Capítulo 654
+25 BONOS
-Sí… -admitió él, sin mucho entusiasmo. No quería que ella malinterpretara la situación.
La reacción de Luciana no se hizo esperar:
-Y es lógico que, si Mónica no está disponible, seas tú quien los acompañe.
-Luciana… -murmuró Alejandro, sintiendo una punzada en el pecho.
Su tono era calmado, y su expresión no mostraba resentimiento. Sin embargo, esas palabras le resultaban dolorosas.
—¿Mmm? —Ella lo observó; al no oír nada más, señaló la puerta—. Si no hay nada importante, me gustaría entrar con Pedro.
-¡Luciana! —soltó él de pronto, sujetándola de la muñeca, con el ceño fruncido y el gesto lleno de contradicciones, en parte avergonzado y un tanto herido—. No tenía idea de que vendrían hoy. De haberlo sabido, nunca me hubiera desentendido.
Luciana suspiró con resignación.
-Lo sé. No te disculpes, ni pienses que me fallaste. Fui yo quien decidió no avisarte.
-¿Eh? -Alejandro parpadeó, confundido.
Ella prosiguió con naturalidad:
-Tú ocupate de “la otra parte“. A Pedro lo cuido yo. Aunque tenga el vientre grande, no soy frágil ni indefensa.
Lo dijo con una media sonrisa, su tono suave:
-He estado cuidándome a mí y a mi hermano desde que era muy pequeña. No es nada nuevo.
-¿Así que no estás enojada? —Alejandro la miró con cautela, como temiendo que fuera una trampa.
-No contestó Luciana, esbozando una sonrisa genuina.
Y él lo creyó. La sentía más tranquila que en semanas anteriores, en las que parecía cubierta de espinas. Sin embargo, esa serenidad le resultó casi más inquietante; no sabía de qué modo
acercarse.
Alejandro tragó saliva.
-¿Queda algo pendiente? Puedo encargarme yo…
1/3
Capitulo 654
+25 BONOS
-No hace falta -lo interrumpió Luciana—. Ya arreglé todo. Soy doctora aquí, ¿recuerdas? No es gran cosa internar a un paciente.
-Entonces… Alejandro consultó su reloj-. ¿Tú piensas quedarte o…?
Luciana vaciló un par de segundos.
-Volveré a casa. ¿Quieres llevarme, si te queda de paso?
—¿Eh? —Él no se lo esperaba, pero enseguida recobró el aliento-. Claro, con gusto.
-Gracias–sonrió Luciana—. Déjame avisarle a Pedro y vuelvo.
-Está bien, aquí te espero.
Dentro de la habitación, Pedro, ya con la bata de hospital puesta, mostraba claros signos de nerviosismo.
—Hermana… —murmuró, sin necesidad de explicarlo más. Luciana, que lo comprendía, le acarició el cabello con ternura.
¿Estás asustado?
-Sí–admitió él, frunciendo un poco el ceño-. ¿Crees que soy un cobarde, hermana? ¿Qué tal que no soy valiente?
-Para nada -respondió Luciana, meneando la cabeza con firmeza y una sonrisa reconfortante –. Donar parte de tu hígado es un acto enorme. Es perfectamente normal sentirte nervioso o incluso con miedo.
-O sea, que sí tengo miedo… -Pedro, de primera impresión, se sintió un poco más apenado.
-Pero, piensa… —ella continuó, con calidez y determinación-, ¿no te parece que, justamente por sentir temor y aun así querer ayudar, eres mucho más valiente? ¿No es muy genial lo que haces?
El chico se quedó en silencio unos segundos, procesando sus palabras. Poco a poco, sus labios
se curvaron en una sonrisa.
-Hermana, entonces… ¿soy muy cool? ¿y muy valiente?
-¡Exacto! -respondió Luciana, apretándole la mano mientras ambos se miraban con complicidad y reían.
Desde el pasillo, Alejandro los observaba con una sonrisa dibujada en el rostro. Cuando Luciana y Pedro salieron de la habitación, ella notó la expresión de él.
-¿Te pasó algo bueno? ¿Por qué sonríes así? -preguntó, alzando las cejas.
2/3
Capitulo 654
-Porque tú soltó Alejandro, con la mirada fija en ella.
+25 BONOS
3/3