Capítulo 677
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La sola idea le resultó incómoda a Luciana. Con el dinero que él tenía, seguramente podría contratar a alguien que le preparara el remedio en la puerta de su oficina.
–Tal vez me extralimité… -murmuró, avergonzada.
Pero Alejandro enarcó las cejas al notar que Luciana volvía a cambiar de idea. Fingió molestarse:
-No me parece justo que te retractes tan rápido después de prometerlo.
-¿Eh?-Luciana se quedó pasmada. ¿Quería que lo hiciera o no?
–A lo que me refiero… -dijo él, con una mueca de diversión. Es que sería muy pesado para Simón traer y llevar el remedio a cada rato. Mejor vengo yo.
-¿Tú…? ¿Tres veces al día? ¿No es peor?-preguntó Luciana, sorprendida.
-Si no me equivoco, en la medicina tradicional siempre dicen que el remedio recién hecho tiene más potencia argumentó Alejandro con las cejas alzadas. ¿Verdad?
-Sí, eso es cierto -admitió ella-. Pero, si vienes en auto, no es mucho el retraso. ¿No crees que es un fastidio estar yendo y viniendo?
-No pasa nada insistió él, imperturbable-. Si se trata de mi salud, ¿por qué voy a preocuparme por unas vueltas de más? No tengo ganas de morirme joven.
Luciana no pudo contener la risa y acabó negando con la cabeza, a la vez divertida y exasperada.
-No digas esas cosas tan negativas, por favor. Es solo un malestar menor; con un poco de cuidado se soluciona.
Él se inclinó hacia ella y, con una leve sonrisa, susurró al oído:
-Entonces, cuídame tú.
***
Con la responsabilidad de preparar el remedio, Luciana decidió comprar una olla de barro en el mercado tradicional. La noche anterior la dejó en remojo y luego la “curó” con agua hirviendo. Habría sido ideal hervirla con algunas hierbas, pero no contaba con los medios necesarios. Más valía eso que nada.
A la mañana siguiente, se puso la alarma temprano y comenzó la rutina del día. Ya tenía las hierbas remojadas, así que simplemente las colocó en la olla sobre el fuego. Después de que comenzara a hervir, bajó la flama. Como conocía bien los tiempos, no tenía que vigilarla minuto a minuto. En realidad, no resultaba tan complicado como parecía.
A eso de las ocho, Alejandro llegó, trayendo además el desayuno.
-¿Ya comiste?-preguntó Luciana, invitándolo a pasar.
-Aún no. Él sacó varias bolsas de comida y las acomodó en la mesa, a todas luces suficiente ambos.
para
Fingiendo no darse cuenta de que venía también para ella, Luciana simplemente dijo con naturalidad:
Antes de desayunar, tómate la medicina. Se bebe en ayunas para que el cuerpo la absorba mejor.
De acuerdo. Alejandro se dispuso a seguir sus instrucciones.
Luciana trajo el remedio en un cuenco de porcelana blanca, leno de un líquido marrón que, a juzgar por el aroma, era amargo de verdad.
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Capitulo 677
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-Toma.
Observando el aspecto y el olor, Alejandro frunció el ceño, sintiéndose poco entusiasmado.
-¿De veras tengo que beber esto?
-¿Te das cuenta de que me levanté al amanecer para hacerlo? ¿No te lo vas a tomar? -Luciana lo miró con ojos grandes y brillantes.
Ese gesto bastó para que Alejandro, sin titubear, contestara
-Claro que sí. -Si Luciana se lo hubiera preparado, aunque fuera veneno, él lo bebería.
Levantó el cuenco, cerró los ojos y lo bebió de un solo trago, sintiendo el fuerte retrogusto. Aun así, no pudo reprimir un quejido:
-¡Qué amargo!
-Abre la boca… “aaah…” -Luciana sonrió, divertida-. Vamos, te daré tu recompensa.
Confiado, Alejandro obedeció, “aaah…“, y ella le colocó algo pequeño en la boca.
-¿Qué es esto?
-Azúcar amarilla -respondió Luciana, satisfecha-. Ayuda a fortalecer el estómago y también quita el mal sabor del remedio.
-¿En serio? -Él sintió un dulzor que, si bien tampoco era de su agrado, aliviaba el amargor de la medicina. Con resignación pensó: “No me gusta lo amargo, pero tampoco soy fan de lo dulce… Ni modo, es lo que toca si viene de Luciana.”
-¿Está más dulce? ¿Se te quitó la sensación amarga? – insistió ella con los ojos puestos en él, expectante.
A pesar de todo, Alejandro sonrió sin darse cuenta y negó con la cabeza:
-Ya no amarga, está dulce.
— Exacto. —Luciana se mostró satisfecha—. De ahora en adelante, cada vez que tomes la medicina, te ganarás una
de estas.
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