Tan estupefacta estala que no podia article wide tubes finishers
Ricardo solte uns ligera risa, cards Ambarelle
Por que me miras nel?
Era tan extraño!
-No lo entiendo. – modré Ludana, con un nido en la par
musitó plant¿Por q
-No hay ningún “por que” respondió Ricardo Todo te, en un principis, pertenecia a madre al fattor ella, debería ser de ustedes, sus hijos
Por logica, sonaba razonable. Sin embargo, Luciana no comprendía la envirme diferencia de actitud respecto at pasado. En aquel entonces, él la había orillado a una situación insostenible. ¿Por qué era tan generoso ahora!
Ricardo, percibiendo la carga en los ojos de su hija, habló con un tono lleno de culpa
-No puedo cambiar lo que pasó, pero sí puedo hacer lo correcto en este momento. Toma lo que te corresponde
-Estas propiedades continuó-, te las entrego ahora. Las que aparecen en el testamento y que serán para ti y para Pedro, se mantendrán intactas. Si no las aceptas, temorque cuando yo no esté, tu tía se opondrá y no podrás hacer nada.
Sabía de sobra que Clara era difícil de tratar, y prefería dejarlo todo en orden. Para aminorar las dudas de Luciana, añadió:
-Igual… piensa que es mi forma de compensar que Pedro me done parte de su hígado.
-¿Entonces se trata de eso? -Musitó Luciana, frunciendo el entrecejo.
-No somos traficantes de órganos….
-Lo sé–la interrumpió Ricardo con voz apacible-. Pero es mi deber recompensar, no importa el motivo. Toma, y firma. El abogado necesita tu rúbrica para proceder.
Ricardo le ofreció la pluma. Luciana la sujetó con la mente llena de pensamientos encontrados. De no ser por los detalles claros y transparentes en el documento, le habría parecido algún tipo de trampa. Al cabo de unos segundos de vacilación, estampó su firma.
Ricardo, al ver la firma de su hija, sintió un leve alivio, aunque la culpa que cargaba seguía intacta. Sabía que, aun haciendo esto, no borraría los errores cometidos contra ella Peor aún, ocultaba un gran secreto relacionado con lo que sucedió en el Hotel Real.
Creía que, al menos en el reparto de su patrimonio, debía inclinar la balanza hacia Luciana para compensarla. Tenía dos hijas y, de algún modo, deseaba equilibrar la situación a
Terminado el proceso, Luciana dejó la pluma sobre la mesa
Bien. Creo que ya está.
El abogado guardó los papeles en su carpeta y comentó con una sonrisa:
El resto del trámite corre por mi cuenta. No se preocupen
-Muchas gracias–respondió Ricardo, con cortesía.
Capítulo 647
+25 BONUS
Una vez concluidos los asuntos legales, Ricardo condujo de vuelta y dejó a Luciana en su departamento. Ella aprovechó para recordarle:
-Cuando tengas todo arreglado, ingresa al hospital cuanto antes.
-Sí, lo haré–contestó él, asintiendo.
Mientras Ricardo se marchaba, Luciana no podía evitar preguntarse cuál sería su motivo real. ¿De verdad era tan simple como lo había planteado? ¿O había algo más detrás de aquella repentina generosidad?
***
A mediodía, Simón se presentó puntualmente con la comida.
-Luciana -la saludó, tendiéndole el empaque-. Alejandro avisó que te recogerá a las tres en punto.
Sus palabras dejaban claro que no daba opción a rechazarlo. Ese día tocaba su revisión prenatal, y tras unos días de tregua, era evidente que él iba a reaparecer. Luciana sintió un fastidio inevitable, aunque no veía cómo evitarlo. Después de almorzar, se dio una siesta, y exactamente a las tres sonó el timbre. Al abrir la puerta, lo vio aguardando. Ella ya estaba lista, sin dirigirle apenas la mirada, salió con paso firme rumbo al elevador
En la planta baja, Alejandro le abrió la puerta del auto y la ayudó a acomodarse. Luciana lo observó un segundo, Juego, con una pequeña sonrisa, le dijo:
-Gracias.
-De… nada -respondió él, sorprendido. No esperaba esa amabilidad y se sintió como halagado.
¡¿Luciana le dio una sonrisa?!
8
+25 BONUS