Capítulo 712
-Hermana, ¿dónde está mi cuñado?-preguntó Pedro, inquieto, mirando el reloj y luego a Luciana con ojos
ansiosos.
-Tranquilo, Pedro. Voy a llamarlo para ver qué pasa -respondió ella, poniéndose de pie para marcar el número de Alejandro.
El tono de llamada sonó un buen rato antes de que él contestara.
-¿Luciana?
-¿Dónde estás?-indagó Luciana, sin rodeos–Ya es hora de ir al aeropuerto. Pedro me está preguntando por ti.
-¿Tan tarde es?-murmuró Alejandro, presionándose el entrecejo mientras miraba la hora en su reloj-. Lo siento, Luciana. Todavía me tomará un rato más. ¿Podrías inte al aeropuerto con Pedro y yo llegaré directo allá? ¿ Te parece bien?
Luciana sintió un nudo en el estómago.
-¿Estás en el hospital? -soltó con un dejé de frustración.
Después de unos segundos de silencio, Alejandro confesó:
—Sí…
En realidad, había intentado terminar temprano para pasar a la Estancia Bosque del Verano, pero en el camino le llamaron del hospital y tuvo que ir de inmediato.
-Tú… —empezó ella, cuando de pronto se escuchó un alboroto al fondo:
-¡¿Dónde está Alex?! ¡¿Alex, dónde estás?! ¡Ah…!
Luciana se estremeció al reconocer la voz de Mónica, que gritaba desconsolada, y de una enfermera llamándolo con urgencia:
-¡Señor Guzmán!
-¡Sí, voy! -respondió Alejandro, apurado. Luego se dirigio de nuevo a Luciana-. Luciana… 3
Incluso a través de la línea, se percibía su tensión.
-Ve, atiéndela -murmuró Luciana, cerrando los ojos-. Pero, ¿de verdad vas a poder llegar para despedirte de Pedro?
-Haré lo posible.
– Entendido.
Cortó la llamada sintiéndose pesimista. Al darse la vuelta, Pedro la miraba con preocupación. Ese chico, antes tan distraído, ahora parecía intuir la situación.
-Hermana, ¿micuñado no yendrá?
-Claro que sí -replicó Luciana, esforzándose en sonreír. Está ocupado, pero nos verá directamente en el aeropuerto. Vámonos primero y lo esperamos allá, ¿sí?
Está bien.
El muchacho, ya más maduro, trató de consolarla: 1
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Capitulo 712
-No te enojes con él, por favor. Si está muy ocupado, Pedre lo comprende.
Sf… admitió Luciana, sintiendo un pinchazo en el pecho.
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Los dos salieron rumbo al Aeropuerto Internacional de Muonio. Cuando llegaron, se encontraron con Martina y
Vicente.
-Oigan, les dije que no hacía falta que vinieran reclatno Luciana, algo inquieta.
-¿Cómo crees que íbamos a dejarlo así?-contestó Vicente, mientras le revolvía el cabello a Pedro. El también es nuestro hermano, y no podemos dejar de despedirlo.
–
-Exacto asintió Martina enérgicamente y tomó la mano le Pedro-. Y tú, cuando estés en Canadá, no vayas a olvidarte de mí, ¿eh?
-No. También me acordaré de ti, Marti, y de Vicente–contestó con timidez el muchacho.
Qué bueno… eres un encanto -comentó Martina, sonriendo con ternura.
Se acomodaron en la sala de espera VIP, un sitio tranquilo y privado. Martina, con cautela, le preguntó a Luciana en voz baja:
-¿Y él dónde anda?
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Está ocupado -repuso Luciana, con el ceño fruncido-. En teoría va a llegar en un rato.
-Pero ya es bien tarde -murmuró Martina, antes de bajar la voz al notar a Pedro-. Ni modo, no hagamos que se preocupe… aunque, caray, ¿qué hace Alejandro que siempre falla en el momento más importante? 1
Luciana se quedó helada un instante. La verdad, cada vez que pensaba que las cosas con Alejandro por fin se estabilizaban, algo irrumpía y rompía esa ilusión. 1
-Solo espero que no se complique más -susurró.
Suspiró con un dejo de angustia y acarició con suavidad el hombro de Pedro. “Alejandro, por favor… tienes que llegar“, pensó mientras miraba el reloj.
A unos metros, Vicente y Pedro aprovechaban para comer algo, aunque el chico no dejaba de mirar la entrada, Era evidente que esperaba ansioso a su cuñado. Tal vez no lo expresara bien, pero entendía mucho más de lo que demostraba. Antes de marcharse, deseaba ver a su hermana y a su cuñado en armonía.
Luciana, preocupada, decidió llamar de nuevo a Alejandro.
-¡Luciana! -contestó él de inmediato.
-¿Vasa poder llegar o no? Si no puedes, al menos llama a Pedro y explícale. Él está inquieto.
-Lo siento, Luciana. ¡Ya voy en camino! -respondió Alejandro con voz apurada—. ¡Estoy cerca! ¡Te prometo que alcanzaremos a despedirnos de él!
Capítulo 713