Capitulo 658
Capítulo 658
-No hay de qué. ¿Algo más que pueda hacer por usted, señor Morán?
-Si, me queda un pendiente. -Alzó la bolsa que llevaba–Vine a traerle sopa a mi hermano. Así que me voy volando.
-Claro, que le vaya bien.
Salvador subió al segundo piso, dejó la sopa y bajó casi de inmediato. Echó un vistazo al vestíbulo, pero no vio rastro de la chica. ¿Dónde estaría? ¿Ya se había ido? ¿Tan rápido? Tuvo la sensación de haber llegado tarde a algo importante. Caminó hasta el pasillo que llevaba al baño y, al doblar la esquina, la vio.
Junto al lavamanos, Martina se echaba agua en la cara. Habia llorado tanto que los ojos se le veían hinchados y enrojecidos. Solo con verla, Salvador sintió que se le iluminaba el día. ¿Qué podía decirse? A veces la vida te sorprende donde menos te lo esperas.
Se acercó un par de pasos, se colocó a su espalda y sacó un pañuelo, tendiéndoselo con suavidad. 1
-Toma, para que te seques.
-i…!–Martina levantó la vista-. Eres tú.
El mismo. —Salvador sonrió mostrando sus dientes, la típica sonrisa amplia-. Cuánto tiempo sin vernos.
Pero ella no tenía cabeza para seguirle el juego. Ni siquiera tomó el pañuelo.
-No gracias.
Él creyó que quizá dudaba de la limpieza del pañuelo, así que se apresuró a aclarar:
-Está limpio, no lo he usado nunca.
–
-Igual, no hace falta. -Martina se mantuvo firme en su negativa. Con la relación que tenían, aceptar su pañuelo le parecía demasiado personal.
-Me voy.
-Espera. -Salvador guardó el pañuelo, sin rodeos-. Sobre lo de Marc… yo podría ayudarte.
-¿Qué?
Martina se dio la vuelta de inmediato. Primero se sorprendió, luego una chispa de esperanza iluminó sus ojos.
-¿Sabes lo que le pasó a mi hermano?
-Ajá. —Salvador fue parco-. Te vi en el vestíbulo y pregunté un par de cosas.
¿Así de sencillo? Martina estaba al tanto de que él tenía influencias y dinero, pero jamás imaginó hasta qué punto.
-Dices que puedes ayudarme… ¿cómo?
Salvador señaló hacia el piso de arriba.
Mi hermano trabaja en esa oficina.
¿Arriba? ¿El jefe de la comisaría? Martina lo captó enseguida. Jamás hubiera pensado que esos dos pudieran ser hermanos. Si Salvador estaba dispuesto a mover contactos, tal vez existía una salida para Marc. Sin embargo, tampoco era ingenua: sabía que en este mundo nadie da nada gratis. Se mordió ligeramente el labio antes de preguntar:
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Capitulo 658
-¿Y que sacas tú con esto?
-¿Yo? Salvador torció la boca en una sonrisa calculadora Sí que le gustaba que ella no se tragara todo tan fácilmente. Voy a serte sincero: quiero que seas mi no–via.
Martina sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
-¿Qué clase de locura es esa?
-¿Locura? -Salvador arqueó las cejas con una risa despreocupada-. Soy hombre, tú eres mujer. Para mí no tiene nada de descabellado.
Martina se negó a perder el tiempo discutiendo.
-Ya te lo dije, tengo novio.
-Entonces trona con él.
Esas palabras salieron de su boca con tanta firmeza que no admitían réplica.
-Termina con ese tipo, vente conmigo. Te aseguro que te trataré mucho mejor de lo que él puede hacerlo. -¿Perdón? -Martina quedó atónita ante su descaro. Y de pronto, le vino a la mente la imagen de la hermosa mujer con la que él caminaba en el centro comercial. Eso la encendió aún más-. Señor Salvador Morán, ¿ya sè le olvidó que usted también tiene novia? ¿Me pide que yo termine mi relación mientras usted sigue con la suya? ¿No debería empezar por dejarla usted primero?
Sin darle oportunidad a contestar, se dio la vuelta y salió casi corriendo. ¡Ni loca se quedaba un segundo más con ese tipo descarado!
-¡Oye! -Salvador se quedó ahí, boquiabierto. ¿Novia, él? ¿De dónde sacaba esa idea? Hasta ese momento se enteraba de que supuestamente andaba con alguien.
***
Esa misma noche, Martina no volvió al apartamento de Luciana. A la mañana siguiente, Luciana ya había desayunado y estaba por salir a sus pendientes del día cuando comprobó que su amiga seguía sin llegar. Tenía, programados unos exámenes preoperatorios con Pedro, así que se dirigió al hospital. Bajó al estacionamiento y, para su sorpresa, encontró a Alejandro esperando con el auto encendido.
-Luciana, ven. Sube -la llamó, asomando por la ventana.
-¿Eh…?–Luciana parpadeó, desconcertada. No esperaba que, después de la charla de la noche anterior, él apareciera tan pronto. ¿Lo hacía por puro sentido de responsabilidad… o era porque de verdad sentía algo por ella?
Capitulo 659
Capítulo 659