo no arrancó de inmediato; se quedó observando cómo la figura de su hija se alejaba.
“¿Cien mil pesos?… ¿Él…?”
¿Sería verdad que era solo un asunto del proyecto?
De todos modos, algo le decía que era hora de mover ciertas piezas que tenía pendientes…
Por su parte, Luciana siguió avanzando por la calle con la mente embotada. ¿Quién había hecho esa llamada y por
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Capítulo 641
qué ahora?
¿De verdad conocía la verdad de aquella noche?
¿O simplemente intentaba extorsionarla?
Si era extorsión, ¿por qué utilizar precisamente lo ocurrido en el Hotel Real esa vez?
¿Podía significar que la persona estaba relacionada con ella
¿Alguien de confianza?
¿Quién? 3
Por más que le daba vueltas, no encontraba una respuesta logica. Las únicas personas al tanto de la historia eran Martina y Vicente… y ellas no iban a traicionarla.
Entonces, ¿quién era ese testigo anónimo que parecía saberlo todo?
Sin una pista clara sobre la identidad del informante, quedaba la cuestión de si debía o no pagar esos cien mil pesos para comprar la información.
Luciana bajó la cabeza y llevó la mano hasta su vientre.
¿Quién sería el padre del bebé? Aunque lo negara, en realidad, sí deseaba saberlo. El nacimiento estaba cerca…
Él o ella crecería, y si algún día le preguntaba: “Mamá, ¿quién es mi papá?“, ¿qué respondería? 1
Por más que tratara de convencerse de que no importaba, sabía que ningún niño quería desconocer la identidad de sus padres. Tal vez, solo por el bienestar de su bebé, ya valdría la pena pagar por esa información.
Aquella noche, Luciana no pudo conciliar el sueño… 18
