Capítulo 713
-¿En serio?
-Sí, de verdad. Estoy a punto de llegar. No te angusties.
-Bien, manejen con cuidado.
Al colgar, Luciana no pudo reprimir una sonrisa, lo que no pasó desapercibido para Martina, quien la miró con picardía:
—Vaya, el señor Guzmán te tiene como un barómetro de emociones. Por esa cara veo que… ¿sí? ¿Ya viene?
-Sí, está en camino. Dice que llega pronto.
-Menos mal. Pedro se iría más tranquilo si ve a su cuñado,
**
Mientras tanto, en la carretera que conducía al aeropuerto, Alejandro colgó y se dirigió a su chofer:
-¡Acelera todo lo que puedas!
Sí, señor Guzmán.
Pero el destino tenía otros planes. De pronto, el chofer tuvo que frenar de golpe, lanzando a Alejandro contra el respaldo del asiento.
-¿Qué sucede? -gruñó él, sin ocultar su irritación.
—Disculpe, señor Guzmán… -el hombre transpiraba de los nervios-. Creo que hubo un choque. Al parecer, un tráiler se estrelló contra un autobús.
De hecho, se veía la zona del accidente delante de ellos. El camión y el autobús estaban atravesados, con la policía intentando despejar el camino, y la gente bajando de los vehículos. 1
-¿Cuánto tiempo tardarán en abrir paso? -preguntó Alejandro, con el ceño fruncido.
—No lo sé, tal vez un buen rato.
Alejandro chasqueó la lengua, frustrado. “¡Ni siquiera sé si llegaré al aeropuerto a tiempo!” pensó. Sin
contenerse, golpeó con fuerza el techo del coche,
-Si no alcanzo a despedir a Pedro, ¡voy a enfadarme yo mismo! -murmuró. 2
Miró a su alrededor y notó que estaban en medio del puente que conectaba la zona universitaria con el aeropuerto. No había taxis libres ni forma de continuar en auto. Decidió tomar una determinación:
-Tú quédate aquí. Yo seguiré solo.
-¿Qué? -El chofer se quedó pasmado-. Pero… ¿cómo?
Sin embargo, antes de que pudiera detenerlo, vio cómo Alejandro salía casi volando del auto. Con un gesto de sorpresa, el chofer observó a su jefe emprender una carrera a toda velocidad.
–Cruzando el puente sí podrá llegar al aeropuerto -murmuró, todavía incrédulo-. Pero… ¿corriendo?
Por suerte, Alejandro llevaba años entrenándose y era bastante resistente. Se puso a trotar con todas sus fuerzas, deseando llegar lo más pronto posible.
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Capitulo 713
-Luciana, aguarda por mi.. ¡ya voy! -exclamó, apretando el paso.
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Ya era hora de pasar por el control de seguridad. En la sala de espera, el ambiente se había congelado. Luciana guardaba silencio, con el rostro serio.
-Luciana -Martina le tomó el brazo para calmarla-, no te pongas así, vas a asustar a Pedro.
Ella reaccionó ligeramente y trató de sonreír de forma más natural.
-Pedro, llegó el momento. ¿Te acompaño a la entrada del tro de seguridad?
-Hermana… -Pedro se resistía, volviendo la vista hacia la puerta-. ¿No va a venir mi cuñado?
-Pedro sabe que él está muy ocupado. No es que no quiera estar aquí -respondió Luciana, tratando de consolarlo.
El muchacho frunció el ceño, sin articular palabra.
-No te preocupes -continuó ella-, Juan y Balma van contigo, y todo está arreglado gracias a tu cuñado. Es solo una vez que no pudo venir a despedirte, pero tú ya eres un hombrecito, ¿no guardarás rencor por eso?
No es eso, hermana… —Pedro sacudió la cabeza con nerviosismo-. Hermana…
-Lo entiendo–murmuró Luciana, apretándole la mano Mira, prometo que en cuanto llegues a Canadá, haremos una videollamada los tres, ¿te parece?
Aquel ofrecimiento pareció tranquilizar un poco al chico, aunque seguía con esa mezcla de nostalgia y esperanza.
-¿De verdad?
-Te lo prometo.
Luciana hizo una seña a Juan, indicando que ya era tiempo de pasar al control. Como estaban en la zona de salidas, ningún acompañante podía avanzar más allá de ese punto. El momento de la despedida había llegado.
-Pedro… -Ella estrechó las manos de su hermano y le acarició el cabello, sintiendo un nudo en la garganta-. Allá debes estar tranquilo, y si no te sientes a gusto o no te agrada el lugar, regresas. No pasa nada. 15 Aunque anhelaba que él se formara académicamente, su prioridad era que fuera feliz. 17
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